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Nada nuevo en Panamá

Un gobierno proempresarial

La elección de José Raúl Mulino como presidente de la República, con apenas un 27 por ciento del total, evidencia la naturaleza antidemocrática del sistema electoral panameño.

Movimientos sociales de Panamá

2 | 7 | 2024


Alejandro John, presidente Fuclat | Foto: FUCLAT

Las pasadas elecciones solamente servirán para reorganizar al poder económico, desesperado por recuperar el control absoluto del poder dentro del Estado luego de dos largos años de manifestaciones masivas contra la corrupción.

La postura de Mulino es garantizar que los corruptos de ayer, hoy y siempre sigan engrosando sus arcas a costa del Estado, que la desigualdad social se perpetúe y prosiga la dictadura capitalista.

No existe en realidad ninguna diferencia entre los corruptos que salen del poder y los que tomaron posesión el 1 de julio. Son sacados del mismo infierno. Basta ver la composición del nuevo gabinete.

Nos enfrentamos a un gobierno que mantendrá su política de choque de confrontación, de imposición de cambios estructurales cueste lo que cueste.

Las reformas privatizadoras de la Caja de Seguro Social y del sistema de pensiones se mantendrán, y se reabrirá la explotación minera. También la distribución del agua será entregada a corporaciones.

El nuevo presidente recibió ya el apoyo del Consejo Nacional de la Empresa Privada, el Sindicato de Industriales de Panamá SIP y la Cámara de Comercio, estructuras que representan los intereses más oscuros de la nación, de corruptos e impunes evasores de impuestos.

Necesitamos un país en donde impere el orden constitucional, la justicia y la ley.

Necesitamos un gobierno con un mínimo sentido patriótico y decencia, que rompa con el modelo económico perverso neoliberal y construya un modelo económico propio que atienda principalmente las demandas de los sectores más vulnerables.

¡La calle es parte de la democracia y de las calles no saldremos!

Fotos: FUCLAT