Con Roberto Ruiz
Del 29 de junio al 3 de julio se realizaron en Nicaragua y Honduras dos talleres sobre seguridad y salud en el trabajo, con énfasis en las lesiones por esfuerzos repetitivos. Promovidos por la Rel-UITA y organizados en sus respectivos países por la FUTATSCON, USTABH, Red de Sindicatos de la Maquila y Festagro1, los talleres fueron impartidos por el especialista en Medicina del Trabajo y nuestro consultor en salud y condiciones de trabajo, doctor Roberto Ruiz.
Giorgio Trucchi
19 | 7 | 2017
Dr. Roberto Ruiz | Foto: Giorgio Trucchi
-Días intensos y de mucho trabajo. ¿Cómo evalúas esta experiencia?
-Tanto en Managua como en San Pedro Sula los participantes de estos talleres mostraron un gran interés, sumado a un alto grado de concentración y de involucramiento en las actividades propuestas.
Había mucha expectativa porque en ambos países hay muy poca información sobre el origen, los efectos y la importancia de prevenir las enfermedades laborales, en especial las lesiones por esfuerzos repetitivos (LER).
Son una minoría las personas que tienen conciencia de la conexión que existe entre los riesgos del trabajo y dichas enfermedades.
En particular me impactó la situación de Honduras, donde es evidente tanto la debilidad jurídica y científica en torno a estos temas como el alto grado de restricción de los derechos laborales.
El ambiente es bastante tenso y hay cierto nivel de desesperanza hacia posibles cambios.
-¿Cuáles son los sectores más afectados por estas enfermedades?
-Hay una amplia gama de sectores, entre otros la agroindustria, la industria de procesamiento, la hotelería en especial las camareras de piso.
Aquí en Honduras me impresionó muy negativamente la situación que viven las y los trabajadores de las maquilas2.
Hay una sobreexplotación de la mano de obra y el resultado es que la gente se está enfermando tempranamente y con mayor gravedad.
Son datos alarmantes que los gobiernos no pueden obviar. Deben intervenir de inmediato y poner reglas y condiciones a los empresarios, si no quieren tener, en pocos años, un ejército de personas enfermas y desempleadas.
-Se debatió mucho sobre si los mismos trabajadores tienen cierta responsabilidad por lo que está ocurriendo.
-Una enfermedad laboral o un accidente de trabajo siempre se produce cuando existen factores de riesgo laboral. El trabajador y la trabajadora deben entender que no son responsables de estos eventos, sino la víctima de una situación generada por la forma de organizar el trabajo y por la sobreexplotación.
Al mismo tiempo hay que concientizarlo sobre la importancia de cumplir con las normas de seguridad e higiene.
La salud laboral como desafío colectivo
-¿Cuáles son los elementos más significativos que se desprenden de estos talleres?
-Son fundamentalmente tres: volver visible lo que es invisible, pasar de lo individual a lo colectivo y convertir la indignación en acción.
Es decir, hay que divulgar que las trabajadoras y los trabajadores se están enfermando por el trabajo que desempeñan, que no es algo personal de cada persona sino un fenómeno colectivo y que debemos convertir su indignación en una propuesta de cambio.
-¿Qué propuestas surgieron en cuanto a la acción?
-Se planteó que en las futuras negociaciones colectivas, todo lo que se ha aprendido y discutido en estos días se plasme en cláusulas sociales relacionadas con salud y seguridad laboral.
Durante varias horas, los participantes trabajaron en grupo y cada grupo analizó, discutió y redactó el contenido de dichas cláusulas. El resultado fue muy esperanzador.
-¿Estás satisfecho?
-Muy satisfecho y hasta enriquecido porque aprendí mucho de esta experiencia. Como dice el maestro Paulo Freire “Nadie educa a nadie -nadie se educa a sí mismo- los hombres se educan entre sí mediatizados por el mundo”.
Dr. Roberto Ruiz | Foto: Giorgio Trucchi