10
Marzo
2017
Miles exigen cese a la violencia contra las mujeres
Leonardo Bastida Aguilar – Letra ese
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Foto: La Jornada, México
¡De Juárez a Chiapas, ni un feminicidio más! fue uno de los gritos que acompañó a miles de mujeres y hombres solidarios que tomaron Paseo de la Reforma para sumarse al Paro Internacional de Mujeres con motivo del 8 de marzo, día internacional de la mujer, convocado desde Argentina, y apropiado en México para exigir a los gobiernos el cese de feminicidios, actualmente siete al día en la República Mexicana, y actos de violencia en contra de las mujeres.
Desde el mediodía, como lo marcaba la convocatoria lanzada en Buenos Aires, muchas mujeres cesaron actividades y comenzaron a arribar a la glorieta de la Victoria Alada (Ángel de la Independencia) para externar su rechazo hacia cualquier tipo de violencia de género.
“El machismo nos ataca en general pero nos mata a nosotras en particular. No más feminicidios”, decía un cartel portado por una chica no mayor a los 20 años.
“¡No más acoso, no más feminicidio, no más violencia!” se podía leer en otro cartel. “No es una fiesta, no nos regalen flores”, argumentaba otro. Colectivas, grupos de personas conocidas o a título personal se comenzaban a sumar al contingente que por varias horas permaneció en la escalinata del monumento con la finalidad de mostrar que la finalidad de esta efeméride es reflexionar sobre la situación de las mujeres y el entorno al que se enfrentan.
Minutos después de las cinco de la tarde, al frente del contingente, Irinea Buendía, quien espera el cumplimiento de la sentencia emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que lleva el nombre de su hija, Mariana, y se impida a su asesino abandonar prisión; Norma Andrade, quien por 16 años no se ha cansado exigir justicia para la resolución del caso de su hija Lilia Alejandra, hallada muerta en Ciudad Juárez; Madres de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, Guerero desaparecidos hace dos años y Viviana Muciño, hermana de Nadia, quien fue asesinada por su pareja sentimental y su cuñado frente a sus hijos hace 13 años en Cuautitlán Izcalli, Estado de México y hasta ahora no se ha sancionado a los responsables, encabezaron la movilización rumbo al hemiciclo a Juárez.
“¡Hija, hijo, escucha, tu madre está en la lucha!” fue una de las frases constantemente repetida por las y los asistentes, quienes emprendieron su caminar hasta el Hemiciclo a Juárez, donde se llevó a cabo un acto, no de festejo, sino de denuncia y reflexión. Por esa razón se exigió no regalar flores ni felicitar
En el camino, una parada frente a la Procuraduría General de la República fue obligatoria.
El conteo del 1 al 43 no se hizo esperar y se exigió el hallazgo con vida, no sólo de los 43 estudiantes normalistas, sino de las miles de personas que han sido desaparecidas en los últimos años.
Ante de continuar con su camino, las manifestantes les recordaron a las autoridades judiciales que si no pueden con su trabajo, mejor se vayan.
Violencia sexual, racismo, feminicidio, trata y explotación de personas, lesbofobia y transfobia, falta de acceso al empleo, la criminalización de las defensoras de derechos humanos, la feminización de la pobreza, la ignominia de las necesidades como mujeres, la falta de educación sexual, el acceso libre a anticonceptivos, incluidos los de emergencia, la triple jornada de trabajo, la vulnerabilidad cuando se tienen discapacidades, la falta de paridad a pesar de ser la mayoría de la población fueron parte de las realidades expuestas por las participantes.
“Nosotras somos el mundo y sin nosotras el mundo se detiene”, fue la conclusión de la movilización que conjuntó a más de 10.000 personas en la ciudad de México y a más de 53 ciudades a lo largo del mundo.
“El machismo nos ataca en general pero nos mata a nosotras en particular. No más feminicidios”, decía un cartel portado por una chica no mayor a los 20 años.
“¡No más acoso, no más feminicidio, no más violencia!” se podía leer en otro cartel. “No es una fiesta, no nos regalen flores”, argumentaba otro. Colectivas, grupos de personas conocidas o a título personal se comenzaban a sumar al contingente que por varias horas permaneció en la escalinata del monumento con la finalidad de mostrar que la finalidad de esta efeméride es reflexionar sobre la situación de las mujeres y el entorno al que se enfrentan.
Minutos después de las cinco de la tarde, al frente del contingente, Irinea Buendía, quien espera el cumplimiento de la sentencia emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que lleva el nombre de su hija, Mariana, y se impida a su asesino abandonar prisión; Norma Andrade, quien por 16 años no se ha cansado exigir justicia para la resolución del caso de su hija Lilia Alejandra, hallada muerta en Ciudad Juárez; Madres de los 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, Guerero desaparecidos hace dos años y Viviana Muciño, hermana de Nadia, quien fue asesinada por su pareja sentimental y su cuñado frente a sus hijos hace 13 años en Cuautitlán Izcalli, Estado de México y hasta ahora no se ha sancionado a los responsables, encabezaron la movilización rumbo al hemiciclo a Juárez.
“¡Hija, hijo, escucha, tu madre está en la lucha!” fue una de las frases constantemente repetida por las y los asistentes, quienes emprendieron su caminar hasta el Hemiciclo a Juárez, donde se llevó a cabo un acto, no de festejo, sino de denuncia y reflexión. Por esa razón se exigió no regalar flores ni felicitar
En el camino, una parada frente a la Procuraduría General de la República fue obligatoria.
El conteo del 1 al 43 no se hizo esperar y se exigió el hallazgo con vida, no sólo de los 43 estudiantes normalistas, sino de las miles de personas que han sido desaparecidas en los últimos años.
Ante de continuar con su camino, las manifestantes les recordaron a las autoridades judiciales que si no pueden con su trabajo, mejor se vayan.
Violencia sexual, racismo, feminicidio, trata y explotación de personas, lesbofobia y transfobia, falta de acceso al empleo, la criminalización de las defensoras de derechos humanos, la feminización de la pobreza, la ignominia de las necesidades como mujeres, la falta de educación sexual, el acceso libre a anticonceptivos, incluidos los de emergencia, la triple jornada de trabajo, la vulnerabilidad cuando se tienen discapacidades, la falta de paridad a pesar de ser la mayoría de la población fueron parte de las realidades expuestas por las participantes.
“Nosotras somos el mundo y sin nosotras el mundo se detiene”, fue la conclusión de la movilización que conjuntó a más de 10.000 personas en la ciudad de México y a más de 53 ciudades a lo largo del mundo.