27
Julio
2017
Misión UITA, S.O.S Brasil
Con Artur Bueno de Camargo
Con Artur Bueno de Camargo
Resistir desde las bases
En Brasilia, Gerardo Iglesias
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Foto: Gerardo Iglesias
El Foro Sindical de Trabajadores (FST), que reúne actualmente a 20 confederaciones nacionales, presentó una denuncia ante la OIT sobre la recientemente aprobada reforma laboral en Brasil. La Rel conversó con Artur Bueno de Camargo, presidente de la CNTA y coordinador del FST, sobre los impactos de esta nueva legislación a las claras, nociva y cómo debe enfrentarla la clase trabajadora.
-¿Qué fue exactamente lo que denunciaron ante la Organización Internacional del Trabajo?
-El FST elevó una denuncia sobre la reforma laboral y su ataque a los derechos de trabajadores y trabajadoras, sobre todo por la forma en que fue implementada, sin ningún tipo de discusión.
Todo lo que la clase obrera presentó para que se incluyera en el texto de la reforma fue descartado por el Congreso Nacional en primera instancia y luego por el presidente Michel Temer, que la sancionó tal como fue presentada.
Otra de las cosas que denunciamos en la OIT es la opresión que viene sufriendo el movimiento sindical en el país. Los actos y acciones sindicales están siendo reprimidos inclusive por la fuerza policial, todo por mandato de Temer.
-El secretario general de la UITA, Ron Oswald, se reunió con el Director General de la OIT, Guy Ryder, para presentar vuestra denuncia…
-Sí y quiero agradecer a la UITA por este respaldo a nuestra lucha, para que podamos presentar nuestra problemática aprovechando que estaremos en Ginebra en oportunidad el 27 Congreso Mundial de nuestra Internacional.
Es muy importante para nosotros dar a conocer al mundo la verdadera situación que estamos viviendo aquí en Brasil.
Las trabajadoras y los trabajadores organizados estamos dispuestos a resistir esta reforma laboral que fue aprobada mediante la compra de votos. Temer literalmente compró a diputados y senadores para que votaran a favor de esta nueva normativa que lesiona los derechos laborales más básicos y significa un retroceso en los derechos conquistados.
La clase obrera no puede permanecer pacífica ante la aplicación de esta reforma.
-¿Qué cosas tiene que cambiar el movimiento sindical brasileño para enfrentar el nuevo escenario que se presentará a partir de noviembre, cuando comience a regir la nueva normativa?
-Hace mucho que vengo insistiendo que el movimiento sindical tiene que cambiar su forma de actuar. No es posible que tengamos 14 millones de trabajadores y trabajadoras desempleados que estén por fuera de las organizaciones sindicales, siendo que es el momento cuando más precisan del sindicato. Esto tiene que cambiar, las organizaciones sindicales tienen que actuar y mostrarse solidarias con esos compañeros y compañeras. Pero es apenas una parte del asunto.
El movimiento sindical brasileño se ha mantenido durante años muy alejado de sus bases, practicando un sindicalismo de escritorio. Eso ha provocado que a la hora de movilizar a los trabajadores y trabajadoras no se lo logre porque no hubo a lo largo del tiempo una presencia real y permanente de los dirigentes.
Todo lo que está sucediendo ahora -la misma reforma laboral- es consecuencia de la gran ignorancia de la clase obrera con relación a los perjuicios que sufrirá. Me atrevo a afirmar que el 90 por ciento de los trabajadores y trabajadoras desconocen lo nociva que será esta reforma y esto es responsabilidad del movimiento sindical, que no ha logrado encontrar la forma de comunicarse, de estar junto al trabajador.
El Foro plantea volver a las bases conjuntamente con las federaciones y sindicatos para concientizar a los trabajadores y trabajadoras formales e informarles sobre los impactos que tendrá la reforma.
Tenemos 100 días antes de que entre en vigencia la nueva ley para armar la resistencia desde las bases.
Además de mostrar la gravedad de las nuevas medidas laborales, tenemos que escrachar a los senadores y diputados que votaron a favor de la reforma para que en las próximas elecciones ningún trabajador o trabajadora los vote nuevamente.
