Francia | DERECHOS | JUSTICIA

La plana mayor de una mega empresa ante la justicia

Un modelo de gestión laboral en el banquillo

Por primera vez en Francia, dirigentes de una de las empresas más importantes del país deberán responder ante la justicia por las consecuencias de su gestión de las relaciones laborales, que condujo a decenas de suicidios de trabajadores.

Se trata del ex CEO de France Telecom Didier Lombard y de otros seis directivos de la antigua firma estatal de telecomunicaciones francesa, rebautizada Orange en 2013.

Entre 2006 y 2010, la dirección de esta megaempresa de punta implementó un plan de reducción de 20.000 puestos de trabajo que tuvo entre sus consecuencias directas el suicidio de 19 empleados. Muchos otros intentaron eliminarse, y más aún padecieron depresión y otras enfermedades.

Lombard y los otros seis ejecutivos, entre ellos el gerente de Recursos Humanos de la compañía, fueron llevados ante los tribunales por 39 asalariados o ex asalariados de la empresa o sus familias, respaldados por el sindicato Sud PTT.

Se los acusa de “acoso moral”, tanto a ellos como a la propia empresa.

Nunca antes la plana mayor de una firma del llamado CAC 40, el índice bursátil de referencia de las 40 mayores empresas francesas, había debido afrontar un juicio por su gestión social.

Cuando France Telecom fue privatizada, su dirección decidió poner en práctica un plan de reducción de empleos con el fin de “competir en un mercado particularmente exigente”. En tres o cuatro años, un 20 por ciento del personal debía lisa y llanamente desaparecer.

Y así lo hicieron. A un enorme costo social que se tradujo en jugosos beneficios para los accionistas de la compañía, cuyos dividendos aumentaron 40 por ciento. Para los dirigentes de la compañía, su plan de reestructura fue un éxito rotundo.

Un plan sistemático

El proceso iniciado este lunes 6, que debería extenderse por varias semanas, será también el proceso a toda una nueva camada de ejecutivos de empresas que en nombre de la modernidad y los cambios aplican métodos de gestión marcados por una violencia sin precedentes, dice la publicación.

Lombard –apuntan los jueces de instrucción del caso– “aparece como el principal responsable de la puesta bajo presión de la empresa para desestabilizar a los asalariados” y de la creación de un clima de ansiedad “a través de múltiples y caóticas reorganizaciones, invitaciones reiteradas al abandono de la empresa, una movilidad forzada, sobrecargas de trabajo, maniobras de intimidación y amenazas”.

El expediente judicial habla de un acoso sistemático a los trabajadores –incluidas presiones psicológicas– para que renunciaran a sus empleos, sobre todo a aquellos que la empresa consideraba “desechables”, por su edad o porque estimaba que no se adaptaban a las exigencias de la “competencia”.

Más de siete años les llevó a los magistrados reunir la documentación que les permitió acusar a unos ejecutivos y una empresa que se valieron de todos los medios para ponerles palos en la rueda, ocultándoles información o intentando desacreditar a los denunciantes.

Finalmente llegaron a una conclusión: los denunciados no podían ignorar las consecuencias de sus actos. A pesar de que lo negaran, o que trataran de acusar a los mandos medios de la compañía de “desbordes” en la aplicación de los proyectos de reestructura que ellos mismos habían decidido.

Como conversos

La retórica de los ejecutivos cuando se decidieron a aplicar su plan de “modernización” los delataba, dice una crónica del portal Médiapart: hacían responsables a los asalariados de su propia “evolución profesional”, uno de los preceptos clave del “neo management”.

Traducción: quienes no podían “reconvertirse”, por el motivo que fuera, debían dejar libre el camino a quienes sí podían hacerlo y estaban “a la altura del desafío”.

La responsabilidad sobre el futuro de la empresa era de esa manera transferida a los asalariados, señalan los jueces.

El expediente judicial tiene un defecto mayor, señala Médiapart: omite que las autoridades estatales de la época estaban al tanto y aprobaban los proyectos de la empresa. Menciona reuniones de trabajo entre las autoridades de France Télecom y la secretaría general de la presidencia de la república, pero no da el paso de acusar a las autoridades políticas.

Casi todos los ejecutivos de France Telecom salían de las principales escuelas públicas de administración del país y aplicaron “con la convicción propia de los conversos el recetario del neoliberalismo: todo para los accionistas”, destacó el portal.

Médiapart destaca lo evidente: todo un modelo de gestión laboral neoliberal estará sentado en el banquillo en las próximas semanas, que abarca al sector privado y también al público y que sigue siendo hegemónico en el mundo entero.