Con el apoyo técnico y logístico brindado por México, El Salvador, Honduras, Colombia, Federación Rusa y Estados Unidos, y el trabajo de 1.500 efectivos del Ejército de Nicaragua y brigadistas voluntarios, el incendio fue sucesivamente extinguido y uno de los responsables fue asegurado a la justicia.
Ante la tragedia, el movimiento ecologista costarricense decidió enviar una carta tanto al gobierno como a los parlamentarios de Nicaragua.
“Decidimos mandar esta carta porque vimos que el gobierno nicaragüense no sólo estaba reaccionando tardíamente a este desastre, sino que estaba amenazando y hasta persiguiendo a las distintas organizaciones ecologistas de Nicaragua”, dijo a La Rel, Fabián Pacheco, miembro del Bloque Verde.
“Desde Costa Rica queríamos mostrar internacionalmente nuestra profunda preocupación por lo que estaba pasando, y solidarizarnos con nuestras organizaciones hermanas, mostrando al mundo que no estaban solas”, agregó.
El Master en Agrobiología Ambiental advirtió que varios proyectos extractivistas ya tienen el ojo puesto en la Reserva Indio Maíz.
“Lo que más nos preocupa es que el incendio que ha devorado miles de hectáreas pueda ser parte de una estrategia para lograr un cambio de uso del suelo.
Compartimos la preocupación y las denuncias de las organizaciones ecologistas de Nicaragua sobre el avance de la frontera agrícola, la expansión de monocultivos y posibles concesiones para más proyectos extractivistas”, explicó Pacheco.
En la carta, el movimiento ecologista costarricense pidió a las autoridades nicaragüenses evaluar con profundidad los impactos del incendio, así como tomar todas las medidas para remediar los daños incurridos, y determinar las responsabilidades del siniestro.
“Vamos a seguir atentos y vigilantes, en contacto permanente con las compañeras y compañeros ecologistas nicaragüenses.
Pedimos al gobierno de Nicaragua que redoble los esfuerzos para reparar los daños del incendio y para preservar esta parte tan importante del pulmón verde de Centroamérica”, concluyó Pacheco.
En Managua,
Giorgio Trucchi
Foto: Giorgio Trucchi