18
Agosto
2017
España | Sociedad | OPINÓN

Inaceptable

Manuel Bonmati
20170818 Las-Ramblas640

Foto: lacapitalmdp

El terrorismo es una plaga que necesita ser condenada y combatida siempre. No es un fenómeno nuevo en la historia del ser humano y casi siempre ha respondido a visiones minoritarias, mesiánicas, económicas,  políticas o religiosas. Pero también se necesita combatir a un sistema que genera injusticias crecientes.
Al terrorismo hay que combatirlo desde el compromiso democrático de la ciudadanía, la actuación de los cuerpos de seguridad en el ámbito nacional e internacional y desde la implementación de políticas económicas y sociales que le den cohesión a nivel mundial a las sociedades humanas en que vivimos, dentro del respeto más escrupuloso al Estado de Derecho.

El terrorismo, sea cual sea su raíz, es algo que en los sistemas democráticos no puede ser tolerado. Luchar contra él es un elemento central en la defensa de la democracia.

El mundo necesita también ser reorientado sobre unas bases más colectivas y menos individuales, como ha terminado por imponer el neoliberalismo.

Hay demasiados frentes de batalla que cubrir y todas estas batallas hay que darlas respetando el Estado de Derecho, conquistado en la larga lucha por la democracia.

Vivimos en un sistema económico que no cohesiona. Todo lo contrario, desestructura las bases de convivencia del ser humano.

No se puede sin más aceptar las escandalosas situaciones de desigualdad que se viven en el mundo y que todos vemos diariamente en esta era de las modernas tecnologías de la comunicación.

Vemos, por ejemplo, democracias débiles o inexistentes, derechos fundamentales conculcados, pobreza y miseria que deberían revolver las conciencias de cualquier ser humano,  frustración ante la falta de perspectivas de la clase trabajadora y las clases medias.

Y un escandaloso e inaceptable exhibicionismo de poder económico por parte de una extrema minoría, lo que provoca una nula distribución de la riqueza que generamos entre todos, fundamentalmente los trabajadores y las trabajadoras y los sectores medios.

Este nuevo capitalismo que nos desafía como colectividad humana debe ser combatido con un proyecto de sociedad democrática que contenga en el centro de su alma la equitativa distribución de la riqueza, la consolidación en todos los órdenes de los derechos fundamentales contemplados en la Carta de los Derechos Humanos, entre ellos las opciones de las personas en sus creencias políticas, culturales y religiosas.

Contra el terrorismo
Contra un sistema económico que genera violencia
Es difícil escribir estas convicciones a raíz de un atentado terrorista que sus autores pretenden justificar como una respuesta de carácter religioso, cuando ni siquiera representan a la mayoría de la comunidad musulmana mundial.

Es difícil escribir porque la derecha y las clases dominantes lo instrumentalizan a favor  de sus intereses, pretendiendo colocarnos a los demás como locos que estamos en los arrabales de la sociedad.

Pero nos tiene que dar igual, porque los socialistas, que creemos en la democracia y en una organización inclusiva de las sociedades en que vivimos, debemos tener el valor de plantear los graves problemas a los que se enfrenta el ser humano en la búsqueda de una organización social justa y equilibrada.

En pocas palabras: estamos contra el terrorismo pero también contra un sistema económico que genera violencia, como lo observamos todos los días en las guerras y en la pretensión de disminuir la democracia reduciendo o recortando los derechos democráticos, económicos y sociales de la clase trabajadora y de la inmensa mayoría de la ciudadanía.

Hoy más que nunca, o como siempre, debemos defender el sentido crítico y los valores del socialismo democrático.