29
Agosto
2017
Brasil | Sindicatos | CÍTRICOS

Las grandes empresas exprimen naranjas y a sus trabajadores y trabajadoras

Amalia Antúnez
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Artur Bueno Júnior | Foto: Gerardo Iglesias

La industria del jugo brasileña sigue padeciendo una gigantesca concentración. Lo confirmó la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), que se tomó dos años para sacar esa conclusión, ya muy obvia. La Rel entrevistó al respecto a  Artur Bueno Júnior, vicepresidente de la Confederación Nacional de Trabajadores de la Industria de la Alimentación y Afines (CNTA Afins).
“Para ser una CPI creada en 2015, no ha cumplido con las expectativas. Lo único que informa es sobre las ganancias de las grandes compañías que concentran el sector”, señaló.

La concentración visible en el sector jugos se extiende a toda la industria citrícola.

“Esta monopolización tiene consecuencias negativas no sólo a la hora de negociar condiciones de trabajo sino que afecta directamente a los pequeños productores citrícolas, que están en manos de las grandes compañías. El sector de la alimentación es sumamente importante y su concentración en pocas manos compromete la soberanía alimentaria del país”, alertó.

Según el informe de la CPI, divulgado el 16 de agosto, únicamente las empresas Cutrale, Citrosuco y Loius Dreyfus Company (LDC) obtuvieron ganancias netas por casi 8.000 millones de reales en 2016 (algo menos de 2.550 millones de dólares).

Consultado acerca de si estas fabulosas ganancias se vieron reflejadas en los beneficios ofrecidos a los trabajadores y trabajadoras en la última negociación colectiva, Bueno Júnior fue categórico: “No, de ninguna manera”.

“La semana pasada culminó la negociación colectiva del sector y el salario fue ajustado sólo por el nivel de la inflación. Es decir el mínimo, no hubo aumento real”, informó.

Las compañías se están aprovechando de la crisis que atraviesa el país, y en especial del desempleo, que afecta actualmente a casi 15 millones de personas.

“Los trabajadores y las trabajadoras viven un momento muy delicado, el poder de movilización sindical ha caído por el alto número de desocupados y estas compañías han visto una oportunidad de lucrar con el miedo a la pérdida del empleo”, concluyó el dirigente de CNTA Afins.