04
Julio
2017
Una riqueza cada vez más concentrada
Solo cinco hombres poseen casi tanta riqueza como la mitad de la población mundial
Sinpermiso.info
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Ilustración: Allan McDonald
Los súper ricos se están fugando con nuestra riqueza y la plaga de la desigualdad continúa creciendo, afirma el profesor estadounidense Paul Buchheit. La Rel reproduce a continuación fragmentos de esta nota de su autoría, publicada en español en la revista digital Sinpermiso.info*.
Un análisis de datos de 2016 concluyó que las cinco décimas partes más pobres de la población mundial poseen unos 410 mil millones de dólares como riqueza total.
Al 8 de junio de 2017, los cinco hombres más ricos del mundo poseían más de 400 mil millones de dólares en riqueza.
Así, de media, cada uno de ellos posee casi tanto como 750 millones de personas.
¿Por qué permitimos a tan poca gente transferir grandes porciones de la riqueza mundial a ellos mismos?
La mayor parte de los súper súper ricos son estadounidenses.
Los defensores de la brecha de riqueza fuera de control insisten en que todo está bien, porque, después de todo, Estados Unidos es una “meritocracia” en la cual los súper ricos se han “ganado” todo lo que tienen.
Pero no es una meritocracia. Los hijos ya no están viviendo mejor de lo que lo hicieron sus padres. En los ocho años desde la recesión, el valor del Wilshire Total Market1 se ha más que triplicado, creciendo de un poco más de 8 billones a cerca de 25 billones de dólares.
La gran mayoría de ellos se han ido a los bolsillos de los estadounidenses más ricos. Solo en 2016, el 1 por ciento más rico transfirió de la riqueza del resto de la nación a la suya propia cerca de 4 mil millones de dólares.
¿Por qué permitimos a la gente rica no cualificada decirnos cómo vivir? ¡Especialmente a Bill Gates!
Al 8 de junio de 2017, los cinco hombres más ricos del mundo poseían más de 400 mil millones de dólares en riqueza.
Así, de media, cada uno de ellos posee casi tanto como 750 millones de personas.
¿Por qué permitimos a tan poca gente transferir grandes porciones de la riqueza mundial a ellos mismos?
La mayor parte de los súper súper ricos son estadounidenses.
Los defensores de la brecha de riqueza fuera de control insisten en que todo está bien, porque, después de todo, Estados Unidos es una “meritocracia” en la cual los súper ricos se han “ganado” todo lo que tienen.
Pero no es una meritocracia. Los hijos ya no están viviendo mejor de lo que lo hicieron sus padres. En los ocho años desde la recesión, el valor del Wilshire Total Market1 se ha más que triplicado, creciendo de un poco más de 8 billones a cerca de 25 billones de dólares.
La gran mayoría de ellos se han ido a los bolsillos de los estadounidenses más ricos. Solo en 2016, el 1 por ciento más rico transfirió de la riqueza del resto de la nación a la suya propia cerca de 4 mil millones de dólares.
¿Por qué permitimos a la gente rica no cualificada decirnos cómo vivir? ¡Especialmente a Bill Gates!
Los casos de Gates, Buffett y Zuckerberg
¿Filántropos o avivados?
En 1975, a la edad de 20 años, Bill Gates fundó Microsoft con su compañero de instituto Paul Allen. En aquel momento, el sistema operativo CP/M de Gary Kildall era el estándar de la industria. Incluso la empresa de Gates lo usaba.
Pero Kildall fue un innovador, no un hombre de negocios, y cuando IBM llegó pidiendo un sistema operativo para su nuevo PC, no pudo cumplir.
Aunque la entonces recién creada Microsoft tampoco podía cubrir las necesidades de IBM, Gates y Alllen vieron una oportunidad y se apresuraron a comprar los derechos de sistemas operativos de empresas locales basados en el CP/M de Kildall.
Kildall quiso demandar, pero las leyes de propiedad intelectual para el software aún no habían sido promulgadas. Bill Gates tomó lo de otros para convertirse en el hombre más rico del mundo.
Con inversiones directas o acuerdos con Monsanto, Cargill y Merck, Gates ha manifestado su preferencia por el control de las corporaciones sobre los países pobres africanos considerados incapaces de ayudarse a sí mismos.
El gurú de las finanzas Warren Buffett ha abogado a su vez por impuestos más altos para los ricos y un impuesto de sucesiones razonable. Pero su empresa Berkshire Hathaway ha utilizado “cantidades hipotéticas” para “pagar” sus impuestos mientras aplazaba 77.000 millones de dólares en impuestos reales.
