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Con Augusto Jordan Rodas

“Los sectores democráticos deben dejar de lado sus egos para cambiar al país”

Procurador de los Derechos Humanos de la República de Guatemala desde 2017, Augusto Jordan Rodas, es reconocido como baluarte ético y democrático en un país donde la corrupción cabalga desbocada, sin límites. Nos recibe en su despacho, afable y atento como es su costumbre. En el apretado abrazo siento al amigo en su calvario, en sus horas más complicadas, aunque para él nunca fue fácil. El diálogo comienza en una atmosfera invadida por la incertidumbre.

Gerardo Iglesias

22 | 06 | 2022

-La situación actual me parece de las más complejas que he visto desde que vengo aquí, en los ochenta. Quienes gobiernan −viejos y nuevos sectores de poder− lo han cooptado todo, absolutamente todo.…
-Así es. La Universidad de San Carlos (USAC) es lo que les queda por tomar. El último bastión. Ante eso es que quise y quiero ser rector de la única universidad pública en el país. Si no fuera por el fraude hubiéramos podido ganar.

-En otro país el fraude hubiera significado un escándalo mayúsculo.
-Sí, pero dentro de todo aquí hay una resistencia pacífica. Si rescatamos la Universidad de San Carlos podemos rescatar al país.

Tendríamos que hacer de la Universidad el referente para combatir la corrupción, la podredumbre. Por eso es que se resistió la eventual llegada mía a la rectoría, porque ya saben de qué estoy hecho.

-Estabas muy entusiasmado con la posibilidad de llegar a la rectoría.
-Sí, porque había un apoyo grande de estudiantes y profesionales, de todas las áreas, en un ejercicio muy sano, muy democrático: ciencias médicas, medicina, veterinaria, agronomía, zootecnia, odontología. No así en derecho, porque a los abogados les ha ido bien con el sistema cooptado.

Hemos logrado de todas maneras desenmascarar el fraude, y cualquier elección que haya en el futuro será distinta. La elección del rector de la única universidad pública ya es tema nacional, se habla mucho.

Si el sistema de derecho funciona, y la presión se hace sentir hay posibilidades de cambiar las cosas.

La CIDH nos ha puesto al nivel de los peores países en materia de violación de los derechos humanos, y también el Departamento de Estado de Estados Unidos o el Parlamento Europeo. Hay un retroceso notorio en materia de respeto por las libertades.

-Quien se atrevió a investigar los actos más conspicuos de corrupción, o denunciado la sistemática violación de derechos humanos, se ha visto forzado a salir del país. ¿En qué escenario te ves?
-Puedo volver a dar clases de derecho constitucional, también tengo opciones laborales fuera del país, y además quisiera poder tener más contacto con mi familia, algo que no puedo hacer por motivos de seguridad.

Lo ideal sería poder permanecer aquí, habiendo tantas cosas por hacer, pero es complicado no tener certezas y vivir en condiciones que están lejos de ser las más idóneas desde el punto de vista del funcionamiento de un sistema democrático.

-¿Saber que hay tanta gente que te respeta y te respalda a nivel nacional e internacional mitiga las heridas?
-Eso es lo que lo me ha mantenido: ver por ejemplo cómo la gente se me acerca en un restaurante, por la calle y me pide que resista. O en redes sociales. Ese respaldo se siente.

-¿Cómo se construye otra Guatemala?
-Con una agenda común. Los sectores democráticos, sociales y políticos deben dejar de lado los egos, las parcelas y elaborar una agenda común, como ha sucedido en otros países. Hay que sacrificar posiciones. La dispersión actual ha permitido esta situación.

Se debe tomar conciencia de que si no hay una articulación nos van a pasar por encima, metiéndonos en el torbellino del autoritarismo por mucho tiempo.

-Sabes que nuestra Internacional te respeta y te estima…
-Es mutuo. Seguiremos trabajando con la UITA en la medida de nuestras posibilidades.