A tres años del golpe de Estado
El jueves 1 de febrero de 2024 se cumplen tres años del golpe militar en Myanmar, que conllevó una brutal represión, con miles de asesinados y detenidos, entre ellos gran cantidad de sindicalistas. Desde el primer momento, la Regional Latinoamericana de la UITA se ha puesto al servicio de los compañeros birmanos y de la regional Asia Pacífico de la internacional.
Gerardo Iglesias
30 | 1 | 2024
Imagen: UITA Asia-Pacífico
“A pesar de los esfuerzos internacionales, el gobierno militar del Consejo de Administración del Estado (CAE) sigue en el poder y no ha cesado en su brutal represión y violencia”, nos escribe el secretario regional de Asia Pacífico de la UITA, Hidayat Greenfield.
La represión al movimiento democrático desatada tras el golpe que entronizó en el Ejecutivo al general Min Aung Hlaing ha arrojado un saldo de 3.353 personas asesinadas, entre ellas 547 niños.
Hasta hoy se contabilizan unas 25.915 mujeres y hombres detenidas por su participación en el Movimiento de Desobediencia Civil (MDC), entre las cuales se cuentan cientos de sindicalistas y activistas laborales.
Del total de detenidos, nos informa Hidayat, 19.977 permanecen tras las rejas, incluidos 710 niños.
En su brutal represión del movimiento democrático CAE ha matado a 4.453 civiles, entre ellos 547 niños.
“Las Fuerzas Populares de Defensa (FDP) del Gobierno de Unidad Nacional (GUN), junto a fuerzas armadas aliadas de grupos étnicos que combaten al CAE, continúan liberando cientos de pueblos y aldeas, arrebatándole el poder a los militares”, señala.
Ese avance ha llevado a que el gobierno sea cuestionado incluso dentro de sus propias filas.
“El control de los militares se ha visto debilitado por la deserción y la rendición en masa de soldados. Ante una posible derrota militar, el gobierno militar del CAE está cada vez más desesperado y ha aumentado sus bombardeos aéreos de pueblos y aldeas”, señala nuestro compañero.
Más de 2,5 millones de civiles han sido desplazados por el fuego de artillería y los ataques aéreos, incluidos cientos de miembros de la Federación de Agricultores y Productores Rurales de Myanmar y sus familias.
“Solo podremos alcanzar la paz y restablecer la democracia a través del aislamiento total y definitivo del gobierno del CAE y del reconocimiento internacional pleno del GUN”, destaca Hidayat.
La XVI Conferencia Regional Latinoamericana de la UITA, desarrollada el año pasado en Sao Paulo, adoptó una resolución de respaldo “al pueblo de Myanmar en su lucha por la democracia” y todos los sindicatos afiliados a la Regional han enviado mensajes de solidaridad a los compañeros birmanos.
“¿Qué opción tiene ahora la ONU? Reconocer al gobierno democrático birmano ya”, decía el eslogan de la campaña.
El texto de la resolución de la Conferencia de Sao Paulo recordaba que los golpistas birmanos justificaron su acción como “’el medio necesario para establecer el camino hacia una democracia genuina y multipartidista’, argumentos similares a los que tantas veces escuchamos en boca de los militares golpistas de América Latina”.
“No olvidamos las manifestaciones de solidaridad democrática internacional recibidas desde otros pueblos, algunos distantes geográficamente pero tan cercanos con nuestras luchas” en aquella época negra, agregaba,
Y concluía que esos gestos “no se agradecen, deben ser retribuidos a los que hoy enfrentan contextos autoritarios”.
La resolución citaba en ese sentido una frase de Jair Krischke, presidente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos de Brasil y asesor de la Rel UITA: “los derechos humanos se defienden en todo momento y en todos los lugares”.