La acción derivó en una multa de 1500 euros por parte de la Federación Europea de Handball (EHF), por incumplir con una arcaica norma de vestimenta impuesta por reglamento.
El hecho generó múltiples críticas y acusaciones de sexismo en su momento y sentó un precedente pues, casi cuatro meses después, la Federación Internacional de Handball (IHF) anunció que ya no será obligatorio el uso de bikinis.
Sin embargo, las atletas de la disciplina de playa solo podrán utilizar shorts ajustados tipo de ciclista y tops que cubran todo su torso. La modificación es un logro para las atletas ante un reclamo que no es nuevo, pero aun deja lugar a controversias respecto de la obligación de que esta sea “ajustada” al cuerpo y no “holgada” como en el caso de los hombres.
El punto central de las acusaciones de sexismo reside en que hasta el momento las normativas eran distintas para las mujeres. Mientras a ellas se les exigía competir en bikini (un diminuto sostén deportivo sin mangas en la parte superior, y la prenda inferior no debía tener más de 10 centímetros de ancho de cada lado), a ellos se les permitía jugar con camisetas amplias sin mangas y shorts hasta las rodillas.
Según reportó el diario inglés The Guardian, los ministros de Deportes de cinco países europeos (Dinamarca, Noruega, Suecia, Islandia y Finlandia), enviaron el mes pasado un escrito en conjunto a la FIH solicitándole modificar sus arcaicas reglamentaciones en torno a la vestimenta requerida a los equipos femeninos.
El objetivo de este pedido era “no solamente contener a las actuales atletas, sino también respaldar y alentar a todos los deportistas sin importar su género o sus antecedentes para que permanezcan en el deporte”.