08
Marzo
2017
Brasil | Sociedad | AMENAZAS | DDHH

“La intimidación no debe ser ignorada”

En Buenos Aires, Gerardo Iglesias
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Jair Krischke | Foto: Rel-UITA

Legisladores brasileños promovieron iniciativas para que los poderes públicos de su país y la región se solidaricen con Jair Krischke, presidente del Movimiento de Justicia y Derechos Humanos de Brasil, amenazado de muerte junto a otras 12 personas por un comando paramilitar uruguayo por su actuación durante los años de dictadura en el Cono Sur latinoamericano.
Pedro Joao, Paulo Pimenta y Nilto Tatto -presidente, primer vicepresidente y segundo vice respectivamente de la Comisión de Derechos Humanos y Minorías de la Cámara de Diputados de Brasil- se dirigieron a la fiscalía federal de su país, a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y al parlamento del Mercosur para exigir una solidaridad concreta con los amenazados.

Todas las víctimas de las amenazas del llamando Comando Pedro Barneix de Uruguay “actuaron para rescatar la memoria histórica” y el juicio a los responsables del Plan Cóndor de los años 1970, “mediante el cual los militares de los países del Cono Sur se articularon de forma supraestatal para capturar, torturar, matar y ocultar los restos de militantes de izquierda”.

El grupo paramilitar toma el nombre de un general uruguayo que se suicidó en 2015 poco antes de ser conducido a prisión por su participación en delitos de lesa humanidad durante la dictadura en su país (1973-1985) y fuera de fronteras en el marco de la Operación Cóndor.

“Por cada suicidado mataremos a tres en esta lista, aleatoriamente”, amenazaba el comando, recuerda el texto de los tres legisladores brasileños.

Además de Jair, integran el listado, abogados, políticos y militantes de derechos humanos de Uruguay y el jurista francés Louis Joinet.

“La intimidación contra las 13 personas no deber ser ignorada, dada la historia de los militares que cometieron gravísimas violaciones a los derechos humanos en Uruguay y a la conexión internacional que mantuvieron para la comisión de crímenes durante las dictaduras militares en Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia, con apoyo de Estados Unidos”, escriben los congresistas.

Y destacan que según informaciones recogidas por Jair Krischke, “hay evidencias de que los militares uruguayos que participaron en los crímenes de aquella época y permanecen impunes están reorganizándose”.

El caso indica la necesidad de respuestas a las preguntas no respondidas sobre las atrocidades cometidas por agentes do Estado, inclusive contra ciudadanos brasileños”, concluyen.