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“¿Ha visto usted algún pobre en Paraguay?”

El Pa’i Oliva se cuestiona en esta columna los atropellos de la dirigencia política paraguaya, a la que tilda de corrupta y responsabiliza por la creciente pobreza del país. Transcribimos a continuación la nota completa.

Me sabe a una broma, pero recuerdo ver algo escrito en que se decía, más o menos, que iban a dedicar tres millones de dólares para establecer quiénes eran los pobres.

Algo curioso. Pero, días después una diputada proponía la edad de jubilación a los 75 años, cuando la esperanza de vida oscila entre los 72 y 74 años. Después dijo que no dijo lo que dijo sino otra cosa.

Algo raro está sucediendo en Paraguay cuando dicen lo que no dicen, cuando estamos llenos de pobres y hay que emplear tres millones de dólares para buscarlos.

Tal vez sea todo esto una broma, por eso repitamos la verdad que tantas veces estamos repitiendo.

El Paraguay que tenemos en este siglo XXI (exceptuando ese 2 por ciento de ricos que dominan el 80 por ciento de las tierras, las finanzas, las “vaquitas”, la soja, las sucursales de las grandes corporaciones extranjeras) es como un ser humano cargado de enfermedades al que todavía se le vino encima otra igual o mayor.

Las enfermedades son el morir antes de tiempo por falta de medicamentos; la educación abandonada por los alumnos por su baja calidad y la falta de interés que crea; la carencia de trabajo en las ciudades donde se agolpan los campesinos desalojados del interior; la violencia pasiva de una vida carente de horizontes y la violencia activa de los ladrones millonarios.

La enfermedad mayor que se nos vino todavía encima es que para el nuevo período gubernamental la justicia va a ser la misma.

También será el mismo el Poder Legislativo, porque mayoritariamente diputados y senadores causantes de lo anterior, repiten y el presidente…bueno, el presidente, senadores, diputados, gobernadores y otros, no son los que votamos sino los inventados por el fraude.

¿Desanimados y sin esperanza por todo esto? ¡No!

Recuerde por favor: “de la lava acumulada surge un volcán”.


Nota: Columna publicada originalmente en Última Hora