En el enorme frigorífico de Calvo, la incidencia de enfermedades por esfuerzos repetitivos (LER) es cada vez mayor y no son pocas las trabajadoras que acuden a los médicos del seguro social por desgaste en los huesos y cartílagos en los hombros, los codos y las muñecas.
A solicitud de la seccional sindical de la compañía, la Federación Sindical de Trabajadores Salvadoreños del Sector Alimentos, Bebidas, Hoteles, Restaurantes y Agroindustrias (FESTSSABHRA) inició capacitaciones sobre la Ley General de Prevención de Riesgos en los lugares de Trabajo, un texto que a pesar de estar vigente desde 2013 es casi desconocido por las trabajadoras.
Ese desconocimiento permite que la empresa se mueva prácticamente a sus anchas.
Una de las primeras irregularidades identificadas durante las capacitaciones es que el Sindicato Obrero de Trabajadoras de Calvo no tiene representación en el Comité de Salud e Higiene Industrial de la empresa, algo que la ley determina como obligatorio.
“Solo tienen a las miembros del sindicato pro patronal” en ese comité, manifestaron varias trabajadoras.
Denunciaron también que muchos de los accidentes e incidentes industriales no son reportados como tales por la dirección de la empresa sino como accidentes comunes.
Calvo tampoco cumple con la obligación legal de contar con una guardería para los hijos de las trabajadoras, una norma a la que debe atenerse toda empresa con más de 50 empleadas.
“Varias compañeras dejan su trabajo por no tener quien les cuide los niños”, señaló una de las dirigentes sindicales, al tiempo que destacó la importancia de estar informados para comenzar a revertir esta situación.
En San Salvador, Gilberto García