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Un tribunal de California reconoce el carácter cancerígeno del Roundup

Una nueva derrota para Monsanto

Edwin Hardeman, un agricultor de 70 años que por décadas fumigó Roundup en sus cultivos, denunció a Monsanto, el fabricante de ese agrotóxico, por el cáncer que se le diagnosticó. La justicia del estado de California acaba de darle la razón.

Este fallo, del 19 de marzo, es el segundo que va en el mismo sentido, luego del que condenó a la transnacional estadounidense, hoy propiedad de la alemana Bayer por el cáncer causado por el Roundup a Dewayne Johnson, un ex jardinero de California.

Hay más de 11.200 casos similares tramitándose ante los juzgados de Estados Unidos, y otros en Francia y otros países.

El jurado californiano se pronunció esta vez únicamente sobre la eventual relación causal entre el Roundup y el linfoma no Hodgkin (LNH), un cáncer que afecta al sistema linfático hasta ahora no curable, que se le diagnosticó a Hardeman.

Estableció que sí, que había efectivamente un vínculo entre el uso del producto -el agricultor de la localidad de Santa Rosa lo empleó desde 1986 para controlar malezas- y el LNH, la misma enfermedad que sufre Dewayne Johnson.

Ahora, el jurado deberá determinar si Monsanto estaba al tanto de los riesgos que presentaba su producto y, si así fuera, si hizo algo para informar a los consumidores al respecto. Deberá también, eventualmente, fijar las indemnizaciones a pagar a Hardeman.

El juez del caso escribió en su fallo de esta semana que “hay pruebas sólidas de las que un jurado podría concluir que a Monsanto no le preocupa especialmente si su producto en realidad está causando cáncer a las personas, centrándose en cambio en manipular la opinión pública y socavando a cualquiera que presente inquietudes genuinas y legítimas sobre el tema”.

Recoge de esa manera no sólo los argumentos de la defensa de Hardeman sino de todas las asociaciones, científicos y agricultores que han denunciado a la transnacional por esconder evidencia, mentir, fabricar “investigaciones”, llevar a cabo campañas de amenazas a sus críticos.

Tras el fallo, las acciones de Bayer cayeron más de 12 por ciento.