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Encuentro América Latina – Europa

Actuar antes de que
la catástrofe sea inevitable (Parte II)

El pasado 5 de noviembre se realizó el 1er. Taller Sindical América Latina (Brasil, Argentina, Uruguay) y Europa (España-Italia) cuyo foco estuvo puesto en el “Medio ambiente y cambio climático en las cadenas de producción / cadenas de valor de la agroindustria y turismo”. Hoy transcribimos una segunda entrega.

Carlos Amorín

5 | 12 | 2024


Imagen: Carton Club
Un camino peligroso

En opinión de Kristjan Bragason, secretario general de la Federación Europea de Sindicatos de Alimentación, Agricultura y Turismo (EFFAT), “Se ha vuelto más relevante que nunca proteger el medio ambiente. Las evidencias de las graves y potencialmente catastróficas consecuencias del cambio climático son más convincentes que nunca ─continuó─.

Estamos en un camino peligroso que podría conducir a cambios irreversibles en los sistemas climáticos del planeta. Invertir esta tendencia es vital para nuestro planeta, para las generaciones futuras y para proteger el empleo, los derechos de los trabajadores y la seguridad”.

Bragason agregó que “La aceptación social (de la transición verde, ndr) es clave y requiere medidas genuinamente sociales y ecológicas, junto con el apoyo democrático a través de la participación sindical. Para abordar con éxito la crisis climática y la injusta distribución de la riqueza en la cadena alimentaria, necesitamos coherencia.

Debemos aplicar políticas ecológicas al tiempo que abordamos cuestiones sistémicas perjudiciales para el medio ambiente y los trabajadores, como la concentración del mercado, la especulación alimentaria y los acuerdos comerciales insostenibles. La transición ecológica debe ser una oportunidad para los trabajadores de nuestros sectores y no una amenaza adicional. Necesitamos una transición justa”, finalizó.

Tenemos el desafío de dar respuestas

Vicente López, director de la Fundación 1 de Mayo, de CCOO, resaltó que “Esto que ha sucedido en Valencia ─estoy allí en este momento, quitando barro de las calles junto a miles de voluntarios─ es un ejemplo de cómo la política puede contribuir a mitigar los efectos del cambio climático, o a agravarlos.

El actual gobierno derechista de Valencia, que hasta hace pocos meses estaba aliado a la ultraderecha de esta región, dejó librado al mercado la solución de los problemas ambientales; lo primero que hizo al asumir fue eliminar la unidad de emergencias que había montado el gobierno de izquierda anterior, y poner a su frente a un ex torero sin capacitación en este tema. Su gestión ha sido nefasta y se ha sumado al coro negacionista del cambio climático.

Las zonas más afectadas por estas inundaciones son las ‘ciudades dormitorio’ de Valencia ─continuó López─, las zonas de clase trabajadora y que son quienes van a sufrir de manera más virulenta esta crisis, que va más allá de lo ambiental: es una crisis sistémica, incluso se podría decir de ‘civilización industrial’, que tiene un carácter multidimensional, multiescalar con implicaciones muy variadas.

Es multidimensional porque no es solamente ecológica, no es que afecte solo a los bosques, o a los ríos como recursos hídricos solamente, sino que se trata de toda una biodiversidad que es lo que está detrás de nuestra forma de vida, y de supervivencia. Nosotros para las empresas somos simples recursos, como el petróleo o el litio o el agua, somos un recurso más dentro del aparato productivo.

Hace pocos meses ─recordó López─ se decía en un congreso de CCOO que los sindicatos se encuentran en este tema ante una tensión, por la cual estamos acostumbrados a ver la cuestión laboral dentro de un marco de crecimiento económico, del aumento de la productividad y de la renta.

Nos hemos criado en torno a esta justicia distributiva y de condiciones de trabajo. La actual crisis ecosocial nos pone un límite que hasta ahora no teníamos en mente. Vemos que los recursos naturales, energéticos y de todo tipo son finitos y pueden poner en duda los sistemas productivos como los hemos entendido hasta la actualidad.

Como movimiento sindical tenemos el desafío de dar respuestas a estas limitaciones, que no pueden ser otras que una redistribución y un mayor internacionalismo del movimiento obrero, porque si no nos veremos enfrentados a más pobreza social, y a un nuevo neocolonialismo que crece a nivel internacional”, concluyó.