“El conflicto en este hotel viene desde hace más de un año. A fines de 2016, Be Live Experience externalizó el departamento de pisos a una empresa vinculada a una diputada del Partido Popular, GENSER SL”, informó Fran Martínez León, secretario de Acción Sindical de CCOO Lanzarote.
Esta prestadora de servicios tomó como primera medida la reducción de los salarios de las camareras en un 40 por ciento.
“A partir de entonces empezamos una lucha que llevó a 28 concentraciones en este tiempo y denuncias en la Inspección de Trabajo que nos ha dado la razón y ha revertido el tema salarial”.
Revertir la rebaja salarial le supuso a GENSER SL incrementar la nómina de las trabajadoras en cerca de 500 euros por persona. Tras este revés judicial tomó la decisión de aumentar la carga laboral y prolongar la jornada sin aumentar la retribución.
La última concentración sindical frente al hotel fue el pasado 10 de agosto, cuando se convocó a una huelga por tiempo indeterminado: hasta que la empresa atienda los reclamos sobre las jornadas excesivas.
“Reunidas en asamblea, las trabajadoras votaron por unanimidad dar inicio a la huelga el próximo 23 de agosto. Para ayudarlas, CCOO Lanzarote va a abrir una cuenta, una especie de fondo solidario para que la medida de fuerza no les cueste el sueldo entero”, indicó el dirigente.
Según Martínez León, la mayoría de los clientes del hotel Be Live Experience apoya a las camareras porque conocen la realidad que viene afectando al sector, sobre todo después de la reforma laboral que permite la externalización de tareas y no tener en cuenta los convenios sectoriales.
“En este momento la mayoría de los huéspedes son españoles y españolas que tienen pleno conocimiento de la creciente precarización del sector”.
Las camareras de piso llegan a realizar hasta 26 habitaciones diarias con 5 salidas de cliente (que suponen hasta 45 minutos cada una de ellas).
Deben llevarlo a cabo en apenas 6 horas de su jornada, ya que también se les impone la limpieza de zonas comunes, cristales, etcétera.
Esto supone que deban trabajar hasta 10 horas diarias, incluso sin comer.
Muchas necesitan medicarse para poder terminar estas jornadas maratonianas.
Mientras esto sucede, el sector del turismo en España goza de buena salud.