-¿No crees que este gobierno estaba al tanto de las debilidades del movimiento obrero, de sus divisiones y limitaciones, para orquestar todas estas reformas en su contra?
-Es importante saber que este gobierno conoce muy bien cómo funcionan el Ejecutivo y el Legislativo. Temer fue diputado durante cuatro períodos, fue presidente de la Cámara Baja y vicepresidente de la República, y tiene vínculos muy fuertes con el sector empresarial.
-El FST elevó una denuncia sobre la reforma laboral y su ataque a los derechos de trabajadores y trabajadoras, sobre todo por la forma en que fue implementada, sin ningún tipo de discusión.
Todo lo que la clase obrera presentó para que se incluyera en el texto de la reforma fue descartado por el Congreso Nacional en primera instancia y luego por el presidente Michel Temer, que la sancionó tal como fue presentada.
Otra de las cosas que denunciamos en la OIT es la opresión que viene sufriendo el movimiento sindical en el país. Los actos y acciones sindicales están siendo reprimidos inclusive por la fuerza policial, todo por mandato de Temer.
-El secretario general de la UITA, Ron Oswald, se reunió con el Director General de la OIT, Guy Ryder, para presentar vuestra denuncia…
-Sí y quiero agradecer a la UITA por este respaldo a nuestra lucha, para que podamos presentar nuestra problemática aprovechando que estaremos en Ginebra en oportunidad el 27 Congreso Mundial de nuestra Internacional.
Es muy importante para nosotros dar a conocer al mundo la verdadera situación que estamos viviendo aquí en Brasil.
Las trabajadoras y los trabajadores organizados estamos dispuestos a resistir esta reforma laboral que fue aprobada mediante la compra de votos. Temer literalmente compró a diputados y senadores para que votaran a favor de esta nueva normativa que lesiona los derechos laborales más básicos y significa un retroceso en los derechos conquistados.
La clase obrera no puede permanecer pacífica ante la aplicación de esta reforma.
-¿Qué cosas tiene que cambiar el movimiento sindical brasileño para enfrentar el nuevo escenario que se presentará a partir de noviembre, cuando comience a regir la nueva normativa?
-Hace mucho que vengo insistiendo que el movimiento sindical tiene que cambiar su forma de actuar. No es posible que tengamos 14 millones de trabajadores y trabajadoras desempleados que estén por fuera de las organizaciones sindicales, siendo que es el momento cuando más precisan del sindicato. Esto tiene que cambiar, las organizaciones sindicales tienen que actuar y mostrarse solidarias con esos compañeros y compañeras. Pero es apenas una parte del asunto.
El movimiento sindical brasileño se ha mantenido durante años muy alejado de sus bases, practicando un sindicalismo de escritorio. Eso ha provocado que a la hora de movilizar a los trabajadores y trabajadoras no se lo logre porque no hubo a lo largo del tiempo una presencia real y permanente de los dirigentes.
Todo lo que está sucediendo ahora -la misma reforma laboral- es consecuencia de la gran ignorancia de la clase obrera con relación a los perjuicios que sufrirá. Me atrevo a afirmar que el 90 por ciento de los trabajadores y trabajadoras desconocen lo nociva que será esta reforma y esto es responsabilidad del movimiento sindical, que no ha logrado encontrar la forma de comunicarse, de estar junto al trabajador.
El Foro plantea volver a las bases conjuntamente con las federaciones y sindicatos para concientizar a los trabajadores y trabajadoras formales e informarles sobre los impactos que tendrá la reforma.
Tenemos 100 días antes de que entre en vigencia la nueva ley para armar la resistencia desde las bases.
Además de mostrar la gravedad de las nuevas medidas laborales, tenemos que escrachar a los senadores y diputados que votaron a favor de la reforma para que en las próximas elecciones ningún trabajador o trabajadora los vote nuevamente.
-¿No crees que este gobierno estaba al tanto de las debilidades del movimiento obrero, de sus divisiones y limitaciones, para orquestar todas estas reformas en su contra?
-Es importante saber que este gobierno conoce muy bien cómo funcionan el Ejecutivo y el Legislativo. Temer fue diputado durante cuatro períodos, fue presidente de la Cámara Baja y vicepresidente de la República, y tiene vínculos muy fuertes con el sector empresarial.
