26
Octubre
2016
BRF sigue acumulando condenas
Ahora por humillar a una trabajadora
En Montevideo, Gerardo Iglesias
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Ilustración: Allan McDonald
La megaempresa cárnica brasileña BRF deberá indemnizar a una operaria por “acoso moral en su ambiente de trabajo”, en la zona rural de Mineiros, en el estado de Goiás, según fallo de un tribunal regional del trabajo.
La mujer, que se desempeña como operadora de producción, pudo probar que sufrió diferentes formas de acoso de parte de jerarcas del establecimiento, como por ejemplo ser llamada con motes discriminatorios que iban desde “ballena” a “muerta de hambre”.
La discriminación llegó tan lejos que a ella y a otras trabajadoras no se les entregó el kit que la empresa ofrece a sus empleados en las vísperas de navidad.
“Se nos dijo que no lo merecíamos porque éramos unas muertas de hambre originarias de Maranhao”, uno de los estados más pobres de Brasil, testimonió la operaria.
La empresa se defendió con argumentos que la justicia consideró improcedentes, y el 21 de octubre, por unanimidad, los magistrados la condenaron a pagarle 5.000 reales (unos 1.600 dólares) a su trabajadora.
El hecho puede parecer menor, pero es una perla más del larguísimo collar de condenas que arrastra BRF.
Una de las últimas, hasta ahora la mayor, fue la que padeció a fines de 2015, cuando, junto a la Unión Avícola Agroindustrial, fue obligada a pagar 20 millones de reales (más de 6,6 millones de dólares) por “daño moral colectivo” a los trabajadores de una planta de procesamiento de pollos de Buriti Alegre, también en Goiás.
La discriminación llegó tan lejos que a ella y a otras trabajadoras no se les entregó el kit que la empresa ofrece a sus empleados en las vísperas de navidad.
“Se nos dijo que no lo merecíamos porque éramos unas muertas de hambre originarias de Maranhao”, uno de los estados más pobres de Brasil, testimonió la operaria.
La empresa se defendió con argumentos que la justicia consideró improcedentes, y el 21 de octubre, por unanimidad, los magistrados la condenaron a pagarle 5.000 reales (unos 1.600 dólares) a su trabajadora.
El hecho puede parecer menor, pero es una perla más del larguísimo collar de condenas que arrastra BRF.
Una de las últimas, hasta ahora la mayor, fue la que padeció a fines de 2015, cuando, junto a la Unión Avícola Agroindustrial, fue obligada a pagar 20 millones de reales (más de 6,6 millones de dólares) por “daño moral colectivo” a los trabajadores de una planta de procesamiento de pollos de Buriti Alegre, también en Goiás.
Con información de: Tribunal Regional do Trabalho, 18ª Região, GO