“Las empresas que explotan adolescentes deben ser boicoteadas”

“Saludo la iniciativa del senador Paulo Paim de convocar a esta audiencia, a la que asisto en carácter de responsable de una acción civil pública iniciada en el estado de Paraná pero de alcance nacional, enfocada en la protección del adolescente que trabaja.

Brasil tiene una legislación que prevé una edad mínima para el ejercicio laboral, fijada en 16 años tras la ratificación del Convenio 82 de la OIT y en 14 años para los aprendices.

Pero la ley dispone que hasta los 18 años el trabajo tiene que ser protegido y no se permite a los menores realizar labores que de pongan en riesgo su salud física y mental y su desarrollo.

Se habla mucho del número de trabajadores de la cadena McDonald’s en el país, de los entre 34.000 y 40.000 personas que trabajan en sus 850 restaurantes.

Hay que tener en cuenta que el 70 por ciento de esos trabajadores son adolescentes, según datos que aporta la propia franquicia Arcos Dorados.

Estos adolescentes están expuestos a varios tipos de riesgos, especialmente quemaduras. Por otra parte, provienen en su inmensa mayoría de las clases más vulnerables, de bajos ingresos y baja escolaridad.

El MPT realizó una investigación sobre las denuncias laborales formuladas contra la compañía individualmente por adolescentes, y observó la existencia de acuerdos extrajudiciales por sumas bajísimas y con descuentos e irregularidades salariales y contractuales en casi todos los casos.

Quisiera destacar también la multifuncionalidad a la que son expuestos los trabajadores de McDonald’s, que tienen que cambiar de tarea cada dos horas. Los adolescentes, en consecuencia, terminan asumiendo todas las funciones.

Hago hincapié también en la falacia en que incurre la empresa, que se autoelogia por supuestamente contribuir a la generación de puestos de trabajo para jóvenes de bajos ingresos, cuando la verdad es que los están explotando.

El sistema de McDonald’s es un sistema de enriquecimiento ilícito porque es un trabajo que lesiona, mal remunerado y que no promueve ningún tipo de capacitación.

Los dirigentes sindicales aquí presentes saben de esto y de la alta rotación de personal debido a las pésimas condiciones laborales que ofrece esta transnacional.

La baja tasa de sindicalización de los trabajadores que se desempeñan en la compañía forma parte de una estrategia global de la misma, que impide que sus empleados tengan contacto con organizaciones sindicales.

Tuve oportunidad de entrevistar a adolescentes que fueron despedidos luego de sufrir accidentes laborales -que por otra parte jamás fueron comunicados a las instancias legales- y dijeron que nunca más trabajarían para la red McDonald’s.

Esa es la mayor evidencia de que no se está formando trabajadores para el mercado laboral, como proclama la empresa.

Son frecuentes los accidentes con quemaduras con planchas y aceite. Los jóvenes son obligados a limpiar el equipamiento aún a altas temperaturas, lo que ha ocasionado innumerables lesiones.

Son obligados también a utilizar productos químicos importados que necesitan ser diluidos antes de su uso, y en ese proceso están expuestos a intoxicaciones.

Asimismo se los encarga de la limpieza de los locales, tanto del salón como de los baños, públicos y de los empleados, pasando luego a desempeñarse en la cocina.

Me pregunto si los consumidores son conscientes de esto. Creo que no, pues de lo contrario no llevarían a sus hijos a este tipo de locales.

En la investigación realizada por los inspectores del MPT también se reportó el contacto de los jóvenes con agentes biológicos al realizar la tarea de higiene de los baños y el retiro de los desechos (la basura) de los locales, lo que es reconocido como trabajo insalubre.

Veo con beneplácito las movilizaciones que vienen llevando adelante los sindicatos por mejoras en las condiciones de trabajo.

Hace tiempo estoy investigando a Arcos Dorados y es la primera vez que me encuentro con un movimiento de estas características: la Contrathu está oficiando de auxiliar del MPT en el proceso de acción civil pública contra McDonald’s.

Este Ministerio considera que la Confederación está en su legítimo derecho de defender a sus trabajadores y por lo tanto aplaude esta iniciativa sindical.

Por supuesto que McDonald’s interpreta todo lo contrario, afirmando que Contratuh no tiene legitimidad para formar parte de este proceso legal, y pretende convencer al MPT y al juez de la causa de que la tarea desempeñada por los adolescentes en sus restaurantes es completamente legal.

La compañía se despachó con una serie de propuestas para mejorar la protección del equipamiento que tienen que utilizar los adolescentes pero allí incurre nuevamente en un acto ilegal, porque si se necesita equipamiento de protección individual es porque la tarea es insalubre.

En resumen, estamos hablando de una empresa que explota a cerca de 30 mil adolescentes en Brasil que no tienen obviamente conocimiento de sus derechos y por consiguiente son más vulnerables.

Nos queda el desafío de denunciar públicamente la verdadera cara de esta empresa ante los consumidores, boicotear sus productos hasta que se ofrezcan condiciones laborales dignas y seguras a los trabajadores, en especial los más jóvenes.

Al igual que lo hacemos con los productos provenientes del trabajo esclavo también deberíamos hacerlo con productos que explotan la mano de obra de adolescentes.