08
Septiembre
2015
Los frigoríficos del terror
MPT-PR
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Foto: MPT/PR
Trabajadores de la unidad Big Frango, en Rolândia (PR) fueron sometidos a jornadas de hasta 18 horas, a un ritmo de trabajo hasta tres veces mayor que el adecuado y a condiciones laborales insalubres: el 85 por ciento trabaja con dolor y casi el 50 con frío.
El Ministerio Público del Trabajo de Paraná (MPT-PR) en Londrina presentó el pasado 3 de agosto una acción contra el frigorífico de JBS en Rolândia (PR).
El fiscal del trabajo responsable del caso y autor de la acción, HeilerNatali, pidió 18 millones de dólares como indemnización por daños morales colectivos por irregularidades en el cumplimiento de los límites de las horas de trabajo, en las pausas y el descanso semanal remunerado; en el ambiente laboral (ruido excesivo, máquinas y equipos inadecuados).
La lista de irregularidades es larga: falta de equipos de protección individual; ausencia de Comunicaciones de Accidentes de Trabajo (CAT); fallas en la vigilancia médica y en el sistema de refrigeración con gas amoníaco; deuda millonaria con el Fondo de Pensión de los Trabajadores (FGTS); irregularidades en el pago de la licencia vacacional.
El frigorífico faena diariamente alrededor de 350.000 pollos y emplea a unos 4.500 trabajadores.
Los 18 millones de dólares de multa representan el 20 por ciento de los 94,9 millones de dólares que JBS donó a las campañas políticas en las últimas elecciones. La compañía es la más grande del mundo en su segmento y facturó 32.000 millones de dólares en 2014.
Además de la indemnización por daños morales, el MPT-PR dispuso la corrección de las irregularidades detectadas en un plazo máximo de un año.
También solicitó entre 1.300 y 2.600 dólares por cada obligación incumplida, multiplicados por el número de empleados afectados.
El fiscal del trabajo responsable del caso y autor de la acción, HeilerNatali, pidió 18 millones de dólares como indemnización por daños morales colectivos por irregularidades en el cumplimiento de los límites de las horas de trabajo, en las pausas y el descanso semanal remunerado; en el ambiente laboral (ruido excesivo, máquinas y equipos inadecuados).
La lista de irregularidades es larga: falta de equipos de protección individual; ausencia de Comunicaciones de Accidentes de Trabajo (CAT); fallas en la vigilancia médica y en el sistema de refrigeración con gas amoníaco; deuda millonaria con el Fondo de Pensión de los Trabajadores (FGTS); irregularidades en el pago de la licencia vacacional.
El frigorífico faena diariamente alrededor de 350.000 pollos y emplea a unos 4.500 trabajadores.
Los 18 millones de dólares de multa representan el 20 por ciento de los 94,9 millones de dólares que JBS donó a las campañas políticas en las últimas elecciones. La compañía es la más grande del mundo en su segmento y facturó 32.000 millones de dólares en 2014.
Además de la indemnización por daños morales, el MPT-PR dispuso la corrección de las irregularidades detectadas en un plazo máximo de un año.
También solicitó entre 1.300 y 2.600 dólares por cada obligación incumplida, multiplicados por el número de empleados afectados.
Hasta 18 horas de trabajo consecutivas sin pausas ni descansos
"Con el afán de obtener ganancia a cualquier costo, JBS llegó a someter a sus empleados a jornadas de hasta 18 horas para trabajar durante semanas sin ningún descanso y con intervalos entre jornadas inferiores a las 4 horas”, alega Natali.
Durante los dos meses analizados se encontraron 75 registros de jornadas de más de 15 horas y 5.420 de jornadas de más de 10 horas, en apenas un mes.
Cumplir horas extra en actividades insalubres está prohibido por la Consolidación de las Leyes de Trabajo (CLT), por lo que los trabajadores no podrían trabajar más de 8 horas al día.
Sin embargo, más de 70.000 veces en los últimos dos meses se trabajó extra en una actividad como esta, que es considerada insalubre.
También se constataron 20 denuncias por intervalos entre jornadas iguales o inferiores a 8 horas, cuando los trabajadores tienen derecho a por lo menos un intervalo de 11.
En 423 ocasiones, JBS no concedió a sus empleados el derecho a descanso semanal remunerado, incluso existe el caso de un trabajador que laboró durante 39 días de forma continua.
"Tamaña explotación humana era inusual, incluso en el siglo XVIII, durante el auge de la Revolución Industrial, cuando no había ningún tipo de derecho laboral que garantizara un mínimo de respeto y dignidad a los trabajadores", completa.
Trabajadores abatidos, agotamiento, frío, dolor y vidas en riesgo
Durante la inspección, 51 máquinas fueron clausuradas por el MTE por representar un riesgo para la salud y seguridad de los trabajadores.
"Se verificó que la mayoría de las máquinas y equipos en funcionamiento tenían algún tipo de irregularidad, Unas 51 máquinas o equipos poseían riesgos graves e inminentes para la integridad física de los empleados (...).
Las máquinas y los equipos presentaban gran riesgo de corte/amputación, aplastamiento, succión de segmentos del cuerpo, debido a la falta de sistemas de seguridad instalados para impedir el acceso a las zonas peligrosas de las máquinas durante su funcionamiento", dice el informe general de inspección emitido por los auditores fiscales.
La ergonomía también es motivo de preocupación.
Una encuesta realizada por la inspección sobre unos 400 empleados reveló que el 52,9 por ciento tomó remedios o se aplicó compresas para poder trabajar; el 84,4 dijo estar incómodo, sentir dolores, hormigueo o pérdida de fuerza; el 38 por ciento dijo sentir un fuerte dolor; el 49,6 por informó sensación de frío mientras realizaban sus actividades; y al final de un día de trabajo el 75,4 por ciento de los trabajadores se declaró cansado, muy cansado o exhausto.
