-¿Cuántos trabajadores fueron despedidos y cuántos ya han sido reintegrados?
-En total fueron 40. Ahora logramos el reintegro de cuatro, pero ya está avanzado el proceso para otros 13 trabajadores confiando que serán reintegrados también.
-¿Cómo se logró la reintegración?
-En primer lugar hay que destacar que, para los tiempos judiciales de Guatemala, fue un proceso bastante rápido. Aun así, llevó casi dos años reintegrarlos, pero estos juicios pueden llegar hasta cuatro o cinco años.
Estos cuatro compañeros estuvieron 1 año y 11 meses despedidos y ahora ya fueron totalmente reinstalados. Durante el proceso hubo que apelar hasta que la justicia determinó el reintegro bajo pena de elevadas multas en caso de no cumplirse.
Como se trata de la municipalidad, los alcaldes y los funcionarios públicos gozan de inmunidad y no les conviene incumplir una sentencia de la justicia laboral porque podrían quedar expuestos a perder el fuero de servidores públicos.
Nuestros compañeros y nuestras compañeras llevaban dos meses trabajando cuando fueron despedidos por haberse afiliado al sindicato. Al iniciar la demanda por despido antisindical pensamos que podría ser más complicado debido a su escasa antigüedad. Sin embargo, lo vamos logrando.
Durante estos casi dos años de juicio estos trabajadores tuvieron que arreglase como podían, buscar otros empleos para mantener a sus familias, pero estaban pendientes de las acciones del sindicato y eso fue algo desafiante para nuestra directiva que siempre los respaldó.
Son procesos muy difíciles, sobre todo al principio, donde el factor de desesperación de la gente juega mucho. Ahí es donde nos toca como organización informar y explicar los pasos del proceso legal y dar contención emocional, además de económica.
Hubo que ser incisivos para agilizar el proceso. Con la pandemia se cerraron las oficinas públicas, entre ellas los juzgados, lo que retrasó el fallo.
-¿Cómo evalúas este avance?
-Sin dudas es un gran paso porque sienta un precedente para los trabajadores y las trabajadoras municipales a nivel nacional, que generalmente están muy vulnerables a los cambios de gobierno.
También es un freno a los abusos de poder. Jerarcas como el director de Tránsito de la Municipalidad de Villa Canales, César Lorenti, mantienen una férrea postura antisindical y nos amenazan y discriminan a diario.
Para nuestra organización sindical estos reintegros nos fortalecen, porque en Guatemala ser sindicalista muchas veces puede costar la vida. Estas conquistas nos dicen que vamos por el camino correcto.
Ahora vamos por una negociación colectiva que mejore las condiciones laborales y estamos encarando una campaña de afiliación.
-Felicitaciones por el trabajo…
-Muchas gracias, y aprovecho para agradecer también a la Rel UITA, a Festras y al sindicato de Coca Cola (Stecsa), que siempre nos acompañaron en esta lucha.