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Pandemia y desigualdades

El foso

La pandemia, se sabía, acentuó las desigualdades entre países y entre individuos. Un nuevo y detallado informe de la asociación Oxfam da cuenta de la inmensidad de la brecha.

Daniel Gatti


Imagen: Ángel Boligan – Carton Club

El informe tiene un título bien gráfico –“Las desigualdades matan”– y consigna que, entre marzo de 2020, inicio “oficial” del tsunami covídico, y noviembre pasado, cierre de la investigación, mientras por un lado los diez hombres más ricos del planeta duplicaron sus ya siderales ingresos, otros 160 millones de personas se sumaron al ya enormemente nutrido pelotón de pobres.

La elite más estrecha de grandes milmillonarios, compuesta entre otros por los propietarios de las megaempresas tecnológicas como Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft, que durante la pandemia han acrecentado enormemente sus beneficios, tienen hoy una riqueza acumulada de 1,5 billones de dólares. En menos de 17 meses más que duplicaron su fortuna.

Ganan, dice Oxfam, unos 15.000 dólares por segundo, 1.300 millones al día, seis veces más riqueza que la que tienen, todos juntos, los 3.100 millones de personas más pobres.

“Hay quien ha tenido una pandemia de lujo”, comentó a la publicación española Infolibre Franc Cortada, director de Oxfam Intermón.

En la otra punta, los 160 millones que ingresaron en la pobreza viven con menos de 5,5 dólares diarios.

Más de cien países –obviamente no los más ricos– debieron recortar sus magros planes sociales durante la pandemia y –prevé Oxfam– deberán hacerlo más aún cuando tengan que comenzar a devolver los préstamos recibidos de parte de organismos financieros como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional.

Las farmacéuticas que produjeron las vacunas contra el Covid se han embolsado ganancias gigantescas desde marzo de 2020: unos 86.400.000 dólares por día.

Mientras tanto, cada cuatro segundos una persona –seguramente en África, Asia, América Latina o en bolsones del cuarto mundo en el primero– moría por no poder acceder a medicinas o por hambre.

Vacunate si podés

Así como el dinero fue a los más ricos, que acrecentaron sus fortunas, las vacunas contra el coronavirus fueron, en la más pura lógica capitalista, hacia quienes podían pagarlas: menos del 5 por ciento de la población de los países pobres ha sido inmunizada.

Y los gobiernos de los ricos, como era de esperar, se niegan a liberar las patentes de esos productos que podrían salvar vidas.

En los países más pobres se muere por Covid dos veces más que en los ricos.

Solo con lo que ganaron en año y medio de pandemia Jeff Bezos, el dueño de Amazon, o Elon Musk, el propietario de Tesla, convertido este año en el hombre más rico de la historia según la revista Forbes, se podría haber vacunado a toda la población del planeta.

Negros, indígenas, mujeres

Otros prismas para observar el agrandamiento de las brechas: en no pocos países, el Covid-19 ha sido bastante más letal para las poblaciones negras e indígenas que para las blancas.

En Brasil, señala el informe, las personas negras tienen 1,5 más de posibilidades de morir por coronavirus que las blancas. Y lo mismo sucede en el primer mundo: en Reino Unido con paquistaníes o bangladeshíes, en Francia con los árabes, en Estados Unidos con hispanos y negros…

Y qué decir de la brecha de género: de acuerdo a los datos oficiales que manejó Oxfam, solo en 2020 las mujeres perdieron 800.000 millones de dólares en ingresos y muchas de ellas debieron regresar a casa, a ejercer labores de cuidados no remuneradas.

Entre 2019 y 2021, el número de desempleadas creció en 13 millones, y el informe estima muy probable que más de 20 millones de niñas ya no puedan volver a clases.

Nada de todo esto es casual ni caído del cielo, apunta Oxfam. “Es producto de elecciones. Los modelos económicos actuales no solo nos han expuesto más al impacto de la pandemia, sino que están permitiendo que quienes son ya extremadamente ricos y poderosos, exploten esta crisis en su beneficio”.

La ONG británica propone lo que otras muchas: aumentar los impuestos a los más ricos, liberar las patentes de las vacunas.

“Nunca ha resultado tan importante poner fin a las violentas y obscenas desigualdades recuperando el poder y la riqueza extrema de las elites, a través de medidas fiscales que permitan reintegrar el dinero a la economía real y salvar vidas”, dijo la colombiana Gabriela Bucher, directora de Oxfam International.

Es el capitalismo, estúpido

«Mientras los bancos centrales y los gobiernos de los países ricos inyectaban billones de dólares para salvar la economía, una gran parte de ese dinero parece haber acabado en los bolsillos de los más ricos, que se han aprovechado del auge de los mercados bursátiles y otros activos”, dijo Fran Cortada.

El resultado es “más riqueza para unos pocos y más deuda pública para todos”. “No vino solo: es consecuencia de políticas”, insistió.

El informe de la asociación fue presentado ante el Foro Económico Mundial, un ámbito de intercambio entre grandes empresarios y políticos que habitualmente se reúnen en las montañas de la rica ciudad alpina de Davos, en la riquísima Suiza.

Los más lúcidos de estos personajes unidos por su defensa de la economía de mercado están también sorprendidos por el aumento astronómico de las desigualdades.

Sus discusiones de este año, que como las del año pasado serán virtuales, se centrarán en ese tema.

Y es probable que muchos de ellos piensen lo mismo que aquel gurú de Wall Street, el estadounidense Warren Buffet, que hace unos años pidió que le aumentaran los impuestos porque de seguir el mundo así se iría “insensiblemente hacia una explosión social que a nadie le convendrá”. ¿A nadie? Léase: a ellos.

“Los ricos debemos ser conscientes que la lucha de clases existe y que la estamos ganando nosotros”, dijo entonces Buffett, que figura entre las diez fortunas más grandes del planeta.

Difícil que de estos milmillonarios salgan más que migajas, iniciativas filantrópicas, o parches más o menos insultantes.

De cambio de fondo, ni hablemos.