01
Agosto
2016
Un colectivo en busca de derechos
Por la dignidad y profesionalidad de las camareras de piso
El Mundo
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Gonzalo Fuentes | Foto: Gerardo Iglesias
Claves en el funcionamiento de los hoteles, las camareras de piso son sin embargo uno de los sectores más relegados del sector turístico en España en materia de derechos laborales y sociales, escribe en esta columna Gonzalo Fuentes, secretario federal de política institucional de la Federación de Servicios de Comisiones Obreras*.
En España hay alrededor de 96.000 camareras de pisos que trabajan en hoteles y apartamentos.
Este colectivo, que representa un 25 o 30 por ciento de las plantillas, es el encargado de que las habitaciones estén en perfecto estado cuando el cliente las utiliza, ofreciendo uno de los servicios más valorados por los turistas que se hospedan en nuestros establecimientos hoteleros.
Así, debe ser considerado un trabajo esencial en la calidad del servicio en los hoteles, ya que se cubre una de las necesidades básicas del cliente: descansar en un entorno agradable y limpio.
Sin embargo, el colectivo de camareras de pisos tiene que soportar algunas de las cargas de trabajo más duras de todos los colectivos que trabajamos en la hostelería.
Los ritmos muchas veces obligan a las trabajadoras a darse de baja por enfermedad, aquejadas de dolencias como lesiones musculo-esqueléticas, estrés y ansiedad.
A pesar de todo esto, aún hay muchos convenios colectivos que no contemplan la posibilidad de aminorar las cargas de trabajo o incluso subir de grupo profesional a este colectivo y situarlo en el grupo de los oficiales.
La lucha sindical sostenida a través de la negociación colectiva ha mejorado las condiciones laborales y económicas de las camareras de pisos.
Este colectivo, que representa un 25 o 30 por ciento de las plantillas, es el encargado de que las habitaciones estén en perfecto estado cuando el cliente las utiliza, ofreciendo uno de los servicios más valorados por los turistas que se hospedan en nuestros establecimientos hoteleros.
Así, debe ser considerado un trabajo esencial en la calidad del servicio en los hoteles, ya que se cubre una de las necesidades básicas del cliente: descansar en un entorno agradable y limpio.
Sin embargo, el colectivo de camareras de pisos tiene que soportar algunas de las cargas de trabajo más duras de todos los colectivos que trabajamos en la hostelería.
Los ritmos muchas veces obligan a las trabajadoras a darse de baja por enfermedad, aquejadas de dolencias como lesiones musculo-esqueléticas, estrés y ansiedad.
A pesar de todo esto, aún hay muchos convenios colectivos que no contemplan la posibilidad de aminorar las cargas de trabajo o incluso subir de grupo profesional a este colectivo y situarlo en el grupo de los oficiales.
La lucha sindical sostenida a través de la negociación colectiva ha mejorado las condiciones laborales y económicas de las camareras de pisos.
Reformas laborales más cambio de ciclo económico
Un combo nocivo
Desgraciadamente, esta situación ha cambiado por las sucesivas reformas laborales y en la actualidad prevalecen los convenios de empresas por encima de los sectoriales.
A ello hay que añadir el cambio de ciclo económico y la crisis que soportamos desde 2008, situación que las distintas patronales de hostelería han aprovechado para aumentar la precariedad laboral y empeorar las condiciones de trabajo, aumentando los ritmos de trabajo e incluso dilatando la jornada parcial, convertida en la práctica en jornadas completas.
La última vuelta de tuerca es la externalización que está sufriendo el sector.
La estrategia de externalización del departamento de pisos es muy sencilla: se despide, vía expedientes de extinción, a las trabajadoras de pisos y se subcontrata el servicio con empresas de multiservicios.
En muchos casos, estas empresas están constituidas por el mismo grupo empresarial, lo que supone un flagrante caso de cesión de trabajadores.
Estas empresas, además, ya no tendrán la obligación de aplicar los convenios vigentes de hostelería y se aplicará el de la empresa multiservicio que, habitualmente, fijará retribuciones cercanas al salario mínimo interprofesional.
Así las patronales pueden llegar a ahorrarse entre un 30 y un 40 por ciento del salario de las camareras, al tiempo que fomentan la división de los trabajadores en multitud de empresas que impiden su unidad de acción sindical y colectiva en defensa de sus intereses.
Dentro de las muchas actividades que CCOO, junto con UGT, la REL-UITA, Alba Sud, las asociaciones profesionales y otros colectivos, ha organizado para denunciar las condiciones laborales, sociales y económicas que viven las camareras de pisos, se enmarca la presentación del libro Las que limpian los hoteles.
Se recogen allí testimonios de compañeras que suponen un grito de denuncia de la situación laboral de un colectivo que las más de las veces resulta invisible en el sector hotelero, pero que sin embargo es una de las claves de la calidad del servicio en la primera industria de España, el turismo.
A ello hay que añadir el cambio de ciclo económico y la crisis que soportamos desde 2008, situación que las distintas patronales de hostelería han aprovechado para aumentar la precariedad laboral y empeorar las condiciones de trabajo, aumentando los ritmos de trabajo e incluso dilatando la jornada parcial, convertida en la práctica en jornadas completas.
La última vuelta de tuerca es la externalización que está sufriendo el sector.
La estrategia de externalización del departamento de pisos es muy sencilla: se despide, vía expedientes de extinción, a las trabajadoras de pisos y se subcontrata el servicio con empresas de multiservicios.
En muchos casos, estas empresas están constituidas por el mismo grupo empresarial, lo que supone un flagrante caso de cesión de trabajadores.
