-¿Cuál es la situación del sector turismo hoy?
-España lleva encadenando récords en las cifras del sector desde hace cuatro años. El año pasado fueron 82 millones de visitantes que arribaron al país.
Todos los datos estadísticos apuntan a que hay una recuperación del sector, los hoteles están llenos y también los establecimientos de comidas y bebidas, pero toda esta bonanza no se traslada a las condiciones laborales de quienes se desempeñan en el sector, ni en lo económico ni en lo social.
Todavía se nos dificulta mucho firmar convenios colectivos, aunque cabe destacar que últimamente hemos logrado cerrar varios, siendo destacable el caso de Baleares donde se firmó un acuerdo acorde a los ingresos del sector.
La mayor parte de la mejora se la están llevando las empresas, mientras que los trabajadores y trabajadoras que hacen posible que la industria subsista y prospere no tienen ni una mínima compensación por sus esfuerzos, siendo una parte fundamental del engranaje que genera tantas ganancias.
Por otro lado la administración pública no tiene en cuenta la importancia del turismo y no lo cuida.
No facilita la formación para generar mejores profesionales para el sector, no hay leyes que faciliten la conciliación entre la vida laboral y familiar, por el contrario se aprueban reformas laborales que precarizan las condiciones de los trabajadores en favor de los beneficios empresariales.
No subvenciona al empresario directamente pero lo hace legislativamente.
Esta es la situación actual en España en el sector de forma somera.
Por otra parte, la plaza hotelera necesita una renovación. Somos los maestros en el turismo de playa pero también hay otros, como el gastronómico, cultural, deportivo que son nichos del mercado que podrían generar más puestos de trabajo pero que no se fomentan.
Lo que sí se hace es aumentar la oferta laboral temporal o parcial.
-Entre los hechos relevantes que podemos destacar es que en todos estos años de campaña de la UITA por la dignificación de las camareras de piso logró reivindicar el rol de ese colectivo.
-Sí. Este es un segmento que cumple una función fundamental en la hostelería y que tiene enormes problemas de salud por las propias características de su tarea.
Nuestra primera lucha se dio en ese sentido, en mejorar las condiciones laborales para incidir en las condiciones sanitarias de estas trabajadoras.
Como bien evidenció la campaña de la UITA, que abrazamos desde UGT y también de CCOO, las camareras de piso presentaban diversos problemas de salud como ansiedad, enfermedad del túnel carpiano, lumbalgias consecuencia de las exigencias de su trabajo.
Enfocados en ese primer aspecto fue que iniciamos la lucha por mejorar las condiciones primarias de las camareras y hemos cosechado algunos logros.
Ahora los hoteles deben ofrecer útiles de trabajo ergonómicos y enseñar a las trabajadoras a cómo desarrollar determinadas tareas de forma que no se lesionen, pero esto de nada sirve si cada vez se reducen más y más las plantillas. Si son menos, el trabajo se recarga.
De nada sirven condiciones ergonómicas si el ritmo de trabajo y la carga son excesivos y esta será nuestra segunda lucha.
Amén de las condiciones intrínsecas de la tarea de las camareras, el gobierno se despacha con una reforma que promueve los convenios por empresa y que da libertad de acción a los empresarios para que puedan despedir a sus anchas.
Lo que sucedió fue que despidieron a las camareras de la plantilla fija y las recontrataron a través de empresas multiservicios, y estas trabajadoras vieron sus salarios reducidos hasta el 40 por ciento y sus tareas siguen siendo las mismas. Esto fue lo que facilitó el actual gobierno.
Para enfrentarnos a esta realidad, los sindicatos combatimos de todas las formas posibles esta reforma, con manifestaciones en las calles y en las redes, y sobre todo desde el punto de vista jurídico.
En algunos casos logramos declarar la nulidad de muchos convenios que iban en detrimento de las camareras.
Todo este movimiento generó que se gestara una corriente de opinión que nos ha llevado a abrir un pequeño hueco en la agenda político laboral de este país.
Se logró que el gobierno creara una mesa de calidad del turismo y el empleo; se consiguió habilitar más número de inspectores de trabajo en las diferentes comunidades autónomas, donde además se ha planteado como eje de trabajo la creación de una mesa sobre enfermedades profesionales y camareras de piso.
Este debate se llevó a esa mesa de diálogo para que haya un reconocimiento de las enfermedades que padecen las camareras de piso como enfermedades profesionales. En esta lucha estamos.
-Los ritmos excesivos y la sobrecarga de tareas no afectan sólo la salud de las camareras, también repercuten en la calidad de la higiene de los establecimientos.
-Sí, es cierto, y la reducción de las plantillas se traduce en una pérdida de la calidad del servicio al turista no porque las trabajadoras no sean buenas profesionales sino porque el sistema mismo hace que terminen tan extenuadas que no puedan cumplir adecuadamente con su función.
Aunque la mayoría termina alargando su jornada para poder cumplir mínimamente.
Deberían aumentarse las plantillas para rescatar la calidad del servicio y para mejorar la calidad de vida de este colectivo y esto debe ser un tema de toda la cadena, comenzando por el empresario y terminando por la administración.
-¿Existe una especie de desidia en ese sentido por parte de los empresarios y los gobiernos, que piensan que de todas formas los turistas llegarán?
-Sí. Se olvidan que tenemos esta bonanza porque la región está siendo golpeada por violentas guerras que hace que los turistas migren hacia España pero esto no va a durar para siempre.
Y el turista puede perdonar que el desayuno no sea el mejor o la comida no sea buena, pero jamás si la habitación o el cuarto de baño no está en condiciones de higiene, y si llegas a ir a dos hoteles que no cumplan con las condiciones sanitarias hasta puede dejar de hacer turismo en ese país.
-¿Qué pasará el próximo jueves 19?
-Hay una comparecencia en el Senado donde irá una compañera nuestra Maricarmen Casin, que además es camarera de piso, junto con otra trabajadora de otro sindicato y con Ernest Cañada, para exponer ante los senadores las condiciones de trabajo de las camareras, sus reivindicaciones y necesidades.
Nuestra compañera, va a pedir respuestas, a exigir un retorno por parte de nuestros representantes en el Congreso, al presidente del gobierno español, Mariano Rajoy y a sus ministros porque esta situación es insostenible ya no se puede seguir así.
Necesitamos respuestas para este sector sobre todo en lo que refiere a la jubilación anticipada.
Me imagino que la mayoría del gobierno que es del PP no nos hará la tarea fácil pero malos sindicalistas seríamos si cejáramos antes de intentarlo.
Foto: Gerardo Iglesias