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Con Lubia Elizabeth Salazar

Mujeres perdiendo el miedo

El Comité Latinoamericano de Mujeres de UITA, Guatemala (Clamu G), viene desarrollando desde su relanzamiento en marzo de este año diversas actividades que contribuyen a la construcción de ámbitos donde las mujeres trabajadoras se encuentran y comparten, se capacitan y van perdiendo el miedo. Lubia Elizabeth Salazar, coordinadora del Clamu G nos ayuda a comprender los desafíos y éxitos de esta experiencia colectiva.

-¿Dónde trabajas?
-Trabajo en una maquila textil y soy dirigente sindical. En la empresa somos algo más de 900 trabajadores y trabajadoras, casi 50 por ciento varones y 50 por ciento mujeres.

Nos cuesta bastante integrarla a las compañeras a la actividad sindical. Hay una cultura muy patriarcal fuertemente introyectada que debemos combatir.

Cuando el sindicato se acerca a convocarlas, hay todo tipo de excusas para rechazar la participación que van desde, que los esposos no quieren, que deben cuidar a sus hijos e hijas, o porque temen no conseguir más empleo si pierden este.

No es una tarea sencilla pero hemos venido ganando terreno con los talleres de capacitación del Clamu G. Hasta yo comencé a perder el miedo de hablar con las demás compañeras e invitarlas a que se acerquen. El temor a pertenecer a una organización es hoy por hoy el principal factor que nos traba.

-¿Cuándo te sumas a esta experiencia del Clamu G?
-En marzo de este año cuando me invitaron al taller sobre igualdad de género y sindicatos. A partir de ahí decidí sumarme a esta red, que hoy orgullosamente coordino.

-He notado una creciente participación y un protagonismo mayor de parte de las compañeras…
-Sí la hay, hay mayor participación y las mujeres se sienten en un ámbito propicio y seguro donde expresarse, aunque el proceso no es sencillo porque una se crió en una matriz donde la voz y la opinión de las mujeres no son tenidas en cuenta, donde siempre pensamos que mejor no hablar porque si decimos algo que no quiere oír el papá o el marido pueden venir los golpes.

No es fácil salirse de eso, yo todavía tengo miedo a equivocarme, a decir algo inoportuno y como yo hay otras, pero sin dudas estos talleres nos ayudan mucho a trabajar para salir de esa matriz en las que nos criamos, ampliar horizontes, empoderarnos.

-Se observa una suerte de contención entre las integrantes del Clamu G…
-Sin dudas y la tecnología nos ayuda en eso ya que creamos un grupo de chat de la red de mujeres del Clamu que creció a partir del encuentro que se realizó en setiembre pasado y se sumaron compañeras de otros países de América Latina y El Caribe.

A través de ese grupo recibimos las inquietudes y dificultades que tienen cada una y se buscan formas de contener y solucionar los problemas. Hay mucha solidaridad, mucha unión. No nos sentimos solas.

Nunca pensamos que nos iba a ir tan bien cuando nos lanzamos a este desafío en marzo, pero hoy somos un grupo ensamblado, del cual también participan hombres y es un apoyo fuerte para este proyecto.

-¿Qué cosas hay que ajustar el próximo año? ¿Qué desafíos se plantean?
-Nos gustaría continuar con este ciclo de capacitación que nos ofrece la Rel UITA, que sea extensivo a los varones porque la violencia de género en Guatemala es muy fuerte, está muy presente en los hogares, en los trabajos, en las instituciones, en la sociedad en general.


En Guatemala, Gerardo Iglesias