-¿Cuáles son los principales problemas que enfrentan en Palmas Tica?
-Los sindicalistas sufrimos de una persecución permanente y también somos tratados con violencia en nuestras áreas de trabajo, sobre todo las mujeres.
No tenemos libertad sindical. Si solicito un permiso para alguna actividad vinculada a mi militancia se me niega sistemáticamente, aunque lo pida sin goce salarial.
Sin embargo, a los trabajadores o trabajadoras que son afiliados al sindicato blanco (afín a la empresa) sí les permiten todo.
Por lo tanto nuestra primera gran batalla será vencer esta persecución.
-¿Qué medidas has tomado ante esta situación?
-Recurrí a todas las instancias, hasta llegar al Ministerio de Trabajo. Sin éxito.
Tuve que interponer la denuncia por persecución sindical y este paso hizo que otros compañeros se animen a denunciar situaciones de violencia y de acoso laboral.
Cuando me preguntan si tengo miedo de perder el trabajo, les digo que sí pero eso no significa que deje que me humillen, tengo mi dignidad.
-La directiva cuenta con tres mujeres, una realidad rara por esas latitudes.
-Sí y este es uno de los desafíos que tenemos para la gestión. Incorporar a más mujeres trabajadoras al sindicato, mostrarles que pueden y valen para ocupar puestos de dirigencia.
Acá el machismo se hace sentir, pero vamos luchando para que eso cambie.
-¿Cómo son las condiciones laborales en Palma Tica?
-La empresa está presente en varias regiones y es muy grande, pero el SITRAPA tiene afiliados de las diversas áreas: cultivo, poda, vivero, fertilización, cosecha.
Todos somos trabajadores agrícolas y hay algunas áreas donde las condiciones no son las mejores.
En la recolección del fruto en algunas de las zonas no les ofrecen sacos para poner el producto, les dan unas bolsas.
Además, las compañeras que les toca la recolección están a merced de los diferentes animales venenosos que habitan en las malezas, como víboras o alacranes.
Quieren que los trabajadores hagan bien la recolección pero no les ofrecen herramientas para que hagan su trabajo de buena manera.
En algunas partes les ofrecen botas dos veces al año pero en otras no. Uniformes solo para los que trabajan en el sector de fumigación. Hay mucho por hacer en ese sentido.
-¿Están en condiciones de negociar un convenio colectivo de condiciones de trabajo?
-No, todavía no tenemos la cantidad de miembros suficiente como para presentar un pliego de reclamos aquí en Neiry, pero en Puerto Jiménez sí y allí vamos a presentar un pliego, que cuenta con la asesoría de don Frank Ulloa y de Maikol Hernández, de la Fentragh.
Vamos a tratar de incluir cláusulas que permitan erradicar la violencia y el acoso en el ámbito laboral ahora más que nunca ya que el pasado 21, la Asamblea de la OIT aprobó el Convenio 190, que busca erradicar la violencia en los lugares de trabajo.
Un convenio por el cual la Rel UITA hizo una gran labor.