No es de extrañar que dos de cada tres trabajadores que integran la planilla de Big Frango no logren ultrapasar la barrera de un año de contrato.
“Las principales causas de enfermedad se deben a un ritmo completamente incompatible con la condición humana; a la necesidad de adoptar posturas extremas para llevar a cabo ciertas actividades y el uso excesivo de la fuerza, muchas veces con una postura irregular y asociada a un ritmo acelerado”, evalúa el fiscal HeilerNatali.
"JBS somete a sus empleados a un ritmo de trabajo hasta cinco veces por encima del límite considerado seguro”, añade.
Los trabajadores llegan a retirar 60 corazones por minuto por medio de 120 acciones técnicas y a colocar 65 alas de pollo en la máquina, a razón de 130 movimientos por minuto. De acuerdo con las principales referencias en ergonomía, el tope hubiera debido ser de 30 acciones técnicas por minuto por trabajador.
Con respecto a la manipulación de las cargas, algunos trabajadores llegaban a acarrear hasta 30 toneladas diarias, lo que equivale a un remolque lleno hasta el techo de cajas.
Además, esas actividades se realizan sin supervisión médica adecuada – sea para el tratamiento de aquellos que ya tienen problemas o para prevenir enfermedades futuras.
"Lo mínimo que se podría esperar del grupo económico más grande del planeta es que tenga un sistema de diagnóstico precoz capaz de aliviar el sufrimiento de sus trabajadores. Por desgracia, ni eso la JBS posee. Los pollos pasan por un riguroso proceso de control de enfermedades, sin duda mucho mejor que el ofrecido a los empleados de JBS ", critica Natali.
“Esto es así, entre otras razones, debido a que la empresa simplemente no tiene la más mínima idea de qué tareas presentan el mayor número de demandas, ni cuál es la naturaleza de éstas y cuáles segmentos corporales están siendo más exigidos, impidiendo que puedan ser implementadas medidas previas a que se dé una evolución hacia episodios de enfermedad”, añade.
Em 2014, 7,6% do total de empregados da empresa foram afastados por auxílio-doença. A análise da relação de atestados de afastamento da empresa nos meses de janeiro e fevereiro de 2015 revelou que ocorreram 283 afastamentos em janeiro, sendo 59 (21%) deles em função de quadros osteomusculares.
En 2014, el 7,6 por ciento del total de los empleados de la empresa tuvieron licencias por enfermedad.
En sólo cinco años, de 2009 a 2014, es posible que la compañía haya superado las mil licencias amparadas en el seguro por enfermedad.
Además de los costos humanos, son obvios los costos para la Seguridad Social.
De los 2.628 empleados que trabajan directamente vinculados al proceso productivo de pollos, 433 (16,5 por ciento) padecen actualmente alguna enfermedad.
A su vez, de los 867 empleados en actividad que no trabajan en actividades directamente relacionadas con la producción e higienización, sólo 22 (2,54 por ciento) están con licencia médica.
O sea que la posibilidad de que un empleado se enferme ejerciendo actividades relacionadas con la producción o la higienización es 550 por ciento superior a la de que lo haga ejerciendo cualquier otra actividad.
Amoníaco hasta en el agua
Durante la inspección del MPT también se constataron irregularidades en el sistema de seguridad para casos de escape de gas amoníaco.
JBS redujo el número de sensores en varias zonas donde se realizan labores, reguló la válvula de seguridad por encima de la presión máxima admitida para el sistema al que está interconectada y permitió que personas que no están debidamente calificadas pudieran operar el sistema.
Como resultado, miles de trabajadores fueron sometidos a una posible intoxicación con riesgo de muerte, como ocurrió recientemente en frigoríficos de algunas localidades del interior del estado de Paraná a raíz de escapes de amoníaco de gran envergadura.
Es posible, además que el escape, de manera silenciosa, ya estuviese intoxicando a los trabajadores.
Luego de varias denuncias formuladas por los obreros a los inspectores de Trabajo sobre el sabor a “pescado” del agua ofrecida en los bebederos, el MPT-PR solicitó a la Compañía de Saneamiento de Paraná (Senapar) la toma de una muestra del agua.
Según el informe técnico de la Universidad Estadual de Londrina (UEL), que analizó la muestra recogida, el valor de amoníaco encontrado estaba 1.786 por ciento por encima del límite admitido.
Además de no ser potable, esta agua, consumida durante largo tiempo, puede provocar cáncer en el sistema gástrico, entre otros problemas.
Empresa acumulou débito de quase R$6 milhões com FGTS em apenas 17 meses
Por otra parte, según la inspección realizada por el MTE, Big Frango no hizo los aportes correspondientes al Fondo de Garantía del Trabajador (FGTS) entre los meses de agosto de 2013 y diciembre de 2014, causando pérdidas a casi 7000 trabajadores.
Solo en ese período fiscalizado, JBS adeuda al FGTS 1,5 millones de dólares.
Operação Grande Escolha
Esta acción es resultado de la operación Gran Elección(Grande Escolha), una inspección coordinada por el MPT-PR entre el 12 y el 15 de mayo de este año y que contó con la participación del Ministerio de Trabajo y Empleo (MTE), el Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS); Impositiva y Procuraduría General de la Unión, con el apoyo operacional de la Policía Militar y el acompañamiento del Sindicato de Trabajadores de la Alimentación de Rolandia y la Confederación Nacional de Trabajadores de la Alimentación.
El MTE labró en total unos 80 autos de infracción y clausuró más de 50 máquinas, además de varios sectores de la producción.
Traducción: Luciana Gaffrée