Conocer a este sevillano nacionalizado paraguayo fue uno de los regalos que nos ha dado la vida. Sacerdote jesuita, misionero en Japón y luego en Paraguay, expulsado en 1969 por la dictadura de Alfredo Stroessner, vivió luego en Argentina, Ecuador y Nicaragua, donde ejerció la docencia y colaboró con la gestación del sistema de medios de comunicación revolucionarios sandinistas.
No obstante, el Paí acabaría también expulsado de Nicaragua en 1986 por presión del sector conservador de la iglesia local.
Vivió y trabajó en varios medios de España durante los siguientes diez años, hasta que pudo regresar nuevamente a Paraguay en 1996. Dos años después tuvimos el privilegio de empezar a compartir codo a codo muchas de sus luchas, como así él las nuestras.
En noviembre de 1998, la entonces transnacional Delta & Pine Co., luego absorbida por Monsanto, desechó 660 toneladas de semillas pretratadas con agrotóxicos en un predio de menos de una hectárea, a metros de una escuela pública y en medio de una comunidad campesina llamada Rincón’í.
La información llegó rápidamente a la Rel UITA que delegó a su entonces secretario adjunto, Gerardo Iglesias, actualmente secretario regional para América Latina, quien viajó hasta esa comunidad, ubicada a 120 kilómetros de Asunción.
Corrían años convulsos en Paraguay, que había recuperado la democracia apenas unos años antes, después de tres décadas de dictadura feroz bajo el tirano Stroessner.
Bajo la políticamente endeble presidencia de Raúl Cubas, surgía la amenaza de otro dictador en cierne: el ex general Lino Oviedo, hombre fuerte de la política paraguaya, caudillo a la vieja usanza y portavoz de la élite estronista.
Gerardo Iglesias llegó hasta Rincon’í acompañado por el doctor Pablo Balmaceda, quien tomó muestras de sangre de numerosos pobladores del lugar para detectar una posible contaminación.
La Rel UITA se comprometió con el apoyo a esta comunidad y en el seguimiento de este conflicto durante varios años. Este caso regresó muchas veces a la agenda mediática del Paraguay, y culminó en la justicia penal primero, y en la civil después.
Desde el inicio mismo de esta lucha, los pobladores de Rincon’í, y la Rel UITA se encontraron bregando codo con codo con el sacerdote jesuita Francisco de Paula Oliva, o simplemente “Paí”* Oliva, como su pueblo le llama.
Su programa en la radio Fe y Alegría siempre tuvo las puertas abiertas para recibirnos, y sobre todo a Ana María Segovia, la referente de los habitantes de Rincon’í movilizados contra la contaminación.
Lo visitamos muchas de veces en su casa de Los Baños, una villa en los suburbios más pobres de Asunción, donde él eligió vivir junto a quienes lleva en el alma y el corazón: los marginados de la economía, de la política, de los derechos más elementales.
El Paí Oliva ha apoyado todas las causas sociales populares llegando incluso a poner en riesgo su propia vida, sirviendo de escudo en las movilizaciones históricas de su país, como el violento “Marzo paraguayo”, una sostenida protesta popular de fines de marzo de 1999 como consecuencia del asesinato del vicepresidente Luis María Argaña.
Como en el apoyo a los campesinos sin tierra asesinados en junio de 2012 en Curuguaty, y a los injustamente encarcelados en esa ocasión.
Su energía contagiosa, su mensaje ético, su claridad social y política, su solidaridad irrestricta, su modestia, su compromiso sin ambages con las causas populares forjaron no solamente una verdadera amistad con la Rel UITA sino, sobre todo, la vivencia de que el Paí Oliva es un compañero de ruta como los hay muy pocos.
Sabemos que actualmente se encuentra atravesando un delicado problema de salud, del cual ya se está recuperando en una casa de retiro en Suiza, desde donde, a pesar de ello, sigue enviando mensajes de ánimo y de apoyo a las luchas sociales.
Al querido Paí, nuestro maestro de tantas jornadas, le deseamos un pronto restablecimiento, y allá van estas letras para que sepa que él y sus enseñanzas están siempre en nuestros pensamientos y acciones.
¡Omyaña “Paí’!
Fuentes: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/o/oliva_francisco.htm y fuentes propias.
* Padrecito en lengua guaraní.