La historia no es nueva. En noviembre pasado tres dirigentes del Sindicato Único de Trabajadores de Alsur Perú (SUTAP) ya denunciaban el sistemático acoso moral que sufren por parte de mandos medios y las penosas condiciones de trabajo en la exportadora de alcachofas.
Ante esa situación la Federación solicitó una reunión con la gerencia de la firma y respaldó al sindicato en sus denuncias ante el Ministerio de Trabajo.
“Enviamos una nota solicitando la entrevista, pero cuando llegamos nos dijeron que no estaban enterados de esa solicitud y que pensaban que éramos de la Asociación de Exportadores. Un relato bastante inverosímil”, señala Alexander Caballero.
Las trabajadoras son obligadas a pelar entre 27 y 30 alcachofas por minuto y para colmo reciben un trato degradante e irrespetuoso por parte de gerentes y encargadas de sección.
“El gerente llegó a arrojarles agua con una manguera para hacerlas salir de la planta, argumentando que no había trabajo cuando en realidad ellas estaban trabajando. Las compañeras radicaron la denuncia policial ante semejante agresión”, indicó Caballero.
Por otra parte, los dirigentes informaron que ya son ocho los pliegos petitorios desestimados por la empresa y que están en proceso de judicialización.
Pero lo que más les inquieta es el feroz acoso moral que sufren las trabajadoras.
“Lo más preocupante es el temor que sienten las compañeras hacia el gerente general, el español José del Valle, y hacia Julio González con quien nos reunimos y pudimos constatar personalmente la forma despectiva con la que se refiere a las sindicalistas”, denuncia Caballero.
María Tafur, secretaria general adjunta de la FNT CGTP ABA e integrante del Comité Ejecutivo Latinoamericano de la UITA, presente también en la reunión, se mostró indignada ante el maltrato de González a las dirigentes sindicales.
“Se dirigió a la compañera Marleny Loaiza, secretaria general del SUTAP, como ‘cabecilla’, como si la organización fuese una asociación delictiva. Pero no se quedó en eso, en todo momento fue irrespetuoso y prepotente y llegó a decir que estas trabajadoras son como burros porque no entienden las cosas”, subrayó Tafur.
Tanto el Sindicato como la Federación han radicado denuncias ante la autoridad de Trabajo, pero no han obtenido hasta ahora ningún resultado.
La mayoría de las trabajadoras de ALSUR son madres jefas de familia, por lo que viven con el miedo a flor de piel de perder el trabajo y de eso se aprovecha la empresa.
“Es lamentable que el Ministerio de Trabajo no responda a las demandas. La coyuntura política e institucional de Perú hace que la situación de estas obreras sea muy complicada.
Nos respaldamos en nuestra internacional UITA, y en la solidaridad que nos puedan brindar las hermanas afiliadas españolas, para difundir estos atropellos que al no ser combatidos por las autoridades competentes terminan por ser avalados”, dice Caballero.