El documento, resumido en el suplemento “Contexto” del diario digital público.es, destaca que España es el segundo país de la Unión Europea con más personas trabajando en el sector doméstico, unas 629.000, el 3,25 por ciento del total de ocupados, cuando la media de la UE es inferior al 1 por ciento.
De ese total, 9 de cada 10 son mujeres, en buena parte migrantes provenientes de América Latina, África, Europa oriental.
“Estos datos demuestran además una fuerte vinculación de los trabajos en el hogar con el esfuerzo y la inversión en protección social de cada país, donde España no destaca especialmente”, al ubicarse en los últimos puestos de la región, destaca “Contexto” citando a la UGT.
“En once de los doce países de la Unión Europea que tienen mayor gasto en protección social que España no se registra un peso del trabajo doméstico en el mercado laboral superior al 2 por ciento, con muchos de ellos por debajo del 1 por ciento.
A su vez, en diez de los doce hay además un volumen de empleo en actividades de cuidados superior al 5 por ciento”.
Se trata, por otra parte, de un personal crecientemente “veterano”: 11,2 por ciento tiene más de 60 años, contra 6,5 en la media de Europa y más del doble que los propios números españoles de una década atrás.
Ello hace aún más acuciante el problema de las pensiones, extremadamente bajas para los domésticos y las domésticas en España dado el escasísimo nivel de formalidad del sector: solo 13 por ciento de sus trabajadores y trabajadoras constan en el Régimen Especial de Empleados del Hogar.
En 2008 era mucho peor (apenas 0,8 por ciento) pero ello no es consuelo, afirma UGT, para la cual es necesario un esfuerzo muy determinado para revertir la situación de postergación y marginalidad que padecen las trabajadoras domésticas en la península.