La hostelería es, en la España actual, la actividad que más empleo genera (1,42 millones en el tercer trimestre de 2017, contra 935.000 en el mismo período de 2013), pero son puestos de trabajo mal pagos y precarios.
Según una investigación del diario digital El Confidencial basada en cifras oficiales y publicada el miércoles 25, un trabajador del sector de la hostelería ganó el año pasado 13.688 euros en promedio, cuando la media en el conjunto del país se ubicó en 22.806 euros.
Antes de la crisis de 2008, en la hostelería, asalariados y asalariadas ganaban 13.795 euros al año.
En la energía, el sector que mejor retribuye a sus trabajadores y trabajadoras, los sueldos son 76 por ciento superiores.
Los trabajadores y trabajadoras de la hostelería son, además, dice el diario, “quienes tienen derecho a menores prestaciones sociales al margen del salario”.
“Mientras que los beneficios sociales por trabajador superan los 4.000 euros en el caso de los trabajadores de la energía y de la banca, en la hostelería apenas alcanzan los 99,63 euros al año. Es decir, irrelevantes”.
La precariedad laboral, un fenómeno cada vez más extendido en toda España, en la hostelería alcanza niveles especialmente graves, sobre todo en temporada alta.
“La tasa de temporalidad está creciendo (en la hostelería) a un ritmo casi cuatro veces superior que en el conjunto de actividades económicas, mientras que la tasa de rotación alrededor de un mismo puesto de trabajo es de nada menos que tres contratos por trabajador por año”.
Este es también el sector que menos dinero destina a la formación: 27 euros anuales por trabajador, contra 647 en la energía.
El tamaño de las empresas tampoco contribuye a que las cosas mejoren. En restauración y alojamiento son enorme mayoría las empresas pequeñas (unas 305.000), que son las que pagan peores salarios y ofrecen las peores condiciones de trabajo.