Una investigación de Pascual Serrano
Cruzando información e investigaciones, quiénes son los mayores emisores de CO2 invisibles, quiénes los villanos visibles y a qué inocentes se les tira el fardo.
Federico Tatter
21 | 06 | 2023
Imagen: Carton Club | Boligan
El periodista español Pascual Serrano retoma investigaciones y publica en Globalter reveladores datos sobre gravedad de crisis climática y el calentamiento global. Muchos somos responsables, pero no todos en forma proporcional.
Cuando sólo 100 empresas son responsables del 70 por ciento de las emisiones mundiales de CO2 y cuando el 1 por ciento de la población pudiente emite lo mismo que el 50 por ciento no pudiente, la narrativa de que todos somos responsables, directamente, se cae. Pero ahí no queda todo.
Las comparaciones y cruces empeoran el cuadro. Cuando hay responsables estratégicos que nunca se citan, es más, se esconden, el tema toma color de hormiga.
Estados Unidos mantiene el mayor ejército del mundo. Es uno de los países más contaminantes, y su sector de defensa es responsable del 80 por ciento de las emisiones de todo su gobierno.
La guerra contra el terrorismo, iniciada en 2001, hace más de 20 años, además de producir casi 4,5 millones de muertes, es responsable de una de las peores emisiones de CO2, pero poco se difunde.
Sólo aparece el guión de que hay muertes para salvar otras vidas, y el planeta se destruye para que sobrevivamos en un mundo basado en reglas escritas por el secretario de Estado Antony Blinken, para defender la democracia y los valores de Occidente.
Desde 2001, dice Serrano, el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha consumido de forma continuada casi el 80 por ciento de todo el consumo de energía del gobierno.
“Sumando las emisiones de CO2 de las actividades del Defensa (59 millones de toneladas de CO2e) más las asociadas a la producción de armamento (153 millones de toneladas de CO2e) obtenemos que la actividad militar de Estados Unidos fue la responsable de la emisión de 212 millones de toneladas de CO2e durante el año 2017, según ha investigado el Centro Delàs de Estudios por la Paz”.
Otros estudios –agrega– muestran que desde 2001 las fuerzas armadas han producido más de 1.200 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero.
“Un estudio publicado en la revista Scientific Reports mostraba que la minería de criptomonedas tiene un impacto ambiental comparable con algunas de las actividades más contaminantes del planeta. Según apunta, la minería de bitcoin tiene una huella ecológica similar o incluso superior con la extracción”.
Si buscamos en Google las palabras Netflix y medioambiente aparecerán varias propuestas de documentales medioambientales, pero no encontraremos la información de que las descargas de vídeos en 2018 generaron más de 300 millones de toneladas de CO, lo que equivale al total de emisiones de España, señala Serrano citando un informe de la organización francesa The Shift Project.
“La cuestión es que tenemos unos ricos reconociendo el problema climático pero viviendo a todo tren, unos ricos presentándose cómo los héroes de la salvación del planeta y unos ricos haciendo negocio con la transición ecológica. ¿Y qué pasa entonces con la gente sencilla y humilde?”, se pregunta el periodista español.
“A esos se les ha convencido de que con su ritmo de vida son los responsables de la destrucción del planeta y de que deben de asumir ahora los sacrificios.
De ahí que tenemos a la gente de los países empobrecidos, que malamente puede conseguir tres comidas al día, hablándoles de decrecimiento. Y a las clases populares de nuestros países ricos, que deben pagar más impuestos por el diésel para que los ricos reciban subvenciones para pasarse al coche eléctrico.
Todo por el bien del planeta”.