14
Julio
2017
Con Patricia Alonso, presidenta del Clamu
“Las mujeres tenemos que salir de los simples diagnósticos”
Tercera reunión del Clamu en Brasilia
En Brasilia, Daniel Gatti
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Patricia Alonso, presidenta del Clamu
En diálogo con La Rel al término de la tercera reunión del Comité Latinoamericano de la Mujer (Clamu) de la UITA, Patricia Alonso, su presidenta, hizo un balance del encuentro. La participación paritaria de hombres y mujeres, el énfasis puesto en temas como la desigualdad de género y la situación de la comunidad LGTBI, la sensibilidad con lo que sucede en Brasil fueron puntos altos de la conferencia.
-Primero que nada, en este encuentro se coló la alarmante actualidad brasileña.
-Sí. Fue muy oportuno realizar la reunión en Brasil, con todo lo que está sucediendo aquí actualmente. Acompañar el dolor que provoca que se avasallen los derechos de los trabajadores y trabajadoras fue muy importante.
Los compañeros sindicalistas brasileños nos mostraron su emoción. Y fue muy bueno.
-En el primer día hubo momentos muy fuertes. Al comienzo, cuando Moacyr Tesch, presidente de Contratuh, relató emocionado y al borde del llanto lo que había pasado en la noche anterior en el Senado, con la aprobación de esta terrible reforma laboral; cuando más tarde Artur Bueno Camargo, presidente de la CNTA, intentó reanimar a todo el mundo y convocó a la resistencia; y luego, cuando Eduardo y Gisele, de la comunidad LGTBI, contaron la discriminación que viven en lo cotidiano y cómo los agreden.
-Sí, el miércoles fue un día muy movilizador, muy a flor de piel. La situación particular de Brasil nos conmueve a todos, y también lo que comunicaron Gisele y Eduardo, que es muy doloroso pero lo enfrentan con tremenda dignidad y valentía.
Latinoamericana, es una patria que nunca terminamos de parir, que nos duele todo el tiempo, como que siempre nos falta algo. Sentimos a menudo que somos un laboratorio del primer mundo que nunca termina de respetarnos.
Se nos llevan el agua, los recursos de todo tipo, nos contaminan la naturaleza, nos secuestran, nos asesinan, nos corrompen… Siempre hay una estrategia nueva para no permitirnos salir adelante.
-Hablando de laboratorio, aquí mismo se dijo que Brasil está siendo hoy un laboratorio de las políticas neoliberales como lo fue Chile en décadas pasadas.
-Tal cual. Eso parece repetirse. En los setenta probaron con gobiernos militares y lograron prender en muchos países.
Hoy el poder económico domina Latinoamérica y corrompe. Ahora tenemos muchas denuncias de corrupción contra funcionarios, pero ¿qué pasa con los empresarios? ¿Cuántas denuncias hay contra empresarios? ¿Quién corrompe y quién se deja corromper?
-Sí. Fue muy oportuno realizar la reunión en Brasil, con todo lo que está sucediendo aquí actualmente. Acompañar el dolor que provoca que se avasallen los derechos de los trabajadores y trabajadoras fue muy importante.
Los compañeros sindicalistas brasileños nos mostraron su emoción. Y fue muy bueno.
-En el primer día hubo momentos muy fuertes. Al comienzo, cuando Moacyr Tesch, presidente de Contratuh, relató emocionado y al borde del llanto lo que había pasado en la noche anterior en el Senado, con la aprobación de esta terrible reforma laboral; cuando más tarde Artur Bueno Camargo, presidente de la CNTA, intentó reanimar a todo el mundo y convocó a la resistencia; y luego, cuando Eduardo y Gisele, de la comunidad LGTBI, contaron la discriminación que viven en lo cotidiano y cómo los agreden.
-Sí, el miércoles fue un día muy movilizador, muy a flor de piel. La situación particular de Brasil nos conmueve a todos, y también lo que comunicaron Gisele y Eduardo, que es muy doloroso pero lo enfrentan con tremenda dignidad y valentía.
Latinoamericana, es una patria que nunca terminamos de parir, que nos duele todo el tiempo, como que siempre nos falta algo. Sentimos a menudo que somos un laboratorio del primer mundo que nunca termina de respetarnos.
