24
Febrero
2017
Calvo vuelve a las andadas
Otra vez los despidos ilegales
En San Salvador, Gilberto García
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Ilustración: Allan McDonald
La empresa española Calvo despidió a Dolores Marisol Chevez, Secretaria de Conflictos de la Junta Directiva Seccional del Sindicato de Trabajadores de la Industria de Procesamiento de Alimentos (SITIPA- FESTSSABHRA-UITA), retomando su vieja política de represión sindical.
Instalada en El Salvador desde 2003, Calvo enfrentó por años de manera ilegal los esfuerzos de organización de las trabajadoras y trabajadores salvadoreños, obligando a la UITA y a muchas organizaciones de varios países a articular una campaña de denuncia y solidaridad.
Dolores Marisol pertenece a una generación de dirigentes que se han forjado en los últimos años, ligada al movimiento social y popular salvadoreño.
Desde su participación en los diferentes espacios fue creciendo en conocimiento y conciencia y es parte de una nueva horneada de activistas sindicales que están engrosando las filas de la Federación del Alimento FESTSABHRA.
En octubre de 2016, Dolores Marisol y varias de sus compañeras viajaron a San Salvador desde el oriente del país a sostener reuniones preparadas por su Federación y el director general de Inspección de Trabajo.
El 19 de ese mes las dirigentes sindicales presentaron una solicitud de intervención conciliatoria al Ministerio de Trabajo por “acoso laboral y falta de cumplimiento de diferentes disposiciones del Código de Trabajo y de la Ley General de Prevención en los Lugares de Trabajo” en Calvo.
Uno de los hechos detonantes de este conflicto es que en semanas anteriores habían sucedido varios accidentes de trabajo, y en el establecimiento dominaba ocultarlos y no perjudicar a la empresa en sus certificaciones internacionales.
Las reacciones de la gerencia de Recursos Humanos a las demandas de las trabajadoras fue despedir a Dolores Marisol para escarmentar a la persona a quien la empresa identificó como la promotora de los esfuerzos por la defensa de los derechos colectivos.
El 19 de diciembre de 2016, en plena época navideña, al llegar a trabajar normalmente la dirigente sindical fue despedida.
De nada sirvieron gestiones realizadas por los asesores del sindicato y la federación, incluso con la encargada de Recursos Humanos en España, Rebeca Filgueira.
Dolores Marisol pertenece a una generación de dirigentes que se han forjado en los últimos años, ligada al movimiento social y popular salvadoreño.
Desde su participación en los diferentes espacios fue creciendo en conocimiento y conciencia y es parte de una nueva horneada de activistas sindicales que están engrosando las filas de la Federación del Alimento FESTSABHRA.
En octubre de 2016, Dolores Marisol y varias de sus compañeras viajaron a San Salvador desde el oriente del país a sostener reuniones preparadas por su Federación y el director general de Inspección de Trabajo.
El 19 de ese mes las dirigentes sindicales presentaron una solicitud de intervención conciliatoria al Ministerio de Trabajo por “acoso laboral y falta de cumplimiento de diferentes disposiciones del Código de Trabajo y de la Ley General de Prevención en los Lugares de Trabajo” en Calvo.
Uno de los hechos detonantes de este conflicto es que en semanas anteriores habían sucedido varios accidentes de trabajo, y en el establecimiento dominaba ocultarlos y no perjudicar a la empresa en sus certificaciones internacionales.
Las reacciones de la gerencia de Recursos Humanos a las demandas de las trabajadoras fue despedir a Dolores Marisol para escarmentar a la persona a quien la empresa identificó como la promotora de los esfuerzos por la defensa de los derechos colectivos.
El 19 de diciembre de 2016, en plena época navideña, al llegar a trabajar normalmente la dirigente sindical fue despedida.
De nada sirvieron gestiones realizadas por los asesores del sindicato y la federación, incluso con la encargada de Recursos Humanos en España, Rebeca Filgueira.
Calvo antisindical y despótica
La responsabilidad huele a harina de pescado
Calvo se ha cerrado en su posición de respaldar las decisiones tomadas por el gerente de Recursos Humanos en El Salvador, Antonio Conde, quien según los abogados de la empresa es quien dio las instrucciones del despido, a pesar de que los asesores jurídicos advirtieron de la ilegalidad de dicha acción.
El Código de Trabajo salvadoreño determina que ningún directivo o directiva sindical puede ser despedido, desmejorado o trasladado sin sentencia judicial previa.
Por esa razón, el Sindicato pide la reinstalación de la sindicalista al más breve plazo, y que sean cancelados sus salarios no devengados por el despido ilegal desde el 19 de diciembre de 2016.
Lo grave e insólito del caso es que los representantes de Calvo han reconocido estar en abierta violación a la ley al despedir a la dirigente sindical.
Esto no solo es un mal precedente para una empresa que es beneficiaria de acuerdos comerciales en la Unión Europea y en El Salvador.
También es absolutamente inaceptable para una empresa que en el pasado exigía la ratificación de los convenios 87 y 98 de la OIT sobre libertad sindical para seguir operando en el país centroamericano.
El Código de Trabajo salvadoreño determina que ningún directivo o directiva sindical puede ser despedido, desmejorado o trasladado sin sentencia judicial previa.
Por esa razón, el Sindicato pide la reinstalación de la sindicalista al más breve plazo, y que sean cancelados sus salarios no devengados por el despido ilegal desde el 19 de diciembre de 2016.
Lo grave e insólito del caso es que los representantes de Calvo han reconocido estar en abierta violación a la ley al despedir a la dirigente sindical.
Esto no solo es un mal precedente para una empresa que es beneficiaria de acuerdos comerciales en la Unión Europea y en El Salvador.
También es absolutamente inaceptable para una empresa que en el pasado exigía la ratificación de los convenios 87 y 98 de la OIT sobre libertad sindical para seguir operando en el país centroamericano.