22
Septiembre
2015
América Latina, retaguardia de McDonald’s
La mc reserva
En Montevideo, Daniel Gatti
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Ilustración: Allan McDonald
McDonald’s está en crisis y para superarla apelará cada vez más a la expansión en los países subdesarrollados, en especial los latinoamericanos, donde las regulaciones para su actividad son menores a las que rigen en otras partes del mundo.
Casi que “desde siempre”, la imagen de McDonald’s y su ícono, el payaso Ronald McDonald, está asociada al “american way of life” y a la hegemonía cultural estadounidense en el planeta, fundamentalmente tras el fin de la guerra fría.
No son pocos los que en su momento remarcaron que “el triunfo del capitalismo sobre la faz de la Tierra” fue sellado con la apertura de los primeros restaurantes de la cadena en los países ex socialistas de Europa oriental a comienzos de 1990: uno en la Plaza Roja de Moscú, otro en la esquina de las calles Marx y Lenin en Budapest…
En 1986 la revista británica The Economist adoptó a la big mac como base de su índice comparativo de costo de vida entre los distintos países, y desde entonces la famosa hamburguesa en dos panes, ofrecida en todos los restaurantes de la cadena, se ha convertido en una unidad de medición.
Pero en los últimos años algo ha cambiado. El cambio de hábitos de consumo en los países desarrollados, por ejemplo, ha hecho que los ofertantes de comida chatarra, con la firma de los arcos dorados a la cabeza, pierdan terreno.
No son pocos los que en su momento remarcaron que “el triunfo del capitalismo sobre la faz de la Tierra” fue sellado con la apertura de los primeros restaurantes de la cadena en los países ex socialistas de Europa oriental a comienzos de 1990: uno en la Plaza Roja de Moscú, otro en la esquina de las calles Marx y Lenin en Budapest…
En 1986 la revista británica The Economist adoptó a la big mac como base de su índice comparativo de costo de vida entre los distintos países, y desde entonces la famosa hamburguesa en dos panes, ofrecida en todos los restaurantes de la cadena, se ha convertido en una unidad de medición.
Pero en los últimos años algo ha cambiado. El cambio de hábitos de consumo en los países desarrollados, por ejemplo, ha hecho que los ofertantes de comida chatarra, con la firma de los arcos dorados a la cabeza, pierdan terreno.
Mc Consumismo y Mc Explotación
Y consumidores más atentos
Para mucha gente McDonald’s ha pasado también a encarnar algunas de las facciones más detestables del capitalismo y su modalidad de globalización: hiperconsumismo, superexplotación laboral, despersonalización, avasallamiento de las identidades nacionales, despreocupación por el medio ambiente…
Lo cierto es que en el llamado primer mundo el consumo en los restaurantes de la transnacional viene disminuyendo año tras año, fundamentalmente en su cuna estadounidense, donde la compañía tiene el 40 por ciento de sus 33.990 locales desperdigados por el planeta.
Entre agosto de 2013 y el mismo mes de 2014, las ventas en los 14.339 restaurantes del grupo en Estados Unidos cayeron un 6,1 por ciento.
También disminuyeron en otros mercados clave, como Europa y Asia.
“Por donde se lo mire nuestro rendimiento fue menor de lo esperado”, dijo a mediados del año pasado, refiriéndose a los resultados en el primer mundo, el entonces director de la mega empresa, Don Thompson.
No es que McDonald’s gane poco dinero, vaya por Dios, sino que gana menos que lo que ganaba antes: en el último trimestre de 2014 sus beneficios llegaron a 1.100 millones de dólares, una enormidad, pero 21 por ciento inferiores a los del mismo período de 2013.
Fue suficiente para que a fines de 2014 Thompson presentara renuncia y que fuera reemplazado, por primera vez en la historia del grupo, por un no estadounidense, el británico Steve Easterbrook.
Easterbrook anunció que recompondrá el “plan de negocios” y la oferta de la empresa y que apuntará a reforzarla en zonas donde todavía McDonald’s aparece asociada a “cierto estilo de vida moderno y atractivo”.
India es uno de esos reservorios. Otro son los países de Europa oriental. Y una tercera zona es América Latina.
Lo cierto es que en el llamado primer mundo el consumo en los restaurantes de la transnacional viene disminuyendo año tras año, fundamentalmente en su cuna estadounidense, donde la compañía tiene el 40 por ciento de sus 33.990 locales desperdigados por el planeta.
Entre agosto de 2013 y el mismo mes de 2014, las ventas en los 14.339 restaurantes del grupo en Estados Unidos cayeron un 6,1 por ciento.
También disminuyeron en otros mercados clave, como Europa y Asia.
“Por donde se lo mire nuestro rendimiento fue menor de lo esperado”, dijo a mediados del año pasado, refiriéndose a los resultados en el primer mundo, el entonces director de la mega empresa, Don Thompson.
No es que McDonald’s gane poco dinero, vaya por Dios, sino que gana menos que lo que ganaba antes: en el último trimestre de 2014 sus beneficios llegaron a 1.100 millones de dólares, una enormidad, pero 21 por ciento inferiores a los del mismo período de 2013.
