Según el Informe Global sobre la Trata de Personas, dado a conocer este martes, en 2018, 148 países detectaron y denunciaron alrededor de 50 mil víctimas de trata de personas. Sin embargo, “dada la naturaleza oculta de este delito, el número real de víctimas es mucho mayor”. Las redes sociales han favorecido la detección y reclutamiento de las víctimas.
Las mujeres y las niñas siguen siendo los principales objetivos de este delito. De cada 10 víctimas detectadas a nivel mundial, cinco eran mujeres adultas y dos eran niñas; casi 20 por ciento eran hombres adultos y 15 por ciento, niños pequeños.
De acuerdo con la investigación, en los últimos tres lustros ha aumentado el número de víctimas y su perfil ha cambiado: La proporción de mujeres mayores de edad se redujo de más del 70 por ciento a menos de 50; mientras la de menores de edad aumentó de 10 a más de 30 por ciento.
En el caso de los menores de edad, advierte el reporte, las niñas son tratadas principalmente con fines de explotación sexual, mientras que los niños son utilizados para trabajos forzados.
La región latinoamericana es una en las que mayor cantidad de niñas y mujeres son víctimas de este delito, sobre todo con fines de explotación sexual, aunque también se da por mendicidad, matrimonios forzados, actividades delictivas, algunas formas de adopción ilegal y hasta extracción de órganos.
En el capítulo referente al continente americano, el informe de la UNODC detalla que 79 por ciento de las víctimas en Centroamérica y el Caribe, son niñas y mujeres; en el caso de las primeras alcanzan 40 por ciento de quienes son explotadas.
Agrega que en Norteamérica, Centroamérica y El Caribe, “la explotación sexual es la forma más comúnmente detectada de tráfico (más del 70 por ciento), también entre los niveles más altos registrado a nivel mundial.
La proporción de víctimas explotadas para trabajo forzoso oscila entre 13 y 22 por ciento en las dos subregiones; en tanto que en América del Norte, las víctimas también son objeto de trata con fines mixtos que incluyen mendicidad, actividad delictiva forzada y matrimonio forzado”.
Sobre la base de los datos recopilados de 148 países, la UNODC pudo registrar 534 flujos de trata diferentes en todo el mundo, aunque las víctimas suelen ser objeto de trata dentro de áreas geográficamente cercanas. Por ejemplo, niñas reclutadas en un área suburbana y explotadas en moteles o bares cercanos. A nivel mundial, la mayoría de las víctimas son rescatadas en su propio país de origen.
En nuestra región se han detectado tres rutas principales: de América del Sur a Centroamérica, de América Central a Norteamérica y de El Caribe hacia Sudamérica.
La investigación señala que los traficantes han integrado la tecnología, en particular las redes sociales, en su modelo de negocio en cada etapa del proceso, desde el reclutamiento hasta la explotación de víctimas.
“Se acercan a muchos niños en las redes sociales y son un blanco fácil en su búsqueda de aceptación, atención o amistad. La UNODC ha identificado dos tipos de estrategias: la caza que involucra a un traficante que persigue activamente a una víctima, típicamente en las redes sociales; y la pesca, cuando los perpetradores publican anuncios de trabajo y esperan que las víctimas potenciales respondan.
Internet permite a los traficantes transmitir en vivo la explotación de sus víctimas, lo que posibilita el abuso simultáneo de una víctima por parte de muchos consumidores en todo el mundo”.
El informe señala además que el 84 por ciento de las víctimas de tráfico de personas detectadas en México, Estado Unidos y Canadá son mujeres y niñas.
Durante el periodo que abarca el análisis, en las tres naciones de Norteamérica se detectaron 9 mil 301 agraviados por este delito, de los cuales 62 por ciento fueron mujeres adultas y 22 por ciento niñas y adolescentes menores de edad.
México reportó 461 víctimas de trata (209 mujeres adultas y 135 niñas, 23 hombres adultos y 87 niños).