La Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUR) condenó la situación a través de un comunicado de prensa.
La agencia hizo referencia a los casos de Alaska Contreras Ponce, una trans de 25 años, Reina Gay 2018 del municipio de Martínez de la Torre de Veracruz, encontrada asesinada, semidesnuda y con signos de tortura y un alambre de púas alrededor del cuello el 25 de julio, y de Elián Alexis, un gay menor de edad cuyo cuerpo fue hallado en un baldío.
Jan Jarab, representante local de ACNUR, subrayó que “de acuerdo con los compromisos internacionales en materia de derechos humanos que México ha adquirido, el Estado tiene la obligación de proteger el derecho de las personas LGBTI a la vida y a la seguridad personal.”
“Adicionalmente, el Estado tiene la responsabilidad de adoptar medidas para prevenir los asesinatos motivados por el odio, las agresiones violentas y la tortura, y de investigar estos delitos rápida y diligentemente con el fin de llevar a los responsables ante la justicia,” agregó.
Llamó también a las autoridades a tomar todas las medidas para contrarrestar las actitudes homofóbicas y transfóbicas y promuevan el respeto hacia la población LGBTI, en especial que los casos no queden en la impunidad, y alertó sobre “el incremento de discursos y acciones que constituyen una amenaza a los derechos de la población LGBTI”.
Casos similares se han producido en otros estados.
El 14 de junio, en El Olimpo, Michoacán, se reportó el hallazgo del cadáver de una persona trans con una herida de bala en la cabeza.
Dos días después, en Manzanillo, Colima, se encontró el cuerpo de una mujer trans en una cuneta, y el 19 de junio en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, fue asesinada en su casa Nayali Briyith Sánchez, mujer trans procedente de Honduras que ejercía el trabajo sexual.
El 24 de junio, en Yautepec, Morelos, Katty fue asesinada al interior de un bar. Un día después, en Jesús María, Aguascalientes, fue hallado sin vida sobre la cama de su casa, con huellas visibles de golpes el cadáver de Alexa Gutiérrez.
El 15 de julio, en Toluca, Estado de México, en plena calle, Chanel fue asesinada casi a la medianoche, cuando un hombre se le acercó para preguntar por sus servicios e inmediatamente le dio cuatro tiros en el pecho y uno a la altura del hígado.
Una semana después, el 22 de julio, Alexa Altamirano, de 21 años, fue desaparecida y asesinada en Silao, Guanajuato, después de asistir a un concierto, y el 24 de julio en Chalco, Estado de México, se encontró el cadáver de una mujer trans con el rostro cubierto por una bolsa de plástico blanco.
Entre tanto, en Yucatán, organizaciones de la sociedad civil denunciaron tres casos acontecidos en julio.
El primero fue el de una persona del sexo masculino encontrada en un hotel del centro de Mérida ultimada a golpes, El segundo ocurrió en el municipio de Umán: la víctima relató antes de fallecer que había sido agredida por su orientación sexual. El tercero sucedió en Villas de Oriente, donde un cadáver fue encontrado amarrado y con huellas de estrangulamiento.
A principio de este mes, el 1 de agosto, en San Luis Potosí, el Colectivo Gay Igualdad San Luis A.C. denunció el asesinato de un joven gay al exterior de una discoteca a manos de un grupo de taxistas y la misma noche, en Culiacán, Sinaloa, se reportó el homicidio de Joseph García al interior de su hogar.