Fue suficiente para que a fines de 2014 Thompson presentara renuncia y que fuera reemplazado, por primera vez en la historia del grupo, por un no estadounidense, el británico Steve Easterbrook.
Easterbrook anunció que recompondrá el “plan de negocios” y la oferta de la empresa y que apuntará a reforzarla en zonas donde todavía McDonald’s aparece asociada a “cierto estilo de vida moderno y atractivo”.
India es uno de esos reservorios. Otro son los países de Europa oriental. Y una tercera zona es América Latina.
América Latina
El 5,6 por ciento de las ventas mundiales de McDonald’s
Las ventas de la cadena en América Latina también cayeron en los últimos tiempos. En el tercer trimestre de 2014 lo hicieron en casi 13 por ciento respecto al mismo lapso de 2013, y la firma deberá también aquí modificar su oferta.
Arcos Dorados, la empresa argentina responsable de las franquicias latinoamericanas de McDonald’s, maneja en la región unos 2.000 locales.
No hay otra compañía que trabaje esta marca en el mundo que tenga tantas bocas de salida, y su presidente, el colombiano Woods Staton, piensa aumentarlas.
La apuesta de Staton es a crecer fundamentalmente en Brasil y Colombia, y en menor nivel en Argentina, un país al que no quiere descuidar porque “es una nación de clases medias, y el público de McDonald’s es sobre todo de clases medias”.
Brasil es hoy el octavo país en número de locales de McDonald’s abiertos en su territorio (tiene 885), México el decimoquinto (399), Argentina ocupa el lugar 24 (221 locales) y Colombia el 45 (81), según estadísticas publicadas este mes por el diario español La Vanguardia.
“Estamos presentes en 20 países latinoamericanos y no hemos notado la tendencia a la baja del consumo que se ha dado en otras regiones. Al contrario, estamos avanzando”, comentó Staton.
El margen de crecimiento en la región es “muy grande”, agregó, en parte porque la densidad de restaurantes de la cadena por habitante es baja.
En Argentina hay un McDonald´s cada 189.154 personas, en Venezuela uno cada 225.192, en Brasil uno cada 233.565, en México uno cada 310.274.
En 2013, Staton había dicho que América Latina era “la joya de la corona de Mc Donald’s en el mundo”, y ese año la región fue la zona en que la empresa más invirtió, unos 280 millones de dólares.
“La región representa más o menos el 5,6 por ciento de las ventas mundiales de McDonald’s”, aseguró entonces el magnate colombiano.
“Es un porcentaje relativamente pequeño porque hay países como Estados Unidos y algunos de Europa que son gigantescos, pero va a tender a crecer”, agregó, y mencionó “las libertades” que ofrecen algunos países de esta área del planeta a los empresarios.
Los sindicatos brasileños saben muy bien en qué consisten esas libertades.
Condiciones insalubres de trabajo, horarios más extensos que lo permitido, incumplimiento en pagos de cotizaciones sociales, jornadas laborales móviles y accidentes de trabajo por montón.
Arcos Dorados, la empresa argentina responsable de las franquicias latinoamericanas de McDonald’s, maneja en la región unos 2.000 locales.
No hay otra compañía que trabaje esta marca en el mundo que tenga tantas bocas de salida, y su presidente, el colombiano Woods Staton, piensa aumentarlas.
La apuesta de Staton es a crecer fundamentalmente en Brasil y Colombia, y en menor nivel en Argentina, un país al que no quiere descuidar porque “es una nación de clases medias, y el público de McDonald’s es sobre todo de clases medias”.
Brasil es hoy el octavo país en número de locales de McDonald’s abiertos en su territorio (tiene 885), México el decimoquinto (399), Argentina ocupa el lugar 24 (221 locales) y Colombia el 45 (81), según estadísticas publicadas este mes por el diario español La Vanguardia.
“Estamos presentes en 20 países latinoamericanos y no hemos notado la tendencia a la baja del consumo que se ha dado en otras regiones. Al contrario, estamos avanzando”, comentó Staton.
El margen de crecimiento en la región es “muy grande”, agregó, en parte porque la densidad de restaurantes de la cadena por habitante es baja.
En Argentina hay un McDonald´s cada 189.154 personas, en Venezuela uno cada 225.192, en Brasil uno cada 233.565, en México uno cada 310.274.
En 2013, Staton había dicho que América Latina era “la joya de la corona de Mc Donald’s en el mundo”, y ese año la región fue la zona en que la empresa más invirtió, unos 280 millones de dólares.
“La región representa más o menos el 5,6 por ciento de las ventas mundiales de McDonald’s”, aseguró entonces el magnate colombiano.
“Es un porcentaje relativamente pequeño porque hay países como Estados Unidos y algunos de Europa que son gigantescos, pero va a tender a crecer”, agregó, y mencionó “las libertades” que ofrecen algunos países de esta área del planeta a los empresarios.
Los sindicatos brasileños saben muy bien en qué consisten esas libertades.
Condiciones insalubres de trabajo, horarios más extensos que lo permitido, incumplimiento en pagos de cotizaciones sociales, jornadas laborales móviles y accidentes de trabajo por montón.