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Con Doralis Vega

Mujer, sindicatos y capacitación

Secretaria de Género y Familia del Sindicato de Trabajadores Industrial de Envases, Alimentos y Afines (SITEA) Doralis Vega labora hace seis años en la fábrica de Nestlé en Los Santos, en esta entrevista relata las dificultades de ser mujer y sindicalista en Panamá, la gran inequidad salarial que persiste y los diferentes tipo de discriminación que enfrentan, aunque ella sea una excepción.

-¿Cuáles son las principales dificultades que enfrentan las mujeres en Panamá?
-No difieren demasiado de las que sufren el resto de las mujeres en el mundo, sobre todo en el medio laboral.

Hay menos oportunidades de empleo y las que hay, ofrecen salarios inferiores a los que perciben los varones por igual tarea.

-¿Y en el sindicato? ¿Cómo fue llegar al cargo que hoy ocupas?
-Estoy en la Secretaría de Género y Familia desde la gestión de la directiva anterior que me confió esta tarea. En general la organización sindical me da un espacio y me respalda.

Las mujeres que formamos parte del sindicato contamos con capacitación permanente y eso es algo que nos fortalece, porque si no estás capacitada tienes el cargo pero no las herramientas para desempeñarlo a cabalidad.

Pero falta mucho todavía para que más mujeres se sumen.

-¿Son pocas las mujeres sindicalistas en Los Santos?
-Sí, muy pocas.

La región en que vivo es principalmente de producción agraria, donde la mano de obra es mayoritariamente masculina y hay muchos prejuicios.

Las mujeres desempeñan tareas como domésticas, camareras o administrativas y en general no se abocan a la militancia sindical por diversos factores, entre ellos las dificultades con la propia familia.

-En tu caso, ¿cómo procesó el núcleo familiar tu participación en la vida sindical?
-He sido afortunada en este sentido porque mi esposo me apoya cien por ciento.

Al principio hubo una suerte de auto represión de mi parte porque tengo una nena pequeña y eso me hizo dudar pero finalmente con el respaldo de mi marido acá estoy y no me arrepiento.


En Panamá, Gerardo Iglesias