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“La mejor medicina son tus derechos”

La insoportable sobrecarga de trabajo de las camareras de piso

Uno de los problemas más graves que tiene el colectivo de camareras de piso es la sobrecarga de trabajo, que los empresarios de los establecimientos hoteleros han impuesto unilateralmente aprovechándose de la crisis económica y amparándose en las reformas laborales.

Esta situación se ha agravado en los últimos años por el aumento de la precariedad laboral, el deterioro de las condiciones de trabajo, la implantación de la jornada parcial, que en la práctica sobrepasa la máxima legal, y las externalizaciones del servicio de pisos para no aplicar los convenios sectoriales.

Para afrontar este grave problema, lo primero que hay que tener claro es que en Hostelería no existe el trabajo a destajo: se hacen las habitaciones que se puedan realizar dentro de la jornada laboral por la que se esté contratada, 4, 6 u 8 horas, y no las que las empresas imponen y obligan a realizar, aunque sea fuera de la jornada laboral.

Es absolutamente ilegal que la gerencia de los hoteles ordene a las gobernantas entregar una parte de trabajo y les digan a las camareras que su jornada termina cuando termine la limpieza de todas las habitaciones.

Desde Comisiones Obreras comprendemos que no es fácil llevar a cabo eso de marcharse al finalizar su jornada dejando habitaciones sin hacer, sobre todo en el caso de las compañeras eventuales, pues ellas pueden sentir miedo a perder el empleo y a la represalia por parte de las empresas.

Son sobre todo las fijas o fijas discontinuas las que deben organizarse y luchar para acabar con la sobrecarga de trabajo, con el apoyo de los comités de empresas, comités de salud laboral y los sindicatos, para conseguir que se lleven a cabo actuaciones sobre seguridad laboral y prevención de riesgos y sobre las condiciones de trabajo que afectan al colectivo.

Organizarse colectivamente

En los casos en que la empresa obligue a quedarse hasta la finalización de la tarea asignada, o prolongando la jornada laboral, hay que presentar denuncia individual o colectiva ante la Inspección de Trabajo, a ser posible, a través del comité de empresa o los sindicatos.

Este sería un camino para encontrar soluciones, pero para ello una de las claves es la ansiada unidad del colectivo.

En una empresa, si una compañera se marcha al finalizar su jornada dejando habituaciones por hacer, quizás se pueda dar el caso, totalmente ilegal, que la empresa tome represalia contra ella, pero si toda la plantilla deja de trabajar será mucho más difícil que la empresa tome represalias.

Para ello es fundamental estar organizadas, pues solamente así se conseguirá reducir las cargas de trabajo y hacer que se cumplan las exigencias legales de realizar las evaluaciones de riesgos ergonómicas y psicosociales.

Además, es necesario seguir avanzando en la lucha por el reconocimiento de todas las enfermedades profesionales, la aplicación de un coeficiente reductor que permita la jubilación anticipada sin pérdida de derechos y la derogación de las reformas laborales que tanto daño han causado.

A todo ello hay que añadir que en las habitaciones y terrazas hay más metacrilato, cafeteras que hay que limpiar, que las camas cada vez son más grandes, con colchones más pesados y sin ruedas para moverlas, así como que los carros no son ergonómicos y que los pasillos con moqueta agravan esta situación.

Por todo ello es urgente que los empresarios inviertan en la salud laboral del colectivo de las camareras de piso, y así eviten las bajas médicas por IT y las enfermedades profesionales.

La mejor medicina son tus derechos.


(Artículo de Gonzalo Fuentes publicado en Hotelsur)