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Nueva multa a Monsanto por contaminar a humanos y ambiente

Pero seguirá tan campante

Ya la habían multado por posibles daños a la salud de decenas de miles de agricultores. Ahora, a Monsanto, la justicia de Estados Unidos la condenó a pagar más de 165 millones de dólares por contaminar una escuela y afectar a sus trabajadores.

Daniel Gatti

24 | 11 | 2023


Foto: Página 12

La noticia es del 20 de noviembre: ese día un jurado del estado de Washington condenó a la transnacional hoy propiedad de la alemana Bayer a pagar 50 millones de dólares en daños compensatorios y 115 millones en daños punitivos a los empleados de una escuela de la localidad de Monroe, cercana a Seattle.

El jurado halló responsable a la empresa de vender productos con sustancias químicas llamadas bifenilos policlorados (PCB) sin advertir sobre su peligrosidad.

Utilizados en el Sky Valley Education Center de Monroe, esos productos se filtraron por las lámparas del establecimiento y provocaron enfermedades a seis profesores y un conserje. No cualquier enfermedad: en algunos casos cáncer, en otros daños cerebrales.

Las multas pueden agravarse, porque otros establecimientos de Sky Valley denunciaron también a Monsanto.

“Los PCB son sustancias químicas que en su día se utilizaron ampliamente para aislar equipos eléctricos y en otros productos comunes como el papel carbón, el calafateado, el acabado de suelos y la pintura”, recordó el miércoles 22 el diario mexicano La Jornada.

El gobierno estadounidense prohibió estas sustancias químicas en 1979 tras descubrir su relación con el cáncer y con afectaciones graves al medio ambiente, pero se siguen fabricando en otros lados y empleando en la industria electrónica.

Como el glifosato

Como se sigue empleando en todo el mundo el glifosato, principio activo del herbicida más vendido, el RoundUp, también fabricado por Monsanto y causante de enfermedades de todo tipo, según cada vez más numerosos estudios científicos independientes.

En los propios Estados Unidos Bayer-Monsanto han debido indemnizar a decenas de miles de agricultores por daños probados a su salud provocados por el glifosato, pero se las condenó por “no advertir” suficientemente sobre la nocividad de un producto al que las empresas que lo fabrican consideran inocuo.

En la UE, la Comisión Europea acaba de prorrogar por diez años el permiso de utilización del glifosato.

Para hacerlo, se basó en “estudios” elaborados a partir de datos proporcionados por las propias transnacionales del sector. Había recibido múltiples análisis científicos independientes que demostraban su nocividad. Prefirió descartarlos. No resulta difícil deducir por qué.