Sus 270.000 miembros son mayoritariamente mujeres y negros, con una importante base en la migración.
Gracias a la organización y la movilización sindical a través de Unite Here las trabajadoras y trabajadores de hoteles, que tradicionalmente han ganado bajos salarios, lograron mejorar sus retribuciones y acceder a beneficios diversos.
Así, la diferencia entre el salario de una camarera de piso de una ciudad con hoteles sin presencia de Unite Here y el de una trabajadora en un ciudad en la que el Sindicato sí está presente es muy destacada.
La comparación entre hoteles de Indianápolis, sin presencia sindical, y Chicago, con hoteles sindicalizados, resulta también clarificadora.
Mientras en el primer caso el salario medio de las camareras de piso es de 8,50 dólares la hora, en el otro se sitúa en 18,04. Y en lo que respecta al número de habitaciones que deben limpiar al día, si en un caso puede ser de 30 en adelante, en el otro es de 16 como máximo.
La organización sindical también ha permitido a estas trabajadoras y trabajadores disponer de contratos con mayores garantías de derechos en múltiples ámbitos (asesoría sobre condición migratoria, beneficios en transporte, salud, horario y calendario laboral, entre otros).
El programa se fundamenta en el reconocimiento de la importancia que tiene la opinión de la clientela para el sector hotelero, promoviendo aquellos hoteles en los que existen condiciones laborales decentes y garantías de organización sindical libre, y penalizando a los que violan los derechos laborales o se encuentran en una situación de conflicto.
De este modo el consumidor, con esa información, puede elegir en qué hoteles alojarse cuando viaja u organiza encuentros, seminarios o foros.
A través de una página web y de una aplicación (app) para distintos dispositivos móviles, la persona interesada puede acceder a diferentes tipos de información que le pueden ayudar en sus decisiones.
En primer lugar, se puede encontrar una lista de boicot actualizada ordenada por estados en la que se puede ubicar hoteles que están en huelga, otros en los que está ocurriendo algún tipo de disputa laboral, y finalmente aquellos que se encuentran en riesgo de entrar en algún tipo de conflicto.
También facilita información para que cuando se reserve un hotel se exija una garantía de protección ante conflictos laborales, para lo cual explican cómo cancelar su reserva sin ser penalizado.
El programa también dispone de un buscador organizado por nombre de hotel o bien geográficamente por estados, a través del cual se pueden localizar tanto hoteles en los que se acreditan condiciones laborales óptimas, identificados como “Fair Hotels”, en base a la decisión del propio Sindicato, y otros marcados por situaciones de boicot y disputa.
Pero más allá de la información puntual, el programa también permite que la persona interesada pueda estar informada de forma regular sobre situaciones de conflicto laboral a través de un sistema de alertas.
Asimismo se establecen diversos mecanismos para quienes lo deseen puedan involucrarse en apoyo al programa, convirtiéndose en algo así como aliados permanentes.
De este modo, clientes particulares, organizaciones o empresas pueden ayudar a extender el número de hoteles que soliciten formar parte del programa o hacer saber a estas empresas que para ellos es importante el respeto a los derechos laborales en su política de selección.
Por un lado, supone una experiencia concreta de cómo construir nuevas formas de alianza entre trabajadores, sindicatos y clientes, en un esfuerzo combinado entre organización sindical y consumo responsable.
Esto no es una cuestión menor en un contexto laboral marcado por la precariedad y la dificultad cada vez mayor para la defensa colectiva de los derechos laborales a causa del miedo y las acciones antisindicales crecientes por parte de las patronales.
Encontrar aliados externos con capacidad de influir en las decisiones de la empresa, en este caso a través de su consumo, puede ser una vía interesante a explorar.
Por otro lado, esta iniciativa centra el protagonismo y la dirección del movimiento en la organización sindical, no la desplaza por querer involucrar a otros actores, como ha ocurrido en otras iniciativas ciudadanas cuando han querido intervenir en el mundo del trabajo.
La precariedad laboral creciente es motivo de preocupación cada vez más amplia, y para hacerle frente será necesaria la participación de múltiples y diversos actores, pero la organización sindical, como espacio propio de organización de las trabajadoras y los trabajadores, sigue siendo el espacio que debe marcar la pauta.
No en vano son quienes más directamente sufren las condiciones de este modelo laboral.
Sin duda, FairHotel supone una oportunidad para repensar las estrategias de intervención en el ámbito laboral y construir nuevas alianzas sociales.
Aprendamos lo que podamos de él, porque es mucho lo que queda por recorrer en esta dirección.