Desde finales de 2015, Jeff Bezos ha acumulado una riqueza tal que podría cubrir el presupuesto de vivienda de Estados Unidos, destinado a unas 5 millones de personas. Y ha utilizado paraísos fiscales y caros lobistas para evadir los impuestos debidos por su empresa.
Mientras Mark Zuckerberg (el sexto hombre más rico del mundo y el cuarto de Estados Unidos) estaba desarrollando su versión de red social en Harvard, los estudiantes de la Universidad de Columbia Adam Goldberg y Wayne Ting construyeron un sistema llamado Campus Network, mucho más sofisticado que las primeras versiones de Facebook.
Pero Zuckerberg tenía el prestigio de Harvard y mejor apoyo financiero y se sospecha que pirateó los ordenadores de sus competidores para comprometer los datos de sus usuarios.
Ahora, con sus miles de millones, ha creado una fundación “caritativa”, que en realidad es una empresa de responsabilidad limitada exenta de impuestos.
Los multimillonarios estadounidenses hicieron sus fortunas gracias a la investigación, la innovación y las infraestructuras financiadas con dinero de toda la sociedad.
Sus éxitos derivan de la sociedad, y no deberían ser esos individuos quienes decidan cuál debe ser el uso apropiado de esa riqueza.
La sociedad debería, sí, comprometer una parte significativa de los beneficios anuales de la riqueza nacional a la educación, la vivienda, la investigación en salud y las infraestructuras.
Pero Kildall fue un innovador, no un hombre de negocios, y cuando IBM llegó pidiendo un sistema operativo para su nuevo PC, no pudo cumplir.
Aunque la entonces recién creada Microsoft tampoco podía cubrir las necesidades de IBM, Gates y Alllen vieron una oportunidad y se apresuraron a comprar los derechos de sistemas operativos de empresas locales basados en el CP/M de Kildall.
Kildall quiso demandar, pero las leyes de propiedad intelectual para el software aún no habían sido promulgadas. Bill Gates tomó lo de otros para convertirse en el hombre más rico del mundo.
Con inversiones directas o acuerdos con Monsanto, Cargill y Merck, Gates ha manifestado su preferencia por el control de las corporaciones sobre los países pobres africanos considerados incapaces de ayudarse a sí mismos.
El gurú de las finanzas Warren Buffett ha abogado a su vez por impuestos más altos para los ricos y un impuesto de sucesiones razonable. Pero su empresa Berkshire Hathaway ha utilizado “cantidades hipotéticas” para “pagar” sus impuestos mientras aplazaba 77.000 millones de dólares en impuestos reales.
Desde finales de 2015, Jeff Bezos ha acumulado una riqueza tal que podría cubrir el presupuesto de vivienda de Estados Unidos, destinado a unas 5 millones de personas. Y ha utilizado paraísos fiscales y caros lobistas para evadir los impuestos debidos por su empresa.
Mientras Mark Zuckerberg (el sexto hombre más rico del mundo y el cuarto de Estados Unidos) estaba desarrollando su versión de red social en Harvard, los estudiantes de la Universidad de Columbia Adam Goldberg y Wayne Ting construyeron un sistema llamado Campus Network, mucho más sofisticado que las primeras versiones de Facebook.
Pero Zuckerberg tenía el prestigio de Harvard y mejor apoyo financiero y se sospecha que pirateó los ordenadores de sus competidores para comprometer los datos de sus usuarios.
Ahora, con sus miles de millones, ha creado una fundación “caritativa”, que en realidad es una empresa de responsabilidad limitada exenta de impuestos.
Los multimillonarios estadounidenses hicieron sus fortunas gracias a la investigación, la innovación y las infraestructuras financiadas con dinero de toda la sociedad.
Sus éxitos derivan de la sociedad, y no deberían ser esos individuos quienes decidan cuál debe ser el uso apropiado de esa riqueza.
La sociedad debería, sí, comprometer una parte significativa de los beneficios anuales de la riqueza nacional a la educación, la vivienda, la investigación en salud y las infraestructuras.
*Título y subtítulos son de La Rel.
[1] El Wilshire 5000 Total Market Index, o simplemente Wilshire 500, es un índice bursátil que indica el valor del conjunto de acciones activas en los Estados Unidos. [N. del T.].