Se nos llevan el agua, los recursos de todo tipo, nos contaminan la naturaleza, nos secuestran, nos asesinan, nos corrompen… Siempre hay una estrategia nueva para no permitirnos salir adelante.
-Hablando de laboratorio, aquí mismo se dijo que Brasil está siendo hoy un laboratorio de las políticas neoliberales como lo fue Chile en décadas pasadas.
-Tal cual. Eso parece repetirse. En los setenta probaron con gobiernos militares y lograron prender en muchos países.
Hoy el poder económico domina Latinoamérica y corrompe. Ahora tenemos muchas denuncias de corrupción contra funcionarios, pero ¿qué pasa con los empresarios? ¿Cuántas denuncias hay contra empresarios? ¿Quién corrompe y quién se deja corromper?
Compañeras y compañeros
En paridad para combatir la violencia y la exclusión
-Entrando específicamente al encuentro del Clamu, ¿qué destacarías sobre el clima en que se desarrolló, la manera de funcionar, los temas…?
-Fue una reunión muy fructífera. Hemos encontrado una temática fundamental, que nos preocupa y nos ocupa, que tiene que ver con la desigualdad de género, la violencia que sufren las mujeres, y sobre todo la comunidad LGTBI, que se ha incorporado este año al Clamu.
Una cosa central fue la participación activa de compañeras y compañeros. En igualdad, en paridad, en respeto. Se dio en los talleres, en las charlas, en las intervenciones, y de manera natural, no forzada. Desde que estoy aquí es la primera vez que se da una cosa así.
Se planteó además en el encuentro la necesidad de combatir para que en los distintos países se definan políticas públicas sobre esta problemática.
A las mujeres ya no nos basta con tener un diagnóstico, decir que nos sentimos víctimas de violencia, de discriminación.
La cuota de género está bien, es una discriminación positiva que permite avanzar en ciertos momentos, pero no podemos eternizarnos en eso. Tenemos que llegar a un momento en que a una mujer no se la elija para un cargo porque es mujer sino porque es la mejor para ocuparlo.
Si aceptamos como natural que una mujer ocupe determinado puesto simplemente por ser mujer estaríamos, en los hechos, naturalizando una situación preocupante.
Por otra parte, las mujeres también tenemos que reaccionar cuando se nos dice que debemos formarnos. Es curioso eso. ¿Quién forma a los hombres? Lo peor es que esa estructura de pensamiento, tremendamente machista, la tenemos también las propias mujeres.
Aquí se planteó una actitud proactiva en todos estos temas. Es algo estimulante, que nos da mucha esperanza. Y no lo digo para ser políticamente correcta.
-Fue una reunión muy fructífera. Hemos encontrado una temática fundamental, que nos preocupa y nos ocupa, que tiene que ver con la desigualdad de género, la violencia que sufren las mujeres, y sobre todo la comunidad LGTBI, que se ha incorporado este año al Clamu.
Una cosa central fue la participación activa de compañeras y compañeros. En igualdad, en paridad, en respeto. Se dio en los talleres, en las charlas, en las intervenciones, y de manera natural, no forzada. Desde que estoy aquí es la primera vez que se da una cosa así.
Se planteó además en el encuentro la necesidad de combatir para que en los distintos países se definan políticas públicas sobre esta problemática.
A las mujeres ya no nos basta con tener un diagnóstico, decir que nos sentimos víctimas de violencia, de discriminación.
La cuota de género está bien, es una discriminación positiva que permite avanzar en ciertos momentos, pero no podemos eternizarnos en eso. Tenemos que llegar a un momento en que a una mujer no se la elija para un cargo porque es mujer sino porque es la mejor para ocuparlo.
Si aceptamos como natural que una mujer ocupe determinado puesto simplemente por ser mujer estaríamos, en los hechos, naturalizando una situación preocupante.
Por otra parte, las mujeres también tenemos que reaccionar cuando se nos dice que debemos formarnos. Es curioso eso. ¿Quién forma a los hombres? Lo peor es que esa estructura de pensamiento, tremendamente machista, la tenemos también las propias mujeres.
Aquí se planteó una actitud proactiva en todos estos temas. Es algo estimulante, que nos da mucha esperanza. Y no lo digo para ser políticamente correcta.
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Fotos: Nelson Godoy