Arduas jornadas laborales, ingresos mínimos y largas horas en el transporte público para llegar a sus centros laborales son las condiciones que afrontan la mayoría de los trabajadores del sector turístico, quienes durante sus turnos deben de lidiar con el humor de los vacacionistas o viajeros nacionales e internacionales, afirman especialistas consultados por La Jornada e instituciones económicas mundiales.
La Jornada, México
2 | 8 | 2024
Foto: AFP
Una gran parte de los trabajadores de los consorcios hoteleros instalados a lo largo del país, sobre todo los de los destinos de playa o los que reciben a empresarios o al denominado turismo de negocios, sobreviven por las propinas y el salario suele ir destinado al transporte y a la alimentación, precisan.
En el mejor de los casos, la gran masa laboral del sector turístico puede trabajar hasta siete meses al año, pero en la mayoría del país, el tiempo promedio del empleo es de cinco meses y la mayoría de sus ingresos oficiales van dirigidos al pago de transporte, de alojamiento y de alimentación.
Esta situación no es exclusiva de México, pues la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) la tiene identificada a nivel mundial, motivo por el cual ha recomendado una serie de acciones que las grandes empresas deberían poner en práctica para mejorar el entorno laboral y también retener el talento humano.
Ignacio Martínez, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (Lacen) de la UNAM, explica en entrevista la situación a la que se enfrentan los trabajadores del sector turístico.
“El año tiene 12 meses, pero en una gran mayoría de los casos, como en el norte de México, los consorcios hoteleros reciben un flujo constante solamente en cinco, es decir, el empleo de recamareras, botones, recepcionistas, cocineros y chefs, entre una gran cantidad de personas, es temporal.
“Si pensamos en el sur, específicamente en el Caribe o la Riviera Maya, el flujo de turistas es constante durante siete meses y ese es el tiempo que tienen empleo las personas, además que en estos grandes complejos llamados “todo incluido”, hay jardineros, personal de mantenimiento, y solo hablamos de los empleos directos”, precisó el experto.
“Podemos afirmar que los trabajadores del sector turístico son los que cuentan con las condiciones más precarias, porque reciben un salario mínimo y tienen que transportarse, en la mayoría de las ocasiones, en trayectos de dos horas o más, y hay que agregar la comida“.
El más reciente reporte de la OCDE sobre Tendencias y políticas turísticas 2024 indica que a nivel mundial “la actividad turística suele realizarse en lugares estacionales o remotos, lo que puede limitar otras oportunidades económicas.
“Los destinos turísticos desarrollados para satisfacer únicamente las necesidades de los turistas pueden carecer de los servicios comunitarios esenciales necesarios para atraer y retener una fuerza laboral estable”, detalla dicho informe.
En este sentido, Ignacio Martínez expone que “ese es uno de los mayores problemas, y lo que más salta es que las personas que trabajan en los complejos hoteleros tienen que estar altamente calificados para que la atención al huésped sea la misma que reciben en países desarrollados.
“Entonces son personas que cuentan con una alta expertise en lo que hacen, pero solamente tienen empleo, la gran mayoría, cuando es temporada alta de vacaciones… Lo que contrasta es que los altos directivos si tienen empleo todo el año, se les brinda hospedaje hasta por un mes, alimentación y transporte, pero a la fuerza laboral no.”
En este sentido, la OCDE precisa que “la competencia laboral se extiende más allá de los trabajadores altamente calificados. Hay países donde los migrantes son una fuente importante de mano de obra, también los estudiantes internacionales y los turistas que trabajan, pero este flujo de trabajadores se cortó durante la pandemia de 2020.
“Estos trabajadores suelen estar más disponibles para responder a los aumentos estacionales en los destinos durante las temporadas altas de turismo. Atraer a estos trabajadores de regreso a los países requiere coordinación horizontal entre los gobiernos, en materia de visas y otras cuestiones”, puntualiza la OCDE.
El director del Lacen, expone también que las brechas salariales en el sector turístico son notorias entre los trabajadores de los complejos hoteleros de negocios y los de centros vacacionales, “porque en los primeros es donde va el empresario que no le importa pedir un platillo de 100 dólares en la cena y deja buenas propinas. Pero los que trabajan en los complejos vacacionales reciben 5 o 10 dólares de propina, pero no se considera la apreciación del peso, en los últimos años la divisa mexicana se fortaleció, son menos propinas… Ahí ocurre la fuga de talento”.
En su reporte, la OCDE emite una serie de recomendaciones que deberían poner en práctica los gobiernos y las empresas para poder retener el talento en el sector turístico, entre las que destaca habilitar transporte público adecuado a las necesidades de los turnos de trabajo; dar acceso a educación y atención médica para dependientes; otorgar cuidado infantil que se adapte a las necesidades de los patrones de turnos de los trabajadores del turismo, así como a la infraestructura comunitaria, en términos más generales, para brindar a los trabajadores del turismo oportunidades de participar plenamente.
“El impacto del turismo en las comunidades a menudo genera aumentos en el costo de vida, lo que dificulta las cosas para los residentes locales. Para abordar estas cuestiones es importante integrar el turismo en planes más amplios de desarrollo económico y regional y garantizar que los formuladores de políticas consideren las necesidades de las personas y la comunidad al implementar nuevos programas”, concluye la OCDE.