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Los cortadores de caña sobreviven en la miseria

Ingenio paga US$ 2,20 la tonelada de caña cortada

“…en la profundidad del
socavón verde,
en esa soledad donde el machete
empuñado por la miseria corta
caña y silencios.
Allá en lo más profundo, la rebeldía
se asoma sin miedo y se organiza en la búsqueda
de la dignidad..”.

Como parte de la “Jornada Nacional de Lucha contra la Explotación de los Trabajadores del Campo” el Sindicato Independiente Nacional Democrático de Jornaleros Agrícolas (SINDJA), realizó un paro de labores el pasado 17 de marzo en el Ingenio Azucarero “Emiliano Zapata”, el más grande del Estado de Morelos donde funciona la sección IV de dicha organización sindical.

En marzo se cumplieron tres años de la histórica huelga de las fresas en San Quintín, Baja California. Por aquellos años en un supermercado del Distrito Federal la caja de fresas de 450 gramos costaba entre 40 y 50 pesos, pero los cosechadores apenas ganaban 10 pesos por pizcar 15 veces la misma cantidad de fruta.

Hoy el Sindicato se ha extendido a lo largo de todo México: en Morelos, Oaxaca, Jalisco y otros Estados del bajío y del centro del país.

A los trabajadores del Ingenio “Emiliano Zapata” se les paga 40 pesos la tonelada de caña cortada, es decir unos 2,20 dólares. Un trabajo a destajo donde la salud yace a pedazos entre los surcos para asegurar el corte antes que llegue la tarde y el cañaveral se convierta en un enterradero de músculos y sudor.

El Sindicato está exigiendo un Contrato Colectivo en el cual se incluya un aumento a 60 pesos, es decir que se pague a 3,30 dólares la tonelada así como vales de alimentación, herramientas de trabajo, un seguro de salud y vida, uniformes y botas de trabajo.

Los trabajadores deben pagar por el corvo que usan para cortar la caña.

En los campos laboran unos 1.400 cortadores, que viven en condiciones de pobreza extrema, en asentamientos tales como la Comunidad Proletaria “Gustavo Salgado Delgado” donde se encuentran muchos de los miembros de la Sección IV del SINDJA.

En estas comunidades y asentamientos no hay energía eléctrica, no hay agua, ni pensar en transporte público o servicios de salud.

La precariedad en que viven los cortadores de caña recuerdan las condiciones de vida del siglo XIX antes de la revolución mexicana.

Mucho palo pa’ que aprendan
En la tierra del mayoral

En la Comunidad Proletaria el pasado 21 de marzo, el Sindicato denunció actos de intimidación. A uno de sus integrantes “le dieron un levantón” como se dice popularmente en México, es decir, lo subieron a un carro donde le propinaron una paliza bestial. Una paliza por elevación para el resto de los afiliados.

Sin embargo sus compañeros y compañeras activaron inmediatamente una búsqueda colectiva en la zona pudiendo dar con su paradero. Aunque muy golpeado, fue encontrado con vida.

Pese a esto la organización de los cortadores no se detiene: “no hay mucho que perder”, suelen comentar.

Sin dejarse intimidar por el ambiente de tensión, la represión y el hostigamiento constantes, la Sección IV del SINDJA acompañada por sus líderes nacionales, incluyendo su secretario general, Lorenzo Rodríguez, iniciaron el pasado 27 de marzo la mesa de diálogo con los representantes empresariales.

Desde el Sindicato se exigen mejores condiciones contractuales para los cortadores de caña de Morelos que posibiliten una vida digna.

Luchamos para sobrevivir, no tenemos nada que perder” dijo Lorenzo, al informar que los avances en la mesa de negociación demandarán de mucha tenacidad y lucha de todos los cortadores.

Una lucha que debemos hacerla nuestra.


Fotos: cortesia SINDJA