Estas empresas, además, ya no tendrán la obligación de aplicar los convenios vigentes de hostelería y se aplicará el de la empresa multiservicio que, habitualmente, fijará retribuciones cercanas al salario mínimo interprofesional.
Así las patronales pueden llegar a ahorrarse entre un 30 y un 40 por ciento del salario de las camareras, al tiempo que fomentan la división de los trabajadores en multitud de empresas que impiden su unidad de acción sindical y colectiva en defensa de sus intereses.
Dentro de las muchas actividades que CCOO, junto con UGT, la REL-UITA, Alba Sud, las asociaciones profesionales y otros colectivos, ha organizado para denunciar las condiciones laborales, sociales y económicas que viven las camareras de pisos, se enmarca la presentación del libro Las que limpian los hoteles.
Se recogen allí testimonios de compañeras que suponen un grito de denuncia de la situación laboral de un colectivo que las más de las veces resulta invisible en el sector hotelero, pero que sin embargo es una de las claves de la calidad del servicio en la primera industria de España, el turismo.
Frenar las externalizaciones y aplicar convenio colectivo
Dos de las prioridades inmediatas
Esta campaña ha conseguido que el trabajo en los pisos en los hoteles y apartamentos sea más visible ante la sociedad.
Ahora hay que dignificar el trabajo de las camareras de pisos y defender sus condiciones de trabajo a nivel general y, de manera específica, contra la externalización de los departamentos.
Para ello, en primer lugar, hay que apostar por que el convenio de hotelería se aplique a todo el mundo que trabaja en el hotel, sea de la empresa que sea, e incluir la limitación de las actividades que no pueden ser subcontratadas.
Por otra parte, tenemos que seguir denunciando los convenios estatales de empresas de multiservicios que, muchas veces, son fraudulentos y elaborados específicamente para realizar las operaciones de externalización.
Otra de nuestras propuestas debe ser informar a las camareras de pisos sobre las posibilidades de conseguir, en los casos que proceda, un grado de minusvalía superior al 33 por ciento para que se puedan acoger a las jubilaciones parciales aquellas trabajadoras que tengan 25 o más años de servicio.
En otro orden de cosas, debemos trabajar recopilando información y aportando pruebas para que se reconozcan los problemas de salud del colectivo dentro del catálogo de enfermedades profesionales.
Así, debemos insistir ante las empresas en lo fundamental que es desarrollar una acción preventiva orientada a los riesgos laborales identificados, incluyendo algo que pocas veces se tiene en cuenta como es la política de compras, además de una organización del trabajo con participación de los trabajadores y trabajadoras, formación e información y reconocimientos médicos específicos para las labores a realizar.
Desde CCOO estimamos que estas iniciativas tienen también un marco de discusión en el ámbito del Acuerdo Laboral Estatal de Hostelería (ALEH), con el objetivo de poner en valor el nivel de profesionalidad del personal que trabaja en los pisos en el ámbito estatal, aplicando las normativas laborales contempladas en el ALEH.
Además, debe servir para el análisis y debate con las organizaciones empresariales y proceder a acuerdos en materia de subcontración, tratamiento específico de los problemas de salud laboral y orientación en la negociación colectiva sectorial.
Es verdad que para alcanzar la igualdad real y un trabajo decente aún queda mucho camino, pero como diría el gran poeta Antonio Machado gracias a la lucha, en este caso de las de mujeres y de su colectivo más importante como son el personal que trabaja en pisos, se ha hecho “camino al andar”.
Por ello tenemos que seguir luchando.
Ahora hay que dignificar el trabajo de las camareras de pisos y defender sus condiciones de trabajo a nivel general y, de manera específica, contra la externalización de los departamentos.
Para ello, en primer lugar, hay que apostar por que el convenio de hotelería se aplique a todo el mundo que trabaja en el hotel, sea de la empresa que sea, e incluir la limitación de las actividades que no pueden ser subcontratadas.
Por otra parte, tenemos que seguir denunciando los convenios estatales de empresas de multiservicios que, muchas veces, son fraudulentos y elaborados específicamente para realizar las operaciones de externalización.
Otra de nuestras propuestas debe ser informar a las camareras de pisos sobre las posibilidades de conseguir, en los casos que proceda, un grado de minusvalía superior al 33 por ciento para que se puedan acoger a las jubilaciones parciales aquellas trabajadoras que tengan 25 o más años de servicio.
En otro orden de cosas, debemos trabajar recopilando información y aportando pruebas para que se reconozcan los problemas de salud del colectivo dentro del catálogo de enfermedades profesionales.
Así, debemos insistir ante las empresas en lo fundamental que es desarrollar una acción preventiva orientada a los riesgos laborales identificados, incluyendo algo que pocas veces se tiene en cuenta como es la política de compras, además de una organización del trabajo con participación de los trabajadores y trabajadoras, formación e información y reconocimientos médicos específicos para las labores a realizar.
Desde CCOO estimamos que estas iniciativas tienen también un marco de discusión en el ámbito del Acuerdo Laboral Estatal de Hostelería (ALEH), con el objetivo de poner en valor el nivel de profesionalidad del personal que trabaja en los pisos en el ámbito estatal, aplicando las normativas laborales contempladas en el ALEH.
Además, debe servir para el análisis y debate con las organizaciones empresariales y proceder a acuerdos en materia de subcontración, tratamiento específico de los problemas de salud laboral y orientación en la negociación colectiva sectorial.
Es verdad que para alcanzar la igualdad real y un trabajo decente aún queda mucho camino, pero como diría el gran poeta Antonio Machado gracias a la lucha, en este caso de las de mujeres y de su colectivo más importante como son el personal que trabaja en pisos, se ha hecho “camino al andar”.
Por ello tenemos que seguir luchando.
*Publicado en el diario madrileño El Mundo (26-III-16).