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28 de junio, Día Internacional de la Visibilidad LGBTI

El orgullo de existir

Este nuevo 28 de junio, Día Internacional de la Visibilidad LGBTI, nos sigue encontrando en la lucha por una sociedad más justa e igualitaria, basada en los pilares del respeto y la tolerancia.

Gisele Adao

Desde hace ya varios años la Rel UITA desarrolla diversas acciones que apuntan a la inclusión de las personas LGBTI en el ámbito laboral y sindical, por entender que es solo a través del respeto integral del ser humano, incluido su derecho a vivir libremente su sexualidad, que podremos evolucionar hacia un mundo mejor.

A través del Comité Latinoamericano de Mujeres de la UITA (CLAMU), la Regional ha sido un espacio de visibilidad, no solo para trabajadores y trabajadoras de este colectivo sino también como promotora de acciones concretas de inclusión y equidad.

Recordemos que no hace mucho tiempo atrás la homosexualidad era considerada una enfermedad y que todavía las voces provenientes de diversas religiones la consideran un pecado y, algunas de ellas, un pecado que se paga con la vida.

Lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros e intersexuales son víctimas de diversos tipos de violencia que se manifiestan en la familia, el trabajo, los centros de educación y atención médica, los espacios públicos y más recientemente en las redes sociales.

Fue recién en 1973 que, tras una completa revisión científica sobre el tema, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) decidió eliminar la homosexualidad del Manual de Diagnóstico de los Trastornos Mentales (DSM) y urgió a rechazar toda legislación discriminatoria contra gays y lesbianas.

Sin embargo, hubo que esperar a 1990 para que la Organización Mundial de la Salud (OMS) retirara a la homosexualidad de su lista de enfermedades mentales.

Queda claro entonces que los cambios en este sentido son lentos y por qué la discriminación contra la población LGBTI está tan enquistada en la sociedad.

Pese a todo, hemos avanzado. Hoy hay sindicatos que incluyen cláusulas en sus convenios colectivos de trabajo que contemplan a los trabajadores y trabajadoras de la comunidad género diverso.

También es cierto que América Latina es una de las regiones más hostiles y más violentas para este colectivo.

Ello nos convoca a seguir en la lucha por una verdadera inclusión social, en defensa de la diversidad de género desde una óptica del respeto y empatía para que todos los días sean de la visibilidad LGBTI y que todos los meses sean del orgullo de existir y resistir en la lucha por los derechos humanos de todas y todos.