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Orígenes de una celebración internacional
Muchos marzos
Conocer la historia de la lucha feminista permite comprender la creación del movimiento internacional de mujeres y la celebración de un día que las representa.
Silvia Alvariza
En el marco de transformaciones tecnológicas, económicas, políticas y sociales, ocurridas a finales del siglo XIX y comienzos del XX, empieza a perfilarse en el hemisferio norte una nueva sociedad. Fue en ella donde la conciencia y la lucha de los sectores esclavizados buscaban su liberación frente a los abusos de la clase privilegiada.
Durante la revolución industrial el uso de maquinarias a gran escala, de nuevos materiales, energías y transportes, el desarrollo del capitalismo imperial y la acumulación desmedida del capital -en detrimento de enormes sectores de la población- despliegan el telón de fondo de las reivindicaciones de las mujeres en el contexto de luchas obreras.
Las trabajadoras, víctimas de la doble esclavitud, están explotadas en la fábrica por el patrón y en la casa por el marido; expoliadas en jornadas interminables; laboran en situaciones indignas por un salario que en nada refleja las enormes ganancias de sus patrones.
Vuelven a casa a continuar la jornada, trabajando gratis en las actividades domésticas y el cuidado de la familia, que sostiene la fuerza de trabajo y permite su reproducción. Esa esclavitud es clave para que los empresarios acumulen capital.
En distintos países, la segunda ola feminista empieza a organizarse y a reclamar derechos.
Como un elemento más de lucha surge la necesidad de creación de un día de la mujer para ayudarla a tomar conciencia de su situación y la necesidad de modificarla.
Distintas corrientes feministas enfatizan diferentes hechos como determinantes de la elección del día. Pero más importa recordar los acontecimientos que encendieron las acciones de protesta y permitieron vencer el miedo a la represión y empezar a cambiar la forma de vida de las mujeres.
Entre 1900 y 1907 el movimiento de las sufragistas en Estados Unidos e Inglaterra despliega la lucha por el voto femenino.
Esta corriente destaca los derechos políticos y civiles como los principales a obtener.
Contrasta con las feministas socialistas y revolucionarias, que consideraban esos derechos como necesarios pero insuficientes y que luchaban por una igualdad general que, decían, solo se podía encontrar en una sociedad socialista, sin explotación de nadie.
Se invoca como uno de los antecedentes del día de la mujer, una huelga desatada en marzo de 1857 en Nueva York, de trabajadoras textiles que reclamaban salarios justos y condiciones dignas de trabajo y que dos años después, a pesar de la represión policial, terminan creando un sindicato.
En 1908, trabajadoras neoyorquinas manifiestan el 8 de marzo bajo la consigna de “pan y rosas”, reivindicando mejor calidad de vida, a través de reducción de horas de trabajo, mayores salarios, el derecho al voto y la prohibición del trabajo infantil.
En ese año, en Chicago la Federación Autónoma de Mujeres llama a celebrar el día de la mujer.
En 1909, el Día Nacional de la Mujer es promovido en Nueva York a instancias del Partido Socialista Americano. Fue recordado como “La insurrección de las 20 mil”, unas movilizaciones en las que participaron activamente sobre todo las obreras textiles. Su objetivo era obtener el voto y abolir la esclavitud sexual.
Ese mismo año, costureras de la textil Triangle de Nueva York habían protagonizado una huelga que duró meses a pesar de la enorme represión policial. Las textiles contaron con el apoyo de obreras de otras fábricas y de sufragistas.
Unas 10.000 mujeres agitaron por entonces las calles de la ciudad. Lograron un triunfo parcial, pero que condicionó lo que ocurriría un año después en esa misma fábrica: en marzo de 1911, el incendio de Triangle terminó con la vida de 146 mujeres migrantes que, trabajando encerradas bajo llave por el patrón en condiciones inhumanas, quedaron envueltas en llamas en solo 20 minutos.
Mientras tanto, en Europa, la revolucionaria alemana Clara Zetkin organizaba a las mujeres y reivindicaba sus derechos. Entre 1907 y 1915, se termina transformando en la más importante promotora de congresos internacionales de mujeres socialistas. Zetkin creó estrategias e impulsó resoluciones que definirían los caminos de lucha de las mujeres europeas.
Fue en 1910, en Copenhague (Dinamarca) durante la celebración de la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, cuando Clara Zetkin propone, por primera vez, establecer un Día Internacional de las Mujeres.
El año siguiente, en marzo, se celebra en Dinamarca, en Alemania y otros países europeos el Día Internacional de la Mujer. Reivindican el voto, el trabajo, la educación profesional.
En 1913 y 1914, vísperas de la Primera Guerra Mundial, tanto en Europa como en Rusia, las mujeres salen a la calle reclamando “paz”.
En 1914, la Secretaría Internacional de la Mujer Socialista, dirigida por Clara Zetkin fijó el 8 de marzo como el día de la mujer.
Las mujeres jugaron un decidido rol en el comienzo de la Revolución Rusa de 1917. Las decisivas huelgas de tejedoras y modistas de Petrogrado y las importantes manifestaciones por “pan y paz” del 8 de marzo de 1917 (del calendario gregoriano) inauguraron la revolución.
Las socialistas rusas habían tenido en Alexandra Kollontai una pionera que desde 1906 organizaba clubes de mujeres en San Petersburgo. El 3 de marzo de 1913 se conmemoró el primer día de la mujer en Rusia.
En 1921, en Moscú, la primera Conferencia de Mujeres Comunistas unificó el 8 de marzo como día de la mujer en honor a las obreras de Petrogrado que no obedecieron lo dispuesto por los hombres del Comité Revolucionario de no iniciar la huelga general ese día.
Las grandes guerras imperiales y el oscurantismo nazi fascista generaron un retroceso, hasta que en los años 60 estallaría la tercera ola feminista.
Incluso la ONU, en la década del 70 del siglo pasado, terminó reconociendo el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer y creando ONU Mujeres, para “la defensa de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer”.
Los movimientos feministas se adueñaron en todo el mundo de esa fecha y lo reivindican como un día fundamental de lucha.
Pero la opresión patriarcal continúa en el mundo, y hubo y habrá muchos marzos para combatirla.