-¿Cuáles son los principales problemas que están viviendo en Calvo Conservas de El Salvador?
-Hemos avanzado, luego de la Campaña de la UITA, pero dentro de la fábrica la dificultad mayor es la discriminación contra quienes se afilian al Sindicato Obrero, y el maltrato que padecemos por parte de varias encargadas. Las jefaturas, muchas veces, se niegan a dialogar con el Sindicato Obrero para hallarle solución a estos problemas.
Hay integrantes del sindicato cercano a la empresa, que difunden información distorsionada entre los trabajadores y trabajadoras, incluso referidos a despidos. La empresa proporciona información contradictoria a ambos sindicatos y esto genera confusión, desconfianza y división entre el personal. Se hacen correr rumores de despidos y eso aterroriza a muchas trabajadoras que son jefas de hogar o madres solteras y ése es el único ingreso familiar. Y es que los dirigentes del sindicato cercano a la empresa son jefes también en la empresa.
La discriminación de algunas encargadas suele terminar en despidos injustificados, ya que ellas forman grupos de adeptas, de trabajadoras preferidas por ellas, a quienes beneficia todo lo que puede mientras el resto padece sus injusticias, amonestaciones, y así se van ensuciando los expedientes de quienes, finalmente, terminan despedidos.
-¿Cómo es la comida que brindan en el comedor?
-Es escasa y el menú es muy repetitivo. La bebida que nos dan nunca está enfriada ni se nos proporciona hielo.
-¿Y en el aspecto de salud y condiciones de trabajo?
-El consultorio médico de la empresa sólo proporciona Diclofenac en pastillas o inyectables, lo que consumido de manera frecuente afecta mucho los riñones. Este medicamento es un potente analgésico y antiinflamatorio. La situación se agrava cuando muchos compañeros y compañeras, con la necesidad de mantener su nivel de productividad alto ya que las encargadas exigen metas hora por hora, evitan acudir al baño y retienen la orina, lo que incrementa aún más el efecto del medicamento en los riñones.
Los baños que están en el piso donde se trabaja están rotos, y entonces hay que ir a otros que están en el primer piso donde están los lockers. Eso hace que se pierda aún más tiempo. Da que pensar que la empresa no repara esos baños para que los trabajadores eviten salirse de la línea de producción por miedo a perder demasiado tiempo.
-¿Cómo evalúas este Seminario?
-Es la primera vez que participo en un evento como este, y es una gran experiencia que me llevo a mi país para compartir con todos y todas en nuestro Sindicato Obrero y en mi trabajo. He podido comprobar que en todos los países los trabajadores y trabajadoras del sector tenemos graves problemas y que a menudo son los mismos.
Pienso que si la unión hace la fuerza, como decimos siempre, entonces instalar esta Coordinadora Latinoamericana de la Pesca es un gran paso adelante en nuestra lucha.
Y aprovecho para agradecer el apoyo que siempre hemos recibido de la UITA, sin el cual todo habría sido mucho más difícil aún.