Es una extraña forma la de la transnacional frutera Fyffes/Sumitomo (Sol Group Marketing) de conmemorar el Primero de Mayo en Honduras. Sus (pseudo) sindicatos llaman a los trabajadores a “mandar un mensaje de unidad” movilizándose, pero los obliga a volver inmediatamente a sus labores, trasladando el día feriado a finales del mes.
Giorgio Trucchi
02 | 05 | 2023
Foto: Sitramelexsa
El pasado 29 de marzo, el Sindicato de Trabajadores de la Agroindustria y Similares (STAS) se movilizó en la sureña ciudad de Choluteca.
Una vez más, cientos de trabajadores y trabajadoras de las plantaciones de melones de Fyffes/Sumitomo denunciaron abusos, persecución sindical, irrespeto de los derechos laborales, de las leyes nacionales y los convenios internacionales ratificados por Honduras.
Le reclamaron también la decisión de no firmar un acuerdo vinculante ya consensuado con el STAS, donde se comprometía a crear una nueva empresa, contratar al personal víctima de proscripción laboral y a reconocer a la seccional sindical y su derecho a representar a trabajadores y trabajadoras.
La movilización exigió un ¡basta ya! al acoso, la persecución y exclusión sistemática por pertenecer a un sindicato independiente.
La respuesta de Fyffes sigue un entramado de sobra conocido: negación de todas las acusaciones y uso de sindicatos, creados con la complicidad irresponsable de las antiguas autoridades del trabajo, para hacerle de contrapeso al STAS y presionar a las y los trabajadores.
Ejemplo de ello es el absurdo y hasta vergonzoso comunicado del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Sur Agrícola de Honduras (Sitrasuragroh) para este Primero de mayo.
En esta ocasión se están convocando a los trabajadores a marchar en conmemoración de esta fecha, “usando camisas blancas” y volviendo luego “a nuestras labores normales”.
La idea retorcida de Fyffes es que el día feriado sea trasladado para el 22 de mayo y que los trabajadores manden “un mensaje de unidad”, poniéndose camisas, cuyo color en Honduras se identifica con las movilizaciones de los sectores ultraconservadores que, en 2009, defendieron el golpe y la ruptura del orden constitucional.
Testimonio de ello son las pancartas que Sitrasuragroh y Sitramelexsa pusieron en manos de su personal administrativo, cuadros intermedios y obreras que tienen temor a no ser recontratadas la próxima temporada de melones.
“Sacamos a la dictadura, pero el pueblo está comiendo basura”, “Reducir el impuesto sobre venta fue paja de la presidenta”, “El aumento a luz y gasolina al pueblo asesina”, rezaban las pancartas.
El Primero de Mayo es una jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los mártires de Chicago, que ofrendaron sus vidas por alcanzar mejores condiciones laborales, un trato y salarios dignos.
Abusar de esta fecha para aparentar normalidad, ocultar las condiciones en que trabajan miles de obreros y obreras agrícolas, negándoles además el derecho de libre sindicalización y negociación colectiva, no es sólo una forma de negación de la memoria histórica de millones de trabajadores y trabajadoras en el mundo, sino también una aberración que hay que condenar sin ningún titubeo.