El COVID-19 ha destapado lo que el STIBYS viene denunciando en los 1 de Mayo desde finales del siglo pasado, cuando se impuso el modelo neoliberal.
A saber:
Los beneficios de la privatización de la salud, la educación, el agua, la energía eléctrica, las telecomunicaciones, los puertos, la lotería y los bienes comunes solo han servido a la acumulación de capital.
La política laboral de empleo temporal y tercerización ha incrementado la explotación del trabajo asalariado, el empleo precario, el desempleo y el éxodo de hondureños.
La llamada modernización del agro con el abandono de la reforma agraria es un peligro para los propósitos de alcanzar soberanía alimentaria, estamos amenazados con el hambre.
El régimen dictatorial profundizador del modelo neoliberal, con sus tratados de libre comercio, ha incrementado nuestro atraso y dependencia.
Hoy, con la desregulación del Estado, sufrimos la más injusta distribución del ingreso y la riqueza generadora de extrema pobreza.
La máxima expresión de la tragedia que vivimos es la abismal diferencia entre los grandes capitalistas y los desposeídos.
Este año que pasó ha estado lleno de acciones populares que nos enorgullecen porque han llegado a poner en aprietos al régimen actual: la lucha en contra de las privatizaciones, la exigencia del respeto a los derechos humanos, la denuncia permanente de la profundización de la corrupción y la colusión con el narcotráfico.
Pero todas esas acciones han sido reprimidas por las fuerzas armadas, que ha tomado presos a varios compañeros y asesinado a otros.
Este régimen ha hecho gala de una impunidad y un cinismo nunca vistos, jactándose el dictador de tener el respaldo del gobierno de Estados Unidos.
Si alguna duda ha tenido alguien sobre la existencia de las clases y de la lucha de clases, la peste del COVID-19 la ha disipado.
Solo hay que ver las diferencias abismales entre la clase patronal y la clase obrera; entre los grupos oligárquicos aliados a las transnacionales (banqueros, grandes propietarios, terratenientes) y el pueblo en general (micro, pequeños y medianos productores, asalariados, desocupados, extremadamente pobres, migrantes, lumpen
Los primeros, explotadores y beneficiados, y los segundos, explotados y víctimas.
Al Estado -nos dicen los empresarios- hay que achicarlo porque es el problema y no la solución. El mercado, la competencia, el hacer negocio –dicen- es lo que debe dirigir el crecimiento.
En base a esos principios, por ejemplo, han desmantelado la salud y ellos de eso no se culpan.
En las mesas de diálogo con el régimen exigen más beneficios. Hoy es el momento, afirman, de convertir al país en un paraíso fiscal y laboral para que venga la inversión.
Quieren resolver los problemas estructurales con más capitalismo, y de lograrlo la tragedia será peor y la represión mayor. Por todo esto decimos que la lucha de clases es objetiva, es independiente de nuestra voluntad, pero la esconden.
Las solicitudes de suspensiones de trabajadores por parte de los patronos llegan a las 125.000, más los incalculables despidos de trabajadores permanentes y temporales que avalan desde el Congreso con leyes antiobreras.
Pero desde varios sectores del capital surge el llamado urgente a la apertura, alegando hipócritamente que es una medida para proteger el empleo.
Hoy se ha demostrado con más crudeza que solo los trabajadores somos los que producimos riqueza. ¿Por qué no llaman al capital a producir? Para esconder la explotación y el origen de clase, ya no se nos llama trabajadores sino colaboradores y ellos se hacen llamar empleadores.
Elevamos nuestra voz de protesta en defensa de las obreras y los obreros de la industria maquiladora, víctimas de suspensión de sus contratos de trabajo, a quienes se les quiere engañar con un “bono” constituido con aportaciones humillantes de patronos y Estado.
A la vez alzamos nuestra voz en defensa de las trabajadoras y los trabajadores que por ser temporales son suspendidos o despedidos, mayoritariamente sin salario y sin derechos, y sometidos a la amenaza tanto de la pandemia como de la extrema pobreza e indigencia debido al atropello patronal permitido y promovido por el régimen.
El temor al despido en el capitalismo es más cruel que el látigo del esclavista en la esclavitud.
Hoy 1 de Mayo nos enorgullecemos al saludar a los trabajadores de la salud. Están salvando vidas como manda el juramento hipocrático, no produciendo riqueza para los capitalistas de la salud.
