La conquista se debe a la tenacidad y perseverancia del Sindicato de Trabajadores de Prolacsa-Neslté (Sinprolac), con la conducción del compañero Osman Salgado, y confirma que, cuando se pelea, se puede conseguir los objetivos.
Esta pequeña victoria no puede hacer olvidar, por supuesto, que ni en Nicaragua ni en los otros países de la región centroamericana las cosas van bien para los intereses de los sindicatos.
Ahí está el caso de la compañera Odilia Caal Có, que por defender los derechos laborales y humanos de sus compañeros de trabajo en la textil Winners de Guatemala fue atacada por esbirros de la empresa, que a golpes la obligaron a renunciar al sindicato.
Ahí está el caso de la transnacional frutera Dole, que en las fincas piñeras de Costa Rica aplica una política antisindical y autoritaria.
Y ahí están finalmente los casos de los trabajadores y las trabajadoras del sector de la alimentación en El Salvador y Honduras, donde avanza sin frenos el proceso de precarización del empleo.
Pero los triunfos como el de Nestlé en Nicaragua, por simbólicos que sean, hay que celebrarlos, más aún en los tiempos que corren.