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“Es hora de pasar de las palabras a los hechos”

UGT instó al gobierno y a la patronal españoles a apoyar la creación de un convenio de la OIT para acabar con la violencia y el acoso en el trabajo.

UGT considera que España debe llevar una posición inequívoca, en la 107 Conferencia de la Organización Internacional de Trabajo, que se desarrollará en Ginebra entre el 28 de mayo y el 8 de junio, en la lucha contra la violencia y el acoso en el trabajo

En este sentido, llamó al gobierno y a la patronal de su país a que se definan y reflejen su “no” rotundo al acoso y violencia en el trabajo, que afecta sobre todo a las mujeres, apoyando la creación de un convenio en línea con lo que harán los sindicatos y la mayor parte de los gobiernos extranjeros

El sindicato afirma que es hora de pasar de las palabras a los hechos, dando respuesta así a una demanda social incontestable en la lucha por la igualdad y contra las discriminaciones

Un convenio, sostiene UGT, en línea con la Confederación Sindical Internacional, sería mucho más vinculante que una mera recomendación, que es lo que apoya el Ejecutivo de Mariano Rajoy.

Los gobiernos de otros 50 países pertenecientes a la OIT han manifestado que votarían a favor del convenio, según expresaron en un cuestionario remitido a este organismo internacional.

Conviene recordar que UGT y CCOO enviaron sendas cartas al Ministerio de Empleo y Seguridad Social y a la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género solicitando su compromiso rotundo en la lucha contra la violencia y el acoso.
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Aunque la violencia y el acoso en el ámbito laboral afecta a hombres y mujeres, son ellas las que más lo sufren y están más expuestas a esta lacra, dado el estatus y las relaciones de poder desiguales en la sociedad.

La violencia de género sigue siendo unas de las violaciones más toleradas de los derechos humanos en el mundo del trabajo.

Según las estadísticas internacionales, el 35 por ciento de las mujeres (818 millones) mayores de 15 años han sido víctimas de actos de violencia física o sexual en el hogar, la comunidad o el lugar de trabajo.

Para el movimiento sindical internacional, ello resulta intolerable.