Llevamos más de tres años negociando un contrato colectivo con Embotelladora La Reyna (CBC-PepsiCo), debido sus tácticas dilatorias e incumplimiento al contrato colectivo.
Este año empezamos a negociar con la Cervecería Hondureña (AB InBev-Coca Cola).
Ya se avanza en la negociación colectiva con la fábrica de aguardiente El Buen Gusto y se denunciará la cláusula salarial del contrato colectivo con la licorera Los Ángeles.
Para salir adelante en estas luchas necesitamos los mayores niveles de unidad y comprensión de la situación post COVID-19.
Hoy condenamos las acciones antiobreras de las transnacionales, que se han enriquecido con el trabajo asalariado y no quieren pagar salarios por “quedarse en casa” y al trabajador que retorna al trabajo le niegan el cumplimiento de leyes laborales como los contratos colectivos.
Las transnacionales AB InBev- Coca Cola y CBC- PepsiCo (Embotelladora La Reyna) vienen desde hace más de cuatro años poniendo en peligro los departamentos de ventas con los enormes descuentos que dan a los supermercados, para transferirles los clientes que corresponde atender a los camiones de ruta.
Este es un sistema de tercerización perversa que también aplican en otras áreas y que debemos combatir so pena de perder el STIBYS.
Para el STIBYS es obligatorio luchar contra la patronal y junto al pueblo por:
Restablecer el Estado de Derecho a través de un pacto social (una nueva Constitución) para democratizar la sociedad, en lo económico, social y político. Únicamente como Región Centroamericana empezaremos a superar nuestro atraso y dependencia y a rescatar nuestra soberanía y el ideal morazánico;
Que se respete el derecho a la libre sindicalización y negociación colectiva, haciendo realidad el principio de que todo trabajo permanente y continuo debe ser realizado por trabajadores permanentes, respetando la estabilidad laboral, prohibiendo la tercerización y derogando la Ley de Trabajo por hora.
Respeto a todos los convenios de la OIT ratificados por Honduras.
Para la salud de nuestra economía y para que no caiga la capacidad de consumo de los trabajadores, el Ministerio del Trabajo no debe autorizar las suspensiones de trabajo, y los empresarios deben pagar los salarios dejados de percibir por los trabajadores durante los toques de queda. El Estado con sus recursos debe contribuir a hacer realidad esta emergencia.
Revisar los Tratados de Libre Comercio para desarrollar el mercado interno y alcanzar la soberanía alimentaria, corrigiendo para ello la política monetaria, crediticia y fiscal, urgiendo una reforma agraria integral mediante una nueva ley que permita el acceso a la tierra, créditos, asistencia técnica y mercados a los pequeños, medianos productores y trabajadores del campo. Las medidas anunciadas por el régimen van por defender el statu quo.
No al extractivismo y cancelación de todas las concesiones.
Exigimos la derogación del “Tazón de Seguridad”, la “Ley de Secretos” y la “Ley de Escuchas”.
Cárcel para los traidores a la patria que violaron la Constitución promoviendo la reelección.
Cancelar comisiones interventoras, que solo sirven para encubrir y legitimar la corrupción.
Desmilitarización de la seguridad ciudadana, liberación de los presos políticos, esclarecimiento de los asesinatos de las dirigentes populares Berta Cáceres, Margarita Murillo y otros y castigo para los culpables.
No más persecución contra líderes indígenas.
Castigo a los culpables por el atraco a los fondos del IHSS, no utilizar la justicia con fines políticos.
Alto a los feminicidios.
Cancelación de toda concesión de bienes públicos tal como el otorgado a COVI por la corrupta COALIANZA.
Urge la ley de control de precios.
Continuar con las cuatro negociaciones colectivas en curso, principalmente con las transnacionales AB InBev, Coca Cola y PepsiCo y continuar la lucha contra la tercerización y por el cumplimiento de los contratos colectivos que, aprovechándose de la situación, la patronal quiere incumplir.
A 134 años del sacrificio de los mártires de Chicago y a 66 de la Huelga del 54 rendimos nuestro más sentido homenaje a quienes protagonizaron tan gloriosos acontecimientos y proclamamos desde esta tribuna nuestro convencimiento de que unidos y movilizados frente a las políticas neoliberales y al régimen dictatorial que las impone podremos recuperar las conquistas perdidas y lograr los cambios estructurales que nuestro país necesita.
¡VIVA EL PRIMERO DE MAYO! ¡VIVA LA CLASE TRABAJADORA!