De esa estrecha relación, Temer obtuvo mucha información sobre los sindicatos y su accionar. Los empresarios conocen la fragilidad del movimiento sindical y esto, sumado al poder político, le dio al gobierno carta blanca para actuar.
Estamos divididos, las centrales sindicales no logran unificar la lucha para poder negociar, proponer o modificar leyes antiobreras. En ese sentido el FST es una opción. Al estar desvinculado de la política partidaria, el Foro se convierte en un espacio amplio de resistencia obrera.
Un sindicalismo ausente y temeroso
“Tenemos que movernos ya”
-Mencionabas hace unos días que hay muchos dirigentes que tienen miedo. ¿A qué le temen?
-Tienen miedo a los trabajadores, no se animan a ir a las puertas de las fábricas por temor a la reacción de los operarios.
Los dirigentes sindicales deben entender que la organización es de los trabajadores y trabajadoras. Y dejar de ser un lugar de confort, donde muchos no hacen absolutamente nada. El problema no son las instituciones sindicales sino la gente que está en ellas y que no desempeña el rol que le fue asignado.
Creo que este es el momento para comenzar a cambiar lo que falla. Los que estamos al frente de las confederaciones sindicales tenemos un papel importante en el impulso de los cambios que queremos, en la resistencia a la aplicación de esta reforma.
Si los empresarios encuentran una verdadera resistencia dentro de sus plantas o fábricas tendrán dificultades para cumplir con sus intereses.
La propuesta del FST es la conformación de cinco comités que recorrerán los diferentes estados brasileños en un lapso de 70 días para informar a los trabajadores sobre los daños que sufrirán si no resisten la aplicación de la reforma e insistir en que conozcan quiénes votaron a favor de esta legislación y por consiguiente en detrimento de la clase obrera.
-Será necesario tener coraje, resiliencia pero sobre todo osadía para enfrentar lo que se viene. En ese sentido me ha sorprendido positivamente que la CNTA y la Contac dejen de lado sus diferencias y estén juntas en esta etapa.
-Antes que nada debemos tener claro que esta es una lucha de clases, no se trata de una disputa de categorías o sectores. Eso es lo que el movimiento sindical tiene que comprender, esta es una lucha de la clase obrera, por lo tanto estamos convocando a todas las organizaciones a que se sumen a ella.
Considero que si la resistencia a la reforma laboral es efectiva, el Congreso descartará la reforma de la seguridad social, pero tenemos que movernos ya.
-Tienen miedo a los trabajadores, no se animan a ir a las puertas de las fábricas por temor a la reacción de los operarios.
Los dirigentes sindicales deben entender que la organización es de los trabajadores y trabajadoras. Y dejar de ser un lugar de confort, donde muchos no hacen absolutamente nada. El problema no son las instituciones sindicales sino la gente que está en ellas y que no desempeña el rol que le fue asignado.
Creo que este es el momento para comenzar a cambiar lo que falla. Los que estamos al frente de las confederaciones sindicales tenemos un papel importante en el impulso de los cambios que queremos, en la resistencia a la aplicación de esta reforma.
Si los empresarios encuentran una verdadera resistencia dentro de sus plantas o fábricas tendrán dificultades para cumplir con sus intereses.
La propuesta del FST es la conformación de cinco comités que recorrerán los diferentes estados brasileños en un lapso de 70 días para informar a los trabajadores sobre los daños que sufrirán si no resisten la aplicación de la reforma e insistir en que conozcan quiénes votaron a favor de esta legislación y por consiguiente en detrimento de la clase obrera.
-Será necesario tener coraje, resiliencia pero sobre todo osadía para enfrentar lo que se viene. En ese sentido me ha sorprendido positivamente que la CNTA y la Contac dejen de lado sus diferencias y estén juntas en esta etapa.
-Antes que nada debemos tener claro que esta es una lucha de clases, no se trata de una disputa de categorías o sectores. Eso es lo que el movimiento sindical tiene que comprender, esta es una lucha de la clase obrera, por lo tanto estamos convocando a todas las organizaciones a que se sumen a ella.
Considero que si la resistencia a la reforma laboral es efectiva, el Congreso descartará la reforma de la seguridad social, pero tenemos